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Luces y sombras de una Codelco S.A.


Codelco estos dos años ha demostrado ser el mejor negocio de Chile y la razón para que nos saquemos el primer lugar en manejo macroeconómico: bajamos la deuda pública y tenderemos un superávit de tres mil millones de dólares. Este año, la estatal romperá records aportando cuatro mil millones al fisco (y pensar que el 2000, la UDI y Longueira propusieron venderla en ocho mil millones, las ganancias de dos años a estos precios).



Pero mi amigo Jorge Schaulsonh, al igual que Juan Villarzú, con diagnósticos distintos, creen que es positivo abrir Codelco a ser una Sociedad Anónima:, capitalizar siete mil millones de dólares que requiere para su expansión (vendiendo un 20% de su propiedad), lo que le daría un directorio con control público-privado, la posibilidad de mejorar las pensiones (si invierten las AFP), y menos burocracia para sus proyectos, ganando en transparencia al ser regulada por la Superintendencia.



Comparto la necesidad de más transparencia, menos burocracia para sus planes de expansión y , sobre todo, asegurar su expansión para que Codelco logre hacia el 2010 producir la mitad del cobre en Chile (hoy produce el 37%), y mantenerse como la principal productora mundial.



Todo ello se puede lograr sin necesidad de privatizarla «ni total ni parcialmente», como lo ha dicho Michelle Bachelet, pero haciendo cambios profundos, que detallamos haciéndonos cargos de la polémica.



a.- Un directorio con dedicación y autonomía, sin ministros, ayudaría a eliminar las tres o cuatro cabezas que buscan liderar. Allí puede estar un par de representantes de organismos plurales- como la Sofofa-, que permitan su carácter «público», de todos los chilenos.



b.- Establecer por ley un fondo de reinversión de las utilidades de la empresa, evitando que el fisco y el fondo de compras de armas se lleven todas las ganancias, condenando a la estatal a un nivel de endeudamiento que se vuelve complejo.



c.- Mejorar la transparencia por la vía de obligarse a licitaciones públicas en todos los contratos, ya que hoy su reglamento interno permite en montos altos contrataciones directas o licitaciones privadas, no obstante, el 90% se licita con competencia.



d.- Convertirla en un holding de varias empresas 100% estatal; las actuales divisiones y mixto para negocios nuevos, como el tecnológico que es la gran deuda de una empresa que no lo ha mirado con atención bajo el argumento que «es más rentable extraer cobre» y «que nos saca de nuestro foco»..Esto ayudaría a una descentralización mínima y a ser más activos en cluster regionales, ya que vía centralización, se han resentido cadenas productivas y aminorado competencias por las altas exigencias de los «contratos supradivicionales», con economías de escala a veces dudosas.



e.- Regularizar las relaciones laborales con mayor integración de contratistas de obras mineras estables y una racionalización de la fuerte carga central de administración personal. En esto Schaulsonh exagera, ya que en estos años se han reducido cargos y el costo por trabajador es similar al promedio de la minería privada, pero hay espacio para mejorar a los contratistas y sacar grasa central.



f.- El compromiso político con mejoramiento de pensiones bajas (todos los candidatos) es más plausible con que el 100% de las utilidades sean estatales, aportando a subir pensiones bajas, que incorporando a las AFP, donde hay gran debate por los altos costos de comisiones y administración.



Creo importante añadir que con Juan Villlarzú no se puede ser injusto y dar «el sueldo de Chile» a quien apostó a la expansión de Andina y Teniente, a un pacto estable con los sindicatos, a disminuir stocks para mejorar el precio, aunque los neoclásicos no lo acepten. Hay muchas razones para que el cobre se acerque a los dos dólares por libra, y demasiadas, para no romper un capital simbólico de unidad (el Congreso pleno apoyó la nacionalización el 71), sino también práctico para que conserve su estatus estatal, modernizándose y transparentándose para una mayor eficacia en su contribución al desarrollo nacional.





Esteban Valenzuela Van Treek. Diputado PPD por Rancagua.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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