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Concertación y neoliberalismo


El senador del PS Ricardo Núñez ha declarado que la experiencia de la Concertación «es exactamente lo contrario al neoliberalismo y quienes sigan sosteniendo que hemos administrado el modelo de Pinochet, es porque han estado durmiendo durante estos dieciséis años» («La Nación»; 15-3-2007).



Es notable lo que puede hacer el voluntarismo en distorsionar la percepción de la realidad. Porque el senador Núñez simplemente quiere ignorar que en materias económicas, la Constitución del 80 se mantiene tal como la dejó Pinochet. Y que los sistemas laboral y sindical; las AFP; las ISAPRE; las limitaciones del rol del Estado en la economía; las políticas desnacionalizadoras del cobre; el sistema educativo y, en general, el conjunto del modelo que ha colocado a nuestro país entre los con peor distribución del ingreso del mundo; continúan sin ninguna modificación sustancial desde 1990.



A tal punto ha sucedido esto, que la Concertación en general y Ricardo Lagos en particular, están recibiendo los más encendidos elogios de connotados empresarios, economistas e intelectuales de derecha del país y del exterior.



Así, uno de los artífices de la Escuela de Chicago, Arnold Harberger, acaba de señalar que «estuve en Colombia el verano pasado participando en una conferencia, y quien habló inmediatamente antes de mí fue el ex presidente Ricardo Lagos. Su discurso podría haber sido presentado por un profesor de economía del gran período de la Universidad de Chicago. El es economista y explicó las cosas con nuestras mismas palabras. El hecho de que partidos políticos de izquierda finalmente hayan abrazado las lecciones de la buena ciencia económica es una bendición para el mundo». («El País», España; 14-3-2007)



Por otro lado, el ex presidente de la Confederación de la Producción de la Producción y del Comercio Hernán Somerville señaló, a fines de 2005, que «mis empresarios todos lo aman, tanto en APEC (el Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico) como acá (Chile)… porque realmente le tienen una tremenda admiración por su nivel intelectual superior y porque además se ve ampliamente favorecido por un país al que todo el mundo percibe como modelo» («La Segunda»; 14-10-2005)



A su vez, el destacado economista de derecha César Barros sostuvo, con ocasión del fin del gobierno de Lagos, que «las alabanzas empresariales dejan pequeñas a las ‘declaraciones de amor’ que le hiciera la cúpula empresarial finalizada la APEC. Un grupo de amigos empresarios que denominaban a Don Ricardo ‘El Príncipe’ (tanto por aquello de Maquiavelo como por ser el primer ciudadano de la República) han optado en llamarlo, de ahora en adelante, ‘Zar de todos los Chiles'». Esto, porque de acuerdo a Barros, «Lagos los convenció de que estaba siendo el mejor Presidente de derecha de todos los tiempos». El mismo Barros compara la situación del ex presidente con la del hijo pródigo de la parábola evangélica (Lucas 15; 11-32), efectuando una analogía del padre (Dios) con la derecha económica; del hijo mayor (que siempre se mantuvo apegado al padre) con la derecha política; y del hijo pródigo (el pecador arrepentido) con Lagos. Y concluye que cuando la derecha económica comprueba que la conversión de Lagos y sus ministros a las políticas liberales «es sincera y decidida, no quedaba más que hacer una gran fiesta: esta vez de discursos y abrazos. Porque nos habíamos reencontrado con la izquierda en lo fundamental» («La Tercera»; 11-3-2006).



Asimismo, el experto del Centro de Estudios Públicos (CEP) Harald Beyer manifestó el año pasado que, dada la convergencia que se ha producido entre la derecha económica y la Concertación «la necesidad que los empresarios tienen de la derecha política ha caído fuertemente; las acciones de la derecha cayeron en el empresariado y hoy la derecha tampoco les puede ofrecer nada» («Siete»; 9-4-2006)



Por último, tenemos al cientista político Oscar Godoy, quien consultado si observa un desconcierto en la derecha por «la capacidad que tuvo la Concertación de apropiarse del modelo económico», respondió: «Sí. Y creo que eso debería ser un motivo de gran alegría, porque es la satisfacción que le produce a un creyente cuando consigue la conversión del otro. Por eso tengo tantos amigos en la Concertación; en mi tiempo éramos antagonistas y verlos ahora pensar como liberales, comprometidos en un proyecto de desarrollo de una construcción económica liberal, a mí me satisface mucho» («La Nación»; 16-4-2006)



Al parecer, quien ha «estado durmiendo» en estos dieciséis años es el senador Núñez.



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Felipe Portales es sociólogo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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