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El drama del país vasco


En las universidades enseñamos que un grupo humano significativo numéricamente que tiene una historia, una cultura y una identidad de propósitos futuros constituyen una nación. La doctrina y la normativa jurídica internacional, producida particularmente por las Naciones Unidas, señala que toda nación tiene el derecho inalienable a la autodeterminación. Es decir, tienen el derecho a organizarse jurídicamente como estado independiente.



En el norte del territorio demarcado internacionalmente como parte del estado español viven los vascos, que tienen ricas y perfectamente detectables tradiciones culturales, unos trescientos mil de ellos se encuentran en un sector aledaño que figura en los mapas como territorio francés. Son en total casi tres millones. Múltiples estudios antropológicos no han logrado dar con sus antepasados y todo indica que han vivido siempre allí, cuando menos desde el paleolítico. La lengua vasca tiene una morfología claramente diferenciada del español.



En la larga y milenaria conformación del estado español los vascos siempre estuvieron allí y desde la unificación de los reyes católicos, cada monarca pasaba a la posteridad señalando sus reinos a los cual agregaba a los vascos. Esto, de rey en rey, y se lee claramente cuando uno observa los monumentos a los reyes en los jardines del Escorial de Madrid. Esto es muy significativo, pues si señalaba haberlos dominado era porque no eran señorío propio y si cada nuevo monarca se lo atribuía, era porque ninguno lo había logrado.



En la guerra civil de 1936-39 los vascos lucharon del lado de la república y en contra del fascismo franquista. Su parte en el martirio del pueblo español quedó patentizada en la destrucción de Guernika por la Luftwafe de Hitler, genialmente legada a la posteridad por Pablo Picasso en forma de dramática pintura.



Luego, la dictadura franquista les sometió a las peores represiones que incluyeron la prohibición de su bandera y de hablar en su lengua y de todo aquello que señalara que eran lo que eran, vascos.



Resistieron entonces esa dictadura en todos los planos. Apareció la organización armada ETA(Patria Vasca y Libertad). Franco ejecutó sin piedad, y a pesar de las protestas internacionales, a los jóvenes vascos que lograba capturar.



A mediados de los setenta, Franco había designado como su sucesor, en la perspectiva de eternizar la dictadura, al almirante Luis Carrero Blanco. Una acción comando de la organización armada vasca, en pleno centro de Madrid, puso fin a esta pretensión.



Los españoles juraron su constitución política en 1975. Los vascos se negaron a ello, por cuanto ésta no reconocía su autonomía como nación. De ahí en adelante, han vivido una situación de violencia política permanente.



Actualmente existen más de 600 presos políticos vascos en distintas cárceles españolas.



El estado español ha construido una figura jurídica que, desde el punto de vista de la moderna ciencia penal y los derechos humanos, no se puede sino catalogar como una monstruosidad jurídica. Los tribunales españoles señalan que dado que la ETA utiliza la violencia con fines independentistas, todos quienes propongan semejantes afanes de independencia son responsables de los actos violentos de éstos, pues persiguen los mismos fines. Es lo que se ha venido en llamar el «entramado ETA», es decir, si usted escribe un poema independentista, como sus fines serían los mismos que los de ETA, usted se hace responsable de todas las acciones de esa organización armada.



Hace algunos meses y ante las elecciones municipales que se avecinaban, la izquierda independentista vasca se aprestaba a proponer sus listados de candidatos en su formación política Batasuna, pero ésta fue ilegalizada. Hay que hacer notar que este partido es actualmente legal en el lado francés.



Se presentaron entonces listas de independientes por cada municipio, listas que también fueron anuladas. Se optó entonces por presentarse bajo el lema del Partido Acción Nacionalista Vasca, partido pequeñito y con muchos decenios de existencia. Pues allí fue la autoridad española anulando las candidaturas bajo acusación de que tal o cual candidato había pertenecido a Batasuna Ä„cuando éste era legal! Una exclusión de tamaña envergadura, en pleno siglo XXI, debería ser considerada por la comunidad internacional y la institucionalidad de Derechos Humanos.



A pesar de todo la izquierda independentista vasca aumentó significativamente su votación en todos los municipios vascos. Ellos no presentan candidatos en otros lugares, pues lo consideran extranjero. Su recaudo electoral alcanzó a más de 400 concejales electos. La izquierda independentista vasca ha alcanzado habitualmente cifras cercanas al 30% de la votación.



La izquierda independentista vasca promueve un diálogo de paz efectivo que, como el de Irlanda, sea capaz de armonizar paz y justicia histórica. El PSOE ha intentado construir la paz pero, entre otras cosas, la presión de la derecha española que exige rendición incondicional y anexión ad eternum lo ha impedido. Creo que es tarea democrática internacional apoyar los esfuerzos de paz en España.



El país vasco tiene actualmente un gobernador civil nombrado por Madrid con características y facultades muy similares a los virreyes que por siglos nos impusieron en América Latina.



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Roberto Ávila Toledo. Abogado

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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