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Brasil, una superpotencia ¿sin capacidad nuclear militar?

Cristian Leyton
Por : Cristian Leyton Profesor Civil Academia de Guerra del Ejército. Investigador Asociado Centro de Estudios Estratégicos ANEPE.
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“El armamento nuclear, usado como un instrumento de disuasión, es de gran importancia para un país que tiene 15 mil kms de fronteras hacia el oeste y un mar territorial” que defender. Esto lo señaló, el año 2009, el entonces Vicepresidente de Brasil, José Alencar. Claro y directo: Brasil debería desarrollar armas nucleares.

No obstante que Brasil adhirió el año 1988 al Tratado de No Proliferación Nuclear, hay señales que indican que no todos en el stablishment de la Defensa brasileña han asimilado esta limitante del destino manifiesto de Brasil. Bajo la presión estadounidense, en 1991, éstos debieron someter toda su estructura de nuclear bajo la supervisión de la AIEA (Agencia Internacional de Energía Atómica). No obstante ello, el 2004 modificó ligeramente su postura señalando que los Estados poseen un “derecho inalienable” de enriquecer uranio para “fines pacíficos”. El mismo año 1991, ambos países crean en forma conjunta la Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares (ABACC) con el objetivo de conservar parcelas de “soberanía nuclear” frente a la AIEA. De esta manera los dos países aplican y gestionan el llamado Sistema Común para Contabilidad y Control de Materiales Nucleares.

Brasil posee dos plantas nucleares (Angra 1 y 2), sin embargo el Gobierno de Lula autorizó, en su momento, a la compañía Electronuclear para que construya una tercera planta cerca de Rio de Janeiro. El uso dual de la energía nuclear aparece hoy como una amenaza velada, poco comentada y analizada, en los círculos académicos y políticos sudamericanos.

En el transcurso del año 2003, el país de las playas paradisiacas instituyó la idea de dotarse de un submarino a propulsión nuclear, endureciendo su postura hacia las barreras que el Tratado de No Priliferación Nuclear (TNPN) levantaba. Es así como Lula criticó el TNPN, calificándolo de obsoleto e injusto. Luego, en abril del 2004, el Gobierno brasileño negó un acceso ilimitado de agentes de la AIEA a las nuevas instalaciones nucleares en Rio de Janeiro. Alarmas se encendieron a nivel mundial, en particular desde las agencias destinadas a evitar la proliferación ce capacidades nucleares militares. El problema mayor del submarino nuclear brasileño está dado por la fuente de poder del sumergible: éste necesita de uranio enriquecido, el mismo que se usa para crear una bomba nuclear. En julio del 2007, Lula anunció públicamente que su Gobierno aumentaría sustancialmente los fondos acordados a la Marina de ese país a fin de avanzar en el desarrollo de un programa de enriquecimiento de uranio y la creación de un mini-reactor nuclear adaptable a su programa de submarino. ¿Necesita, realmente, Brasil un submarino nuclear para la defensa de sus yacimientos petrolíferos?

El descubrimiento de importantes yacimientos de petróleo en las costas brasileñas que harían pasar sus reservas de los 14.000 millones de barriles a 50 mil u 80 mil millones justificarían y explicarían, desde Itamaraty, la necesidad de potenciar sus capacidades disuasivas militares en el mar. Un submarino nuclear de ataque, como el planificado, garantizaría su defensa y la proyección de una capacidad disuasiva mas allá de sus costas, en forma anticipativa.

Brasilia ha dejado claro su intención en constituirse en una Superpotencia sudamericana y una potencia mundial. Para ello necesita símbolos de poder y potencia, militar y política, aún si ello conlleva a un costo, incluso si ello implica quedarse, por un tiempo, al margen de la legalidad y legitimidad internacional. La India demostró, cuando decidió salir del closet nuclear con sus ensayos nucleares, que ciertos países con intenciones de potencia pueden absorber dichos costos, pero que su estatus internacionales les permiten reintegrarse en gloria y majestad al sistema internacional.

¿Deberá lidiar Sudamérica con un Brasil que aspira a ser reconocido como una superpotencia mundial, no solo en el ámbito político, económico y tecnológico sino que también militar, y como tal, capaz de proyectar disuasión a escala planetaria?

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