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FEUC: la pequeña gran batalla

Carlos Correa B.
Por : Carlos Correa B. Ingeniero civil, analista político y ex Secom.
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Una victoria de los gremialistas en la UC sería un dulce para esa tesis. Dirigentes estudiantiles, con resonancia nacional, apareciendo por los medios llamando a volver a clases, a discutir las dificultades de la educación en comisiones con el gobierno, y acusando que lo que el Presidente Piñera llamó una causa hermosa, noble y justa, es en realidad el Caballo de Troya de los restos de la Concertación y otros interesados en busca de instalar agendas políticas extremistas y no soluciones.


Miércoles y jueves fueron la primera vuelta de las elecciones de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica. Según la información al momento de escribir esta columna, la lista NAU tenía una ventaja sobre la de los gremialistas, llamada 1 A, pero que obliga a una segunda vuelta el 8 y el 9 de noviembre. Por cierto, revisando resultados, llama la atención que en Teología la aparentemente laica lista de la NAU doblaba en votos al católico movimiento gremialista.

Varias personas cercanas al mundo estudiantil de la Universidad Católica han dicho que esta es una elección histórica solo comparable a aquella del año 1985 donde Tomás Jocelyn-Holt se coronó presidente dando un duro golpe al gremialismo y otro rumbo a la lucha del movimiento social contra la dictadura.

O quizá mucho más allá, comparable con aquella donde Miguel Ángel Solar derrotó a los gremialistas en el año 1967 dando inicio a uno de los hechos más simbólicos en la historia política nacional: la toma de la Casa Central de la UC. Además de la analogía de esta elección con aquellas, otro factor se mantiene en común. Cambian los años, los siglos, el escenario político chileno y del mundo, cambian las demandas del movimiento estudiantil, cambian los contestatarios que desafían al status quo de la Pontificia y cambian los paradigmas de la civilización, pero los que no cambian son los gremialistas.

[cita]Cambian los años, los siglos, el escenario político chileno y del mundo, cambian las demandas del movimiento estudiantil, cambian los contestatarios que desafían al status quo de la Pontificia y cambian los paradigmas de la civilización, pero los que no cambian son los gremialistas.[/cita]

Conviene analizar si la actual elección es también un hito histórico. En una columna que publiqué semanas atrás en El Mostrador, analizaba la estrategia de los halcones del gobierno, que buscan desgastar el movimiento estudiantil por la vía de aislar a los moderados y dejar que los violentos se enfrenten al rechazo ciudadano. Una victoria de los gremialistas en la UC sería un dulce para esa tesis. Dirigentes estudiantiles, con resonancia nacional, apareciendo por los medios llamando a volver a clases, a discutir las dificultades de la educación en comisiones con el gobierno, y acusando que lo que el Presidente Piñera llamó una causa hermosa, noble y justa, es en realidad el Caballo de Troya de los restos de la Concertación y otros interesados en busca de instalar agendas políticas extremistas y no soluciones.

Creer que dichos dirigentes se centrarán en los asuntos internos de la UC, incluyendo fiestas y auspicios y no tendrán una agenda nacional es ser ingenuo y no conocer el gremialismo que a lo largo de las décadas ha tenido un compromiso público y una agenda para Chile que han tratado de imponer, literalmente, a veces por la razón y otras por la fuerza. Una plataforma para dicho movimiento ha sido las veces que ha podido dirigir la FEUC, de donde han salido senadores, ministros, subsecretarios y uno que otro operador político del Ministerio de Educación.

Si el NAU de Jackson mantuviera la cabeza de la FEUC el movimiento estudiantil tendría un respiro. Es muy difícil para el gobierno catalogar a este grupo como extremistas y ultras poco dispuestos al diálogo, cuando han tenido que enfrentar caldeadas asambleas de la CONFECH en pos del movimiento y no de la revolución.

Alguien puede decir que suena exagerado apostar a que la elección de la FEUC, con un universo de electores menor a 15 mil estudiantes, puede ser un hito en esta crisis. La verdad es que sí. Pero muchas veces todo se reduce a una sola pequeña escaramuza. La Segunda Guerra Mundial se decidió en el Frente Oriental. Este en la famosa Batalla de Stalingrado, en la que fueron decisivas pequeñas batallas como la colina de Mamaiev o la casa de Pavlov.

No llega a tal extremo la elección de la FEUC, pero sí que la agenda será otra dependiendo de los resultados. La enorme dispersión de votos hace imposible adelantar un pronóstico para la segunda vuelta, lo que hará aún más encarnizada la lucha. Y si en algo se parecerán estos gremialistas a sus padres y abuelos es que nuevamente dirán que son los otros los instrumentalizados, y que ellos sólo quieren devolver la Universidad a los estudiantes. La derecha llama política a todo lo que no es política de derecha.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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