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Repercusiones para Chile de voto por Consejo de Seguridad


Chile se enfrenta a una decisión importante, cual es apoyar -o no votar por ninguno- para que un país sea el próximo miembro no permanente del Consejo de Seguridad (CS) de la ONU.



Pero pongamos el tema en perspectiva. La decisión que debe tomar Chile, y en especial su Presidenta, se ha transformado en un tema de cada vez mayor relevancia en la política interna de Chile. Para llegar a este escenario hay dos componentes fundamentales:



1. Los candidatos que postulan en Latinoamérica: Guatemala representa una nación lejana de nuestra cultura; una nación pequeña, de poco peso regional y lo más gravitante, candidata de Estados Unidos, país de cada vez mayor desprestigio internacional. Por otra parte, Venezuela es un país más cercano al nuestro, geográficamente, culturalmente e históricamente. De mayor peso regional. Su problema: aparece como un país confrontacional a Estados Unidos. ¿Pero es realmente un problema? Si hay algo que se aprende rápido de la política internacional es la búsqueda de equilibrios, y no es malo que haya países que se contrapongan a las posiciones en política internacional de la actual administración Bush, como en su momento lo hicieron Chile y México frente a Estados Unidos en el tema de Irak.



2. El segundo componente que ha complicado el tema en la política interna de Chile, es la demora en la decisión del voto. Tan cuestionada que ha sido la falta de liderazgo de la Presidenta Bachelet, fue una ocasión para haber decidido hace meses, al menos semanas, cuando los partidos de la Concertación decidieron acatar lo que la Presidenta decidiera. Esta demora ha facilitado la división de los chilenos, a nivel del Congreso, de los partidos, la Concertación y cada vez con un escenario más complejo para haber dicho: «Â…esta es mi decisiónÂ…».



Es cierto que en el actual escenario internacional, cada vez más tenso, en un mundo cada vez globalizado e interdependiente es relevante ser miembro del Consejo de Seguridad. Pero esta relevancia se ha elevado a niveles insospechados, esencialmente porque Estados Unidos ha decidido aplicarse al máximo en que Venezuela no sea elegido para el Consejo. El único efecto que ha logrado es que haya transformado en una medición de fuerzas bilateral, y que ambos países busquen alianzas alrededor de toda la orbe para una u otra causa. Pero quien lleva la posibilidad de perder mucho más es Estados Unidos. Para Venezuela no es demasiado complicado decir que: «Â…la principal potencia nos impidió nuestro legítimo derechoÂ…».



En cambio, con la tozudez que ya sabemos que ha caracterizado la administración Bush en materia internacional, ¿qué explicación va a dar si sale derrotada su posición anti-Chávez? Logrará bajar aún más su popularidad y por cierto Venezuela festejará un gran triunfo.



Frente a este escenario, Chile tiene la obligación de decidir. Hay dos escenarios negativos en materia internacional: uno, es tratar de ser listos, ver hacia dónde se inclina la balanza, y votar con la mayoría; eso sólo nos desacredita. Lo mismo ocurre si votamos en blanco. Por otra parte Chile busca propiciar la unidad, la integración sudamericana, está en el programa de Bachelet, entonces la respuesta sale prácticamente natural. Además se debe evitar que propiciemos ejes en Sudamérica, que junto a Perú, Ecuador y Colombia – eje del Pacífico- apoyemos a Guatemala; y Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay -eje del Atlántico- apoyen a Venezuela, como ya lo han explicitado. Eso iría en el sentido contrario de ser un país integrador, justo cuando buscamos el nacimiento de la Comunidad Sudamericana de Naciones.



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Gonzalo Meza Allende. Sociólogo. Director Consultora Opinión
gmeza@consultoraopinion.cl


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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