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Durísima derrota conservadora en Irlanda: gana la liberalización del aborto en el país más católico del mundo MUNDO

Durísima derrota conservadora en Irlanda: gana la liberalización del aborto en el país más católico del mundo

Según sondeos preliminares, cerca del 69% de los irlandeses optaron por aprobar el aborto en un referéndum realizado este viernes. A pesar de que aún no hay resultados oficiales, los grupos «provida», encabezados por la parte católica del país, ya admitieron su derrota, indicando que «es una tragedia de proporciones históricas».


Irlanda ha aceptado reformar la Constitución para liberalizar la legislación vigente, una de las más restrictivas y controvertidas de Europa, en el referéndum sobre el aborto celebrado este viernes, en la que la alta participación ha resultado clave para la rotunda victoria del «sí», según los sondeos.

Aunque el recuento oficial comienza este sábado, dos encuestas efectuadas a pide de urna por la cadena pública RTE y el diario «Irish Times» indican que una «abrumadora mayoría» ha tomado una decisión que los medios califican de «histórica».

Ambos sugieren que el 69 % y el 68 %, respectivamente, habrían respaldado la propuesta del Gobierno del partido Fine Gael, cuya reforma abriría la puerta a las terminaciones del embarazo sin restricciones durante las primeras doce semanas de gestación.

El ministro de Sanidad, el democristiano Simon Harris -uno de los grandes impulsores del cambio-, recibió con cautela las cifras, aunque confió en que mañana se levantará «en un país más compasivo, más bondadoso y respetuoso», según escribió en Twitter.

Como ocurrió en la consulta de 2015 para legalizar el matrimonio homosexual, una parte significativa de la diáspora irlandesa se ha desplazado con cualquier medio de transporte a su disposición para no perderse una «oportunidad única en toda una generación», según pidió el primer ministro, Leo Varadkar, de 39 años, médico de profesión y abiertamente gay.

Al cierre, se superaba en muchos de los centros de votación la participación de 2015 (62 %), después de que el primer ministro hubiese previsto hoy que la alta afluencia a las urnas beneficiaría a la campaña del «sí».

Los partidarios y detractores de reformar la ley llegaron con dudas al referéndum, pues aunque las encuestas concedían ventaja al «sí», el «no» había reducido la diferencia en las últimas semanas y todavía quedan bastantes indecisos.

Varadkar fue uno de los primeros políticos en votar, seguido de cerca por un gran número de medios de comunicación nacionales e internacionales, ante el gran interés que ha generado la posibilidad de que este país, aún mayoritariamente católico, elimine las duras restricciones del aborto, criticadas, entre otros, por la ONU y la Unión Europea (UE).

En lado opuesto, el dirigente del Sinn Féin Peadar Toibin -tercera fuerza nacional- volvió a considerar que la futura ley abrirá la puerta a los «abortos a la carta», al tiempo que se eliminará de la Constitución el «derecho a la vida» de los «no nacidos».

Toibin, uno de los activistas más visibles del «no» durante la campaña, representa la complejidad moral que tiene este asunto en Irlanda, donde los principales partidos, como el Sinn Féin, están con el Gobierno, pero han dejado que sus miembros actúen de acuerdo a sus principios.

También los grupos provida y la Iglesia católica, aún influyente a pesar de los escándalos de abusos sexuales a menores, rechazan cualquier cambio, pues creen que dará paso a la terminación de embarazos de «no nacidos» con malformaciones físicas o psíquicas.

La campaña del «no» a la reforma del aborto, sin embargo, ya admitió hoy su derrota en el referéndum celebrado este viernes al afirmar que el «sí» del electorado irlandés «es una tragedia de proporciones históricas».

«El aborto estaba mal ayer y sigue estando mal hoy», declaró en un comunicado Cora Sherlock, portavoz de la plataforma provida «Save the Eighth» («salvad la octava»), unos de los grupos más visibles durante la campaña de esta consulta.

La activista aseguró que sus integrantes se opondrán a la reforma de ley propuesta por el Gobierno del partido democristiano Fine Gael, que podría abrir la puerta a la terminación de embarazos sin restricciones durante las primeras doce semanas y, en casos excepciones, hasta las veinticuatro.

«Es un día muy triste para Irlanda porque la gente ha votado a favor del aborto», dijo Sherlock, mientras continúa hoy el recuento de sufragios del referéndum, en el que el «sí» podría haber recibido un apoyo cercano al 70 %, según los sondeos.

Por el contrario, el ministro de Sanidad, Simon Harris, uno de los principales impulsores del cambio, indicó que «hoy en un día muy emotivo» para él y para todas las mujeres de este país que «han padecido», solas o con sus parejas, «crisis durante sus embarazos».

«En vez de decirles que cojan el barco, ahora les damos la mano y les decimos que cuidaremos de ellas», destacó Harris, en referencia a la miles de mujeres de este país que viajan cada año al extranjero para abortar, nueve a diario, debido a las restricciones de la legislación vigente, una de las más duras de Europa.

El Gobierno había pedido a la ciudadanía que se pronunciara sobre la eliminación de la llamada «octava enmienda», incluida en 1983 en la Constitución, y que garantiza de igual manera el derecho a la vida del «no nacido» y de la madre.

De acuerdo con esta previsión, la ley promulgada en 2013 por el Ejecutivo del Fine Gael, la primera en la historia de Irlanda, solo permite la interrupción del embarazo en las circunstancias excepcionales citadas y prevé, además, penas de cárcel de hasta 14 años para las mujeres y los profesionales de la sanidad que lo procuren al margen de las normas.

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