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Piñera celebra: El neoliberal PPK se impone en las elecciones de Perú Por un estrechísimo margen frente a Keiko Fujimori

Piñera celebra: El neoliberal PPK se impone en las elecciones de Perú

El triunfo del economista, ex ministro de Alejandro Toledo, representa otra expresión del giro hacia la derecha en los gobiernos de la región, representado por el advenimiento de Macri en Argentina y Temer en Brasil, además del buen apronte para el ex Presidente chileno en las encuestas. El fenómeno ya ha sido anticipado por los analistas que, más que un giro político, lo identifican como un movimiento hacia el «pragmatismo» en castigo por el mal manejo económico y la corrupción.


Este jueves después de cuatro días de conteo, debido a la accidentada y alejada geografía del país, y a las actas provenientes del extranjero, la Oficina Nacional de Procesos Electorales de Perú confirmó el triunfo de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) en las elecciones por sobre la candidata Keiko Fujimori.

Kuczynski, representante de la coalición Peruanos por el Cambio, se impuso por un estrecho margen. Obtuvo el 50,12% de los votos, frente a los 49,88% del movimiento Fuerza Popular, al que representaba la hija del ex Presidente Alberto Fujimori.

PPK recibió «con mucha modestia» el triunfo y prometió «trabajar con todos los peruanos». Desde ya la bolsa de valores de Lima cerró al alza y las cuentas son alegres para quienes ven el triunfo del economista y ex ministro de Alejandro Toledo como la expresión de un nuevo orden en Latinoamérica con gobiernos de tinte neoliberal.

A comienzos de la década pasada una serie de gobiernos progresistas se impusieron en Latinoamérica, reemplazando los mandatos de corte neoliberal de los 90. Fue el caso de Hugo Chávez en 1999, Lula Da Silva en Brasil y Cristina Fernández en Argentina desde 2003, Pepe Mujica en Uruguay desde 2005; Rafael Correa en 2007; Evo Morales desde 2006, en Bolivia y, según la revista Semana de Colombia, la «más moderada» Michelle Bachelet, que regresó al poder luego de su primer mandato, en 2014.

Pero diez años después las cosas empiezan a cambiar. Partiendo por el triunfo de Mauricio Macri en Argentina en diciembre pasado, que puso fin a doce años de kirchnerismo. Luego, a mediados de mayo, se concretó la impugnación del gobierno de Dilma Rousseff en Brasil, mientras Nicolás Maduro vive su crisis más seria y Evo Morales no ha logrado aprobar una modificación legal que le permita reelegirse. Por nuestra parte, es Sebastián Piñera el candidato mejor aspectado hasta el momento, según las encuestas.

Ahora, el triunfo de PPK materializa un giro en la región que, según anticiparon los analistas, más que un viraje político, representa un movimiento generado por la contracción económica del continente y los escándalos de corrupción, que han horadado la popularidad de la que antes gozaban los gobiernos de izquierda.

«Son casi 20 años de gobiernos progresistas en América del Sur. «La tendencia es que (los gobiernos) vuelvan a la derecha y centroderecha, (a ser) gobiernos más liberales. Y hay que ver cómo funciona eso», dijo en mayo a BBC Mundo, Paulo Velasco, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Estatal de Río de Janeiro.

Para Joao Augusto de Castro Neves, de la consultora brasileña Eurasia Group, el giro más hacia la derecha es ante todo «pragmatismo» impulsado por la debilidad de la economía. «[El fenómeno] tiene un componente sistémico, que es el freno de la economía», aseguró.

Pero otro punto importante es la corrupción. Así lo cree el ex ministro y analista mexicano Jorge G. Castañeda, que para el New York Times escribió. «Demasiados líderes de izquierda de América Latina cayeron por la corrupción endémica de la región y por subestimar la creciente tolerancia hacia ello. Para cuando algunos de los gobiernos, como el de Chile y el de Bolivia, empezaron a centrarse en el problema era ya demasiado tarde», apuntó.

A juicio de Andrés Oppenheimer, «estamos viendo el comienzo de un nuevo ciclo político en América Latina. Después de 15 años en que los caudillos populistas de izquierda se beneficiaron de la mayor bonanza económica de la historia reciente gracias al boom mundial del petróleo y de otras materias primas, ahora sus gobiernos se están desmoronando», escribió en febrero de este año, luego del triunfo de Macri.

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