Publicidad

Recetas económicas desde California

Sebastián Edwards realmente divaga en generalidades basadas nada más que en el dogma libre mercadista…


Recién apareció una entrevista al economista chileno Sebastián Edwards, publicada en revista Cosas del 31 de octubre, donde vierte una gran cantidad de generalidades, falta de rigurosidad, para caer finalmente en un dogmatismo economicista respecto a cómo mejorar la economía chilena.



Por ejemplo, Edwards dice que Chile debe jugar en primera división pero para llegar a ese punto debemos tener una visión clara de qué se quiere del país. Luego habla mucho de la improvisación chilena. Pero Edwards sólo se queda en consejos generales añejos y poco creativos.



La entrevista cae en debilidades, especialmente en el acuerdo de opiniones que hay entre el entrevistador (el politólogo Patricio Navia) y el entrevistado. Navia parece estar en pleno acuerdo en los razonamientos de Edwards por lo tanto no hay contrapreguntas ni le exige mayor claridad o explicación al entrevistado.



Edwards se extiende bastante sobre la necesidad de mejorar la educación en Chile y cree que para ser competitivos se debe enseñar inglés desde temprana edad e importar profesores de esa lengua. Pero para lograrlo hay que subir los impuestos, acabar con la educación municipalizada y privada para tener solamente una educación pública gratis.



Pero parece que él no ha pensado ómo financiar esa educación para que sea un medio estratégico en el desarrollo cualitativo de Chile. Tampoco se de cuenta de que el actual sistema chileno de acumulación de la riqueza llegó a un tope.



El país no puede crecer únicamente cómo una economía de productos primarios. Por eso Chile no da el salto cualitativo para entrar en vías concretas de desarrollo.



Habla también de la necesidad de crear capital de riesgo. De acuerdo, pero él parece desconocer nuestra propia historia económica. Por ejemplo, los bancos chilenos no financian a las PYMEs -salvo el estatal BancoEstado-, y menos van a crear capitales de riesgo.



El Estado ha sido el único eje interventor en la economía en momentos claves del desarrollo del país, fomentando precisamente el despegue que Edwards exige.



El primer rol interventor lo podemos llevar a la etapa Portaliana, el segundo a Balmaceda y el tercero en el Gobierno de Aguirre Cerda con la creación de la CORFO dando el impulso que nos llevó hasta el Chile de hoy.



Pero Edwards pide empresarios héroes a cambio de gobiernos visionarios. Sin embargo resulta que nuestros empresarios están ligados a la tierra por herencia. Mientras que los más nuevos crearon su riqueza perteneciendo a la administración pública durante la dictadura. Compraron empresas públicas a precio de remate.



Valga resaltar que son contados con los dedos de una mano los verdaderos empresarios emprendedores en nuestro país. Esos mismos empresarios fueron aislados por la vetusta clase dominante durante la época de Allende porque siguieron invirtiendo en el país y no escondieron su capital fuera de Chile.



Al economista chileno residente en California no le interesa para nada usar al Estado como principal interventor en el mercado y la economía para crear así las condiciones que permita la gestación de proyectos de desarrollo tecnológicos de valor agregado.



También Edwards habla de sueldos bajos. Es seguro que él argumentaría que no podemos pagarle más a los trabajadores si el riesgo es la inflación y la pérdida de las ventajas comparativas.



Los economistas de fin de milenio nunca piensan en que el consumidor exige productos buenos, permitiendo que la industria cree productos de mejor calidad los cuales pueden ser exportados con valor agregado. Tampoco piensa que el consumidor como ciudadano exige igualmente servicios públicos óptimos.



Edwards tampoco habla de tener una mano de obra productiva eficiente. En Chile se trabaja mucho con poca productividad, independientemente de las innovaciones introducidas en los últimos años. Hay que exigir 35 horas tope de trabajo semanal, junto con tener una mano de obra mejor capacitada y educada.



Dice que no hay recetas mágicas para mejorar la distribución de la riqueza. Pero sí la hay. Se llama impuesto. Quien gana más tributa más y el estado redistribuye esa riqueza en servicios como la educación, salud e infraestructura.



Edwards, habla de despolitizar el aparato estatal. De acuerdo, debemos tener un servicio público profesional y despolitizado cuyo rol sea cumplir las metas que fije el gobierno de turno, y servirnos con respeto, calidad y eficiencia.



Pero para lograrlo Edwards peca de ingenuo puesto que el servicio público por legislación es inamovible, gracias a la dictadura. Además él enfoca su crítica solo a los directorios de empresas públicas y Banco Central no al servicio público.



Él opta por privatizar todo. Bueno que diga qué y cómo. Qué explique por qué el estado no puede tener empresas estratégicas como Codelco. Está demostrado que esas empresas son mucho más eficientes que las privadas, y los accionistas -los chilenos- recibimos anualmente sus dividendo. Qué explique Edwards cómo recuperamos ese capital al vender las empresas públicas.



Dice también que el gobierno chileno debe reducir los ministerios. Qué explique cuáles ministerios y por qué. Es fácil hablar desde fuera del país o dar charlas en el CEP cuando viaja puntualmente a Chile. Pero la rigurosidad académica debe plantearse una vez que se han estudiado las realidades a fondo.



Pero Edwards realmente divaga en generalidades basadas nada más que en el dogma libre mercadista. Y da recetas vía control remoto para Chile y para América Latina desde su cátedra de Economía Internacional Henry Ford II de la Escuela de Negocios de la Universidad de California en Los Ángeles. O desde sus artículos en inglés para los diarios Wall Street Journal, Financial Times y Los Ángeles Times.



* Jorge Garretón es periodista chileno residente en Canadá.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias