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Aumento del posnatal: un proyecto con pocas falencias

Javier Scavia
Por : Javier Scavia Profesor del Departamento de Industrias, Campus Santiago. Universidad Técnica Federico Santa María.
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A mi juicio la aprobación de esta extensión conllevará a un aumento de la productividad, seguramente por la menor carga emocional que generará dejar al recién nacido tan tempranamente. Pero, más importante que todo, es que los beneficios y desventajas sociales tendrían que definirse después de ponernos de acuerdo como sociedad que tipo de rol nos gustaría para la mujer.


Diversas reacciones ha provocado el reciente proyecto impulsado por el Gobierno para extender el posnatal de tres a seis meses, el cual será votado ahora en el Parlamento. A mi juicio, en rigor, la iniciativa posee un espíritu bastante positivo, sobre todo porque con todo esto se pretende focalizar recursos públicos en las mujeres de bajos ingresos.

Por eso no estoy de acuerdo con la oposición, que argumenta que no debe haber discriminación en cuanto a  los ingresos laborales de las mujeres. Justamente como están las cosas ahora, la mayoría de los dineros fiscales van a parar a las mujeres de más altos recursos. Lo que esgrimen me parece poco serio además, porque todas las leyes sociales discriminan por ingreso o lo que sea. Los subsidios benefician principalmente a las personas de bajos ingresos, no a todos. No se puede hacer leyes sociales para todo el mundo.

Asimismo, son las personas mejor remuneradas las que tienen más posibilidades de pagar por los cuidados del niño a través de una nana o un jardín infantil, así como también tienen los recursos para pedir licencias fraudulentas, precisamente uno de los temas que el proyecto pretende combatir. Por esta razón, el Ministerio de Trabajo este año pondrá un poco más de cuidado en la fiscalización e incluso existe un proyecto que incluye penas de cárcel para los pediatras que estén dando licencias falsas al diagnosticar, por ejemplo, reflujo infantil, que es una de las patologías más utilizadas en estos casos.

[cita]A mi juicio la aprobación de esta extensión conllevará a un aumento de la productividad, seguramente por la menor carga emocional que generará dejar al recién nacido tan tempranamente. Pero, más importante que todo, es que los beneficios y desventajas sociales tendrían que definirse después de ponernos de acuerdo como sociedad que tipo de rol nos gustaría para la mujer.[/cita]

En cuanto a las falencias, honestamente a esta iniciativa no le veo muchas. Lo que podría ser negativo es que con este posnatal tan alto aumente la probabilidad de que se incremente la discriminación laboral femenina, pues muchos empleadores no van a querer contratar a una mujer en edad fértil que, si queda embarazada, no se va a ausentar tres meses como solía ser hasta ahora, sino el doble. Hay quienes piensan que ése es el gran peligro de esta propuesta.

El punto que dice relación con el subsidio maternal con un tope de 30 UF, entretanto, me parece bien, en especial al contemplar la opción de que las mujeres que tengan un salario mayor a ese monto puedan ir retornando en forma parcial al trabajo. Eventualmente, para mujeres de altos ingresos que ganen más de las 30 UF y que, supongamos, sean jefas de hogar y el único sostén de la familia, que a lo mejor estén pagando dividendo, claramente no les va a convenir ese subsidio y van a preferir seguir trabajando, dejando  al niño en una sala cuna, por ejemplo. Entonces creo que darles esa opción es una solución, porque pensando en un salario alto impide que se empobrezcan relativamente, por así decirlo, dado el monto que asignará el Estado. Es una solución bastante hábil y relativamente novedosa.

En suma, a mi juicio la aprobación de esta extensión conllevará a un aumento de la productividad, seguramente por la menor carga emocional que generará dejar al recién nacido tan tempranamente. Pero, más importante que todo, es que los beneficios y desventajas sociales tendrían que definirse después de ponernos de acuerdo como sociedad que tipo de rol nos gustaría para la mujer. No podemos pedirle a las mujeres ser «súper mamás» y «súper trabajadoras» al mismo tiempo, pero cuando nos pongamos de acuerdo y le pidamos más de algunos de estos aspectos, no podemos quejarnos después del costo que ello signifique en otros ámbitos. Además, es de suma importancia que el acuerdo pase por las protagonistas, no a espaldas de ellas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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