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Chile en la Primera División

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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No hay dudas de que el ingreso de Chile a la OCDE marcará un antes y un después en nuestra política exterior, pues la obtención de esta membresía constituye el paso más importante de las últimas décadas en materia de integración. El Gobierno de la Presidenta Bachelet está construyendo sobre bases…


Por Neftalí Carabantes*

El inminente ingreso de Chile a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) constituye un reconocimiento histórico a las sólidas políticas económicas y sociales llevadas a cabo en las últimas dos décadas. Al mismo tiempo que valora los significativos avances en los procesos de democratización, de transparencia y de respeto a los derechos humanos que han logrado institucionalizarse en el país.

Esto, porque si bien hasta hace algunos años Chile observaba desde lejos al selecto grupo de países que componen este organismo, hoy estamos a pasos de ser la primera nación sudamericana en pertenecer a esta entidad, lo que consolida nuestro liderazgo regional en términos económicos, de gobernabilidad, paridad de genero, en el plano regulatorio en materias de anticorrupción, el sistema financiero, y  en políticas públicas de calidad.

La pertenencia a este grupo no tiene un afán pretencioso. Existen diversos instrumentos, por ejemplo, fondos de inversión en Estados Unidos y en Europa, que por ley sólo pueden invertirse en países que tienen el sello OCDE. El ingreso de Chile a estas ligas mayores nos convertirá en un país tributario del creciente flujo de transferencias en materias de innovación, ciencia, cambio climático y tecnologías de la información. Así, Chile enfrenta el siglo XXI habiendo iniciado su camino hacia el  desarrollo, lo cual repercutirá en mayor crecimiento económico, mayor generación de empleo y en una mejor calidad de vida de las personas.

Actualmente, nuestro país realiza una importante contribución, en calidad de observador y de invitado en 18 Comités y Grupos de Trabajo de esta entidad, pero para convertirse en miembro activo es necesario avanzar en las exigencias de estándares que la OCDE establece para todos los países que la integran. Asimismo, en el plano interno, existen materias que están sujetas a proyectos legislativos que de no aprobarse, obstruyen la viabilidad de ingresar a esta entidad y consolidar, efectivamente un proceso de integración con los países desarrollados. De ahí la necesidad de pensar en Chile, antes que en la coyuntura.

Tal es el caso del proyecto de ley sobre el secreto bancario, normativa que sin duda fortalece nuestra institucionalidad, pues permitirá al Servicio de Impuesto Internos (SII) conocer las cuentas corrientes de los contribuyentes, sin que exista la investigación de un delito de por medio. La reciente aprobación otorgada por la Cámara de Diputados a esta iniciativa, representa un nuevo avance, por cierto, a ratificar por el Senado, respecto de uno de los compromisos que la OCDE establece como clave. En lo particular, esta normativa en modo alguno transgrede la privacidad de las personas, pues la actividad privada no es equivalente a una política del secretismo. Además, la carta fundamental consagra el deber del Estado de velar por el bien común en el cumplimiento de propósitos generales de orden social. Es por eso que el levantamiento de esta figura legal fortalecerá también los mecanismos de fiscalización ante la presunción de alguna irregularidad o evasión tributaria.

Desde el punto de vista de los desafíos, el ingreso a este club es un llamado a implementar políticas tendientes a mejorar nuestros estándares, por ejemplo, en materias laborales, ambientales, de educación, de transparencia financiera, y marco jurídico y regulatorio, en las que si bien hemos avanzado, aún nos queda mucho por andar. Queda claro que el ingreso no es una meta, sino el inicio de un camino que nos acercará a los niveles de los países desarrollados. A solo meses del Bicentenario, nos encontramos en un momento expectante, ad-portas de un gran desafío y una tremenda oportunidad. Es el tiempo de la disciplina, de la unidad, y la perseverancia. No hay razones para equivocar la ruta. De nosotros depende dar un salto adelante para consolidar el camino al desarrollo.

No hay dudas de que el ingreso de Chile a la OCDE marcará un antes y un después en nuestra política exterior, pues la obtención de esta membresía constituye el paso más importante de las últimas décadas en materia de integración. El Gobierno de la Presidenta Bachelet está construyendo sobre bases sólidas, pensando en las generaciones que vendrán y  trabajando con fuerza por un Chile a la altura de sus 200 años de vida.

 *Neftalí Carabantes es subsecretario general de Gobierno.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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