En nuestro país, por ejemplo, es muy importante que los recintos por los cuales circula gran cantidad de público cuenten con un Plan de Emergencia para situaciones como incendios, terremotos y otras semejantes.
Aún estamos impactados por la noticia de las víctimas del incendio en un centro comercial de Paraguay, hace poco más de una semana. Se trata, sin duda, de una de los más impactantes y catastróficos accidentes de las últimas décadas en América Latina. Distintas son las versiones que nos llegan sobre el origen del siniestro, pero de casi todas ellas podemos deducir fallas en las medidas de prevención, y en las acciones que se deben seguir ante este tipo de hechos.
Sólo unos días después, acá en Chile otro incendio quitó la vida a tres ancianas en una casa de reposo ubicada en la comuna de Providencia.
Cuando ocurren este tipo de hechos, aspectos como la seguridad y la prevención vuelven al primer plano. Sin embargo, el tema de las condiciones de seguridad y las medidas para reaccionar ante un hecho que ponga en peligro vidas humanas debiera ser una preocupación permanente y prioritaria. Muchas veces ocurren accidentes. Lo importante es que no seamos nosotros, con nuestra falta de prevención, quienes ayudemos a originarlos o a agravarlos.
En nuestro país, por ejemplo, es muy importante que los recintos por los cuales circula gran cantidad de público cuenten con un Plan de Emergencia para situaciones como incendios, terremotos y otras semejantes. Este plan incluye medidas que se deben seguir antes, durante y después del siniestro, con especial énfasis en la evacuación durante incendios. Contar con tableros en buen estado para el corte general de energía eléctrica y mantener despejadas las vías de evacuación son dos recomendaciones -simples pero efectivas- que habitualmente entregan los expertos en seguridad, entre otras.
Estos planes están concebidos para proteger la vida humana, disminuir pérdidas materiales y evitar el pánico ante una situación de riesgo. La ley establece la exigencia de este plan a edificios, condominios y empresas. Sin embargo, también es muy recomendable que cuenten con este plan todos los lugares donde trabajen, vivan o concurran numerosas personas.
Hechos tan trágicos como el de Paraguay deben llevarnos a considerar que la vida de las personas está primero, y que para ello debemos dar siempre un papel protagónico a las normas de prevención y seguridad.
*Ernesto Evans Espiñeira es Director Nacional del INP
