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«Chile fue un acordeón perfecto»: diario El País derrocha elogios para la Selección que goleó a México

«Chile fue un acordeón perfecto»: diario El País derrocha elogios para la Selección que goleó a México

«Cada uno tocaba una nota y entre todos construyen un fútbol sinfónico. Todas las dudas que amenazaba a Chile en sus dos partidos anteriores saltaron por los aires como si México fuera un pájaro aturdido por los disparos del cazador», consignó el texto en el influyente medio.


Con la ventaja que da el tiempo, la prensa internacional sigue comentando la histórica goleada de la Selección Chilena de Fútbol contra su similar de México por el paso a las semifinales de la Copa América Centenario. El diario El País, de Madrid, uno de los más leídos de habla hispana, dedicó al juego del sábado una columna llena de elogios para el equipo que dirige Juan Antonio Pizzi.

«La victoria de Chile fue mucho más que una sucesión de goles por larga que esta fuera. Una misma noticia puede ser buena o mala según quien sea el protagonista. Si se mira a Chile, es casi imposible destacar a uno sobre los demás. Lo mismo le ocurre a México, pero en sentido negativo. Chile fue un acordeón perfecto que tocaba muchas notas a la vez, pero todas en sentido lógico hasta conseguir que el pentagrama fuera lo más parecido a una obra maestra. Puede uno quedarse con el papel de tenor de Vargas con su póker de goles, dando cuatro veces la última nota, un ariete avispado y ágil que aclara su espacio como quien pasa un paño húmedo sobre el cristal. O elegir la potencia descomunal de Alexis, que cuando encara invita al rival a apartarse de su camino. O a Edson Puch, una especie de microondas que se mueve por todas las posiciones, más difícil de fijar que una melena al viento. O con la sabiduría de Marcelo Díaz, o el cuentakilómetros inagotable de Vidal, o la laboriosidad oscura de Aranguiz. O Fuenzalida y Beausejour, laterales con cualidades de extremo o extremos con capacidad de retorno. O el conocimiento exhaustivo del fútbol de barrio de Gary Medel, la veteranía de Jara (hasta ahora el más débil de la defensa) o el instinto de superación de Claudio Bravo para sobreponerse a errores anteriores. Algo así como elegir entre la zampoña, el charango, la quena, la ocarina o el bombo, de entre los instrumentos típicos de Chile. El acordeón los resume», dice la columna escrita por Eduardo Rodrigálvarez.

El texto no olvida las críticas que antes de este partido apuntaban a Juan Antonio Pizzi, por un equipo que parecía desdibujado respecto del que la afición había visto en la era de Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli.

«Cada uno tocaba una nota y entre todos construyen un fútbol sinfónico. Todas las dudas que amenazaba a Chile en sus dos partidos anteriores saltaron por los aires como si México fuera un pájaro aturdido por los disparos del cazador. Juan Antonio Pizzi vivía oscurecido por la sombra alargada de Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli. El primero le dio a Chile organización frente a la anarquía reinante en La Roja y consiguió que creyeran en sí mismos. Entendió el espíritu del jugador chileno y lo organizó al conocido estilo Bielsa. Sampaoli —que lo hizo campeón de América— intensificó esos valores recuperados, haciendo de la organización el fundamento de sus éxitos. A Pizzi le faltaba agarrarse al palo de esa bandera, escribir su línea particular en el currículo de la selección. Las críticas le perseguían y el inmediato pasado parecía caerle encima en lugar de impulsarle más alto. Perdió ante Argentina y cometió más errores de los esperados ante la débil Panamá. Su defensa era un mar de dudas en el juego aéreo», agregó.

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