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Los dirigentes estudiantiles no se merecen un socio antisemita

Patricia Politzer
Por : Patricia Politzer Periodista y ex Convencional Constituyente.
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El exabrupto no provino de la pasión desmedida de un joven dirigente en medio de la represión si no del Presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, en una bien pensada conferencia de prensa. ¿Es posible que el máximo representante de los maestros ataque al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, en su condición de judío? ¿Qué piensan sus colegas que votaron por él para que los representara? Los dirigentes estudiantiles no se merecen un socio antisemita.


Los estudiantes han logrado remecer al país con sus demandas. A la luz de diferentes estudios de opinión pública, la mayoría de los chilenos las considera justas y apoya sus movilizaciones como una forma de concretarlas ante un gobierno y una clase política en los que no se confía para negociar sin sostener una clara manifestación de fuerza.

Las tomas y marchas pusieron sobre la mesa temas que hace muy poco eran tabúes impronunciables como la obligación del Estado de proveer una educación de la calidad para todos, el fin del lucro en este ámbito y una reforma tributaria para financiar efectivamente las reformas que se requieren.

El gobierno quedó sin conducta, no entendió la magnitud, la seriedad, ni la firmeza con que la ciudadanía está apoyando a los estudiantes que son en definitiva sus hijos, sus nietos, el futuro. Agobiado por una manifestación social que no logra encauzar, el ministro del Interior sólo atinó a recurrir al autoritarismo, dando por terminado “el tiempo de las marchas” para luego desatar una represión sin contemplaciones que incluyó cargas de caballería, golpes a destajo y hasta bombas lacrimógenas dentro del metro. ¡Qué manera más absurda de apagar una fogata con bencina!

[cita]El exabrupto no provino de la pasión desmedida de un joven dirigente en medio de la represión si no del Presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, en una bien pensada conferencia de prensa. ¿Es posible que el máximo representante de los maestros ataque al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, en su condición de judío? ¿Qué piensan sus colegas que votaron por él para que los representara? Los dirigentes estudiantiles no se merecen un socio antisemita.[/cita]

Los estudiantes del 2011 se ganaron el derecho a que los chilenos creamos en ellos para construir un Chile mejor, más justo y solidario. Mientras mayor es su legitimidad también es mayor su responsabilidad y mayor gravedad representan los errores.

Duele que la represión absurda y desmedida provocada por la falta de manejo político del gobierno de Sebastián Piñera se compare con la dictadura. Por ineficiente e impopular que sea, por más que los antiguos jóvenes pinochetistas sean hoy ministros, este es un gobierno democrático. Nadie teme por salir a golpear cacerolas ni por vociferar contra las autoridades.  La dictadura fue un horror que nada tiene que ver con lo ocurrido en estos días. La dictadura es lo que vemos la noche de los jueves en “Los archivos del Cardenal” de Televisión Nacional: detenciones arbitrarias, torturas inhumanas y asesinatos impunes por parte de agentes del Estado. Comparar el gobierno de Piñera con la dictadura es una barbaridad que sólo consigue suavizar el miedo y los crímenes que se vivieron durante el régimen militar. El país no puede olvidar la verdadera dimensión de la dictadura, para que esos hechos jamás vuelvan a ocurrir.

Duele que uno de los líderes de la movilización formule declaraciones racistas. El exabrupto no provino de la pasión desmedida de un joven dirigente en medio de la represión si no del Presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, en una bien pensada conferencia de prensa. ¿Es posible que el máximo representante de los maestros ataque al ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, en su condición de judío? ¿Qué piensan sus colegas que votaron por él para que los representara? Los dirigentes estudiantiles no se merecen un socio antisemita. Su movimiento ha convencido a los chilenos que esta nueva generación –que no se siente representada por los actuales dirigentes políticos- está por encima de las viejas prácticas intolerantes, discriminatorias y totalitarias.  Cabe preguntarse si Jaime Gajardo tiene la estatura necesaria para marchar y sentarse junto a los actuales líderes estudiantiles.

La dirigencia estudiantil tiene la responsabilidad de llegar a buen puerto, evitando cualquier acción que les reste legitimidad. Sus objetivos son demasiado relevantes, ¡por favor cuiden su movimiento!

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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