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Conclusiones de la encuesta Casen


Luego de más de diez años de gobiernos de la Concertación, los resultados de la última encuesta Casen, conocidos a fines de la semana pasada, muestran el fracaso de las políticas destinadas a terminar con la pobreza en Chile y cómo, en cambio, la clase media se ha ido empobreciendo a ritmo acelerado.



En términos generales, la encuesta muestra que el diez por ciento de chilenos más pobres disminuyó su participación del ingreso autónomo -es decir, lo ganado por su trabajo- de un 1,2 por ciento en 1988 al 1,1 por ciento el año 2000. Los tramos que representan a la clase media mostraron una baja aún mayor en la participación en el ingreso autónomo, y pasaron del 35,3 por ciento al 33,5 por ciento en el mismo lapso.



La indigencia se ha mantenido mas o menos estable en los últimos años, ya que llegaba al 5,8 por ciento de la población el año 1996, bajó al 5,6 por ciento en 1998 y subió nuevamente un punto, a un 5,7 por ciento, el año 2000.



Asimismo, la encuesta demostró que pese a las alzas de impuestos que se han aplicado en estos diez años, al llamado gasto social y a todas las políticas destinadas a favorecer a los sectores más pobres de la población, estos sectores no han disminuido sus niveles de pobreza. Por el contrario, la brecha que los separa de los sectores de mayores recursos se ha acrecentado, ya que ahora estos últimos tienen ingresos 15,3 veces mayores a los primeros. Esto deja en evidencia el fracaso de los gobiernos concertacionistas.



El gasto social ha aumentado en un 114 por ciento en diez años y hoy sectores, como salud y educación, que reciben muchos más recursos que hace algunos años. El resultado de la encuesta Casen viene a demostrar que ese incremento de recursos se ha gastado de manera ineficiente, privilegiando la contratación de estudios y asesorías que la mayoría de las veces sirven para muy poco, y se otorgan a personas o sociedades políticamente afines al gobierno, en vez de dirigir tales recursos a solucionar realmente los problemas que engendra la pobreza.



Un claro ejemplo de esto lo constituye la contaminación en Santiago, tema en el que el Estado ha invertido centenares de millones de pesos en estos diez años, sin resultados positivos hasta ahora.



Por eso, cuando se ha iniciado la carrera parlamentaria con la inscripción oficial de los candidatos para los comicios de diciembre próximo, la ciudadanía tiene la oportunidad de mostrar luz roja a la ineficiencia y al malgastar recursos, inclinándose mayoritariamente por los postulantes de la Alianza por Chile. Ello para iniciar desde el Parlamento el cambio que el país requiere con urgencia y que se profundizará cuando la oposición gane la próxima elección presidencial.



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