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Alejandro Montesino: Un ciudadano del mundo


Palabras del Presidente Nacional del PRSD, Enrique Silva Cimma, en el último adiós a Alejandro Montesino Heyer, ex Embajador de Chile en Suiza, cuarto Vice-Presidente y encargado de las Relaciones Internacionales del radicalismo chileno.



Una triste misión despedir a un correligionario y compañero de tantas jornadas. Cuando es un hombre joven, brillante y en la plenitud de su creación intelectual, la pena se mezcla con sentimientos de impotencia.



El consuelo tal vez para tan temprana pérdida, puede ser el recuerdo de su aporte, lo mucho que hizo y cómo vivió intensamente su tiempo.



Con la partida de Alejandro no sólo perdemos los radicales a un correligionario que dedico al partido, con vehemencia y pasión, más de 40 años de su vida, ya que comenzó su militancia en la juventud radical a la temprana edad de los 16 años, siendo estudiante del liceo 7 de Ñuñoa, donde ya se destacó, por su inteligencia y agudeza, como dirigente de su centro de alumnos y de la federación de estudiantes secundarios.



Perdemos a un gran dirigente que ocupó con brillantez los más diferentes cargos del partido: presidente de la juventud, dirigente nacional, vicepresidente y encargado de las relaciones internacionales.



Se ha ido uno de los héroes de la lucha contra la dictadura y un gran demócrata. Cómo no recordar su esfuerzo incansable desde el exilio, su generoso aporte y contribución no sólo a nuestro partido, ya que gestionó también apoyo para todos los que compartían el anhelo libertario, independiente del partido en que militaran.



Alejandro no nos pertenecía sólo a nosotros, era un ciudadano del mundo. Ocupó el alto cargo de presidente de la federación internacional de juventudes social demócratas; se relacionó y fue amigo personal de los más grandes dirigentes del movimiento socialista mundial; asesor para asuntos latinoamericanos de Bettino Craxi, primer ministro de Italia; exitoso negociador en el club de París de la deuda externa de Costa Rica; delegado oficial del Partido de Liberación Nacional de Costa Rica al congreso de la Internacional Socialista y la lista suma y sigue.



En lo político son tantos los momentos que nos tocó compartir, fue siempre un colaborador tan dispuesto y leal, que cuesta seleccionar lo más representativo, por lo extensa y fecunda que es la lista, pero elegiré cuatro momentos imborrables que marcan la historia del partido y del país.



– Su inmenso y desinteresado apoyo en la conformación de la Concertación de Partidos por la Democracia.



– Su trabajo y preocupación para el plebiscito.



– La noche del triunfo del No, después de tantos años de lucha y sufrimiento. Fue él quien me acompaña a Radio Cooperativa ha hablar por la cadena nacional de la emisora, pidiendo prudencia y calma para defender el triunfo.



– El trabajo a la vuelta de la democracia para reestructurar e inscribir el partido.



En lo personal:



– Haber podido entregar, a través del Instituto de Gestión Pública de la Universidad de Chile, a este egresado de sociología de la Universidad, el reconocimiento y título que la dictadura le impidió lograr



– Trabajar con él en el ministerio de Relaciones Exteriores, con el fin de reinsertar a Chile en el mundo de las naciones, recuperando el prestigio internacional de nuestro país.



– Compartir hasta el final, un sueño y proyecto político en la mesa directiva del partido.



A su familia un cariñoso y emocionado apoyo, a mis correligionarios y sobre todo a los jóvenes del partido un llamado a seguir su ejemplo,



Hasta siempre Alejandro.



En Santiago, diciembre 17 de 2004


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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