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Israel lanza nuevas bombas más letales

Israel lanza nuevas bombas más letales

Así lo denunció un cirujano noruego quien vio los primeros cadáveres en el hospital Al Shifa de Gaza.


Cuando el doctor Erik Fosse, catedrático de cirugía de la Universidad de Oslo, vio los primeros cadáveres en el hospital Al Shifa de Gaza, donde opera de forma voluntaria desde hace días y comprendió que esta ofensiva israelí era más letal y su trabajo mucho más duro.

Algunos cuerpos presentaban amputaciones de las extremidades inferiores y heridas de metralla que nunca antes había afrontado en sus más de treinta años de experiencia en la universidad y en la ONG noruega NORWAC, con la que colabora.

«Es un tipo de bomba antipersona de pequeño diámetro diseñada para matar con más precisión y que causa un tipo de heridas particulares. Se lanza desde los drones, y al impactar en el suelo sueltan una descarga tal de energía y de metralla que destroza la parte inferior del cuerpo», explica a Efe.

«Hay cadáveres que no tienen piernas y que presentan cientos de quemaduras de piezas de metal líquido muy caliente», agrega Fosse, que completó parte de sus estudios en la facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid.

Veterano en la ofensiva israelí de 2008-2009 contra la Franja, el cirujano explica que la segunda gran diferencia entre ambas operaciones es que durante la actual, Israel ataca de forma regular edificios administrativos y viviendas particulares.

«Tenemos tres tipos principales de heridas. Las que se producen por el impacto de los misiles, las que se deben a armas de menor calibre y los traumatismos causados por el derrumbe de techos y paredes», detalla.

«Está relacionado con la idea que defiende Israel. Dice que ataca esos lugares porque son centros de comando del (movimiento islamista) Hamás, pero en realidad muchos de ellos son civiles», argumenta.

Y pone como ejemplo un caso para él muy cercano: «anoche Israel atacó la casa del director de este hospital. Sí, él es un funcionario de Hamás, pero es un civil que se dedica a la medicina», subraya.

Según fuentes de la ONU, durante los siete días que dura ya la tercera ofensiva contra el movimiento islamista desde que en 2007 se hiciera con el control de la Franja, el Ejército israelí ha atacado y destruido más de 150 viviendas y edificios.

Portavoces oficiales palestinos cifran en 173 el número total de muertos -entre ellos 37 niños- y en más de 1.100 los heridos, en su gran mayoría civiles.

La propia ONU y la organización israelí de defensa de los derechos humanos «Betselem» han recordado a Israel que atacar viviendas y edificios civiles atenta contra el derecho internacional humanitario y le han pedido que detenga la violencia.

El Ejército israelí argumenta que considera esos objetivos legítimos desde el momento en que en ellos habitan responsables de los grupos islamistas a los que combate, y son usados, en su opinión, como centros de operación y mando.

Un oficial de alto rango de la aviación aseguró el sábado a un grupo de periodistas en Tel Aviv que siempre se avisa antes a la población para que abandone los edificios con tiempo suficiente y que los pilotos han abortado «decenas de misiones» al comprobar que aún había civiles.

Hamás, por su parte, ha pedido a la población que ignore los avisos, ya que se trata de «propaganda psicológica» del Ejército israelí para aterrorizar a la gente.

Aún así, el domingo miles de personas abandonaron sus hogares en el norte de la Franja y buscaron refugio en instalaciones de la ONU después de que aviones israelíes lanzaran octavillas advirtiendo de un bombardeo inminente.

Jaled, sobrino de Um Sobhi, asegura que ni su tía ni nadie de la familia recibió aviso alguno.

Esta mañana, la mujer, joven y vestida de riguroso negro, era un mar de lágrimas incontrolable.

Decenas de mujeres se arremolinaban a su alrededor en el quinto piso del hospital para darle el pésame y animarla después de que un ataque israelí contra una vivienda en el centro de Gaza segara, hace dos noches, la vida de cuatro de sus cinco hijos.

El que sobrevivió lucha contra la muerte en la UCI del hospital, en medio de una creciente escasez de medicamentos.

«Hacemos todo lo que podemos para salvar a los heridos graves. Hasta ahora tenemos el mínimo suficiente para atender los casos, pero si esto se alarga o intensifica nos quedaremos sin nada muy rápido», explica el doctor Fosse.

«Quienes más sufren son los enfermos crónicos», precisa. «No tenemos tiempo ni medicinas para ellos, aquí ya hace días que no se opera de enfermedades como el cáncer, y hay gente que muere también por eso», concluye

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