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América Latina y la manipulación informativa


Desde afuera se ve cada más diáfana la obscuridad, por paradojal que resulte escribirlo. Me refiero a la manipulación informativa de los medios, hoy mayoritariamente alineados con el neo liberalismo. Hay una totalitaria distribución de la información,
destinada a evitar que el sistema sufra cuestionamientos de parte
de la población.



Como creo que el movimiento se demuestra andando, veamos algunos ejemplos: nadie entiende la mano mora que puso al borde de la ruptura el curioso proceso de paz (armada) de Colombia y todo indica que el fracaso del gobierno conservador de Pastrana se creó este «respiro» para parecer menos malo de lo que es. La otra hipótesis es peor, pensando en que se crea un estado de tensión
artificial para…



En nuestra querida Argentina, la quiebra total asume formas folklóricas y el «corralito financiero» produce risas hasta entre sus creadores, suscitando las iras de Bush que les condiciona la
posible «ayuda» a la mantención del modelo que se vino abajo, que es lo más parecido a pedirle a un enfermo de Sida que se agrave para poder darle los medicamentos.



Junto a este problema y polémica aparece Brasil diciendo que desechará la idea del ALCA, el famoso acuerdo hemisférico de libre comercio, si EE.UU. mantiene la política de subsidios abiertos a su agricultura, lo que es una frescura a todas luces
mientras se proclaman campeones del libre mercado.



Así, suma y sigue en toda nuestra América Latina, cuya condición real se parece cada vez más al Africa de los ’80 y los ’90 del siglo que recién terminó. Mientras tanto la nueva «pravda» del totalitarismo liberal, o sea, el centro controlador de las noticias que se pueden difundir hacia el sur, nada dice de la
quiebra a todas luces fraudulenta de Enron, la gran multinacional de la energía, con sede central en Texas y muy cercana a los grupos que gobiernan hoy en EE.UU.y cuyo tema es hoy objeto de un debate más que duro y áspero en ese país. Se ha llegado a determinar, en una muy primaria instancia que hasta la muy
respetable firma de auditoria Arthur Anderssen estaría
comprometida en la falsificiación de balances y documentos.



La cifra preliminar es de más de 60 mil millones de dólares y obviamente, como en nuestro gran vecino del norte la corrupción no existe, ya se inició la investigación que en ningún caso devolverá el dinero a los afectados que perdieron 90 veces el
valor de su inversión. ¿Cuántas empresas latinoamericanas estaban relacionadas con este gigante que se desplomó casi como las Torres Gemelas?



Tengo una fea impresión de lo que está pasando y no nos queda más remedio -por ahora- que apelar a la conciencia y hasta a la vanidad para pedirle a nuestra gente que no se deje imbecilizar así nomás.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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