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Predicción de elecciones en Twitter ¿sabemos algo?

J. Fábrega, P. Paredes y J. Sajuria
Por : J. Fábrega, P. Paredes y J. Sajuria Jorge Fábrega es PhD en Políticas Públicas Escuela de Gobierno UAI; Pablo Paredes es Magíster en Economía y Políticas Públicas y Javier Sajuria Estudiante de Doctorado en Ciencias Políticas, University College London.
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La importancia de las redes sociales, tanto dentro como fuera de internet, tiene que ver con el capital social que somos capaces de generar. Esto quiere decir que los vínculos que generamos con otros, basados en la confianza y la reciprocidad, nos permiten movilizar recursos e información. Estos recursos son tan diversos como conseguir trabajo, mejorar los niveles de eficiencia de un gobierno o, en este caso, movilizar gente a las urnas.


La primaria para escoger al candidato que enfrentará a Cristián Labbé en la próxima elección municipal en Providencia ha dado bastante que hablar. El triunfo de una dirigenta vecinal, Josefa Errázuriz, por sobre el columnista Cristóbal Bellolio y el PS Javier Insulza ha llevado a varios a plantear la inutilidad de las nuevas tecnologías, en particular Twitter, para predecir e influir en los resultados electorales.

El argumento es convincente. Bellolio es sin duda uno de los usuarios políticos de Twitter más reconocidos, es columnista en diversos medios y desplegó una amplia campaña comunicacional a través de plataformas online. No obstante, perdió ante el supuesto trabajo “de calle” que habría hecho Errázuriz a lo largo de sus años como dirigenta local. Se ha hablado de un triunfo de la ciudadanía sobre la élite de Twitter, y desde ya algunos concluyen que estas plataformas no aportan nada nuevo a la tradicional forma de hacer política. El problema con estos análisis es que presuponen que ya sabemos qué es lo que tenemos que mirar en Twitter para predecir elecciones y el hecho es que aquello es todavía una incógnita en la literatura académica relevante.

[cita]El que no haya sido posible aún encontrar una fórmula para predecir el resultado de una elección usando datos obtenidos en Twitter no quiere decir que necesariamente Twitter no importe en una elección. Más razonable parece ser el reconocer que aún estamos a ciegas en la comprensión de los efectos de estas nuevas plataformas sobre la participación política y que aún no comprendemos su verdadero potencial.[/cita]

Diversos estudios han tratado de encontrar cuál es el verdadero efecto predictor que tiene Twitter a nivel electoral. Los resultados son, por ahora, insatisfactorios. De hecho, todavía no existe un consenso sobre cómo deben contarse los tweets para ser considerados como adhesiones o votos hacia algún candidato. Algunos estudios han usado las menciones de un candidato como indicador de apoyo; otros han preferido usar el número de usuarios distintos que mencionan al candidato; un tercer grupo de estudios han evaluado el tono del tweet para discriminar el apoyo o rechazo a un candidato. Además de los problemas para definir los indicadores apropiados para vincular tweets a intención de voto, otros problemas metodológicos persisten, como por ejemplo, se suele asumir que los contenidos de los tweets son directos, pero en muchas ocasiones, el contenido es sarcástico.

Al analizar lo ocurrido en Providencia la conclusión es bastante similar. En un análisis realizado antes de los debates televisados entre los candidatos, se constató que el desempeño de estos fue mutando. En un principio, Bellolio concentraba gran parte de los apoyos, mientras que Insulza contaba con un buen número de las menciones y Errázuriz, por otra parte, se mantenía con buenas evaluaciones aunque incipientes. El debate televisivo generó un cambio importante luego que Josefa Errázuriz aumentara considerablemente sus apoyos y menciones mientras que Insulza cayó en un hoyo del que no fue capaz de recuperarse. Ninguno de los datos observados permitía hacer alguna predicción consistente.

Más aún, supongamos que sea cierto que los tweets aparecidos durante el proceso electoral en apoyo de uno u otro candidato contienen toda la información relevante para detectar tempranamente una tendencia o incluso pronosticar el resultado de la elección. Una vez recolectados los datos ¿Cómo los interpretamos? Hicimos ese ejercicio e interpretamos los resultados con dos estrategias distintas obteniendo dos interpretaciones diferentes.

Primero replicamos lo que habitualmente realizan los estudios electorales basados en twitter: contar menciones. Dicho análisis habría sugerido que Bellolio ganaba por lejos (ver tabla 1). El representante de Red Liberal concentraba el 60% de las menciones totales, y mantenía ese porcentaje incluso al quitar los tweets de los candidatos, los retweets y aquellos usuarios que hacían más de una mención.

Errázuriz se mantuvo estable cerca del 30% mientras que Insulza no lograba superar la barrera del 8%. Es decir, si las menciones en Twitter fuesen una buena operacionalización de votos, entonces sí se podría sugerir que Twitter no reflejó los resultados como se ha comentado en algunas columnas de opinión ¿Quiere decir eso que Twitter es inútil para anticiparnos a una elección? En rigor, no lo sabemos. Quizás sólo nos dice que las menciones son un mal indicador. Es tan simple como querer predecir una elección sólo a partir del patrimonio de los candidatos o de su gasto electoral. Esos son datos que nos proporcionan información relevante, pero que no sirven por sí solos.

No obstante, mirar las menciones en Twitter quizás no es la lectura adecuada. Por ello, consideramos una segunda alternativa que tiene buenos fundamentos teóricos. En vez de contar menciones, podría ser más apropiado mirar si esas menciones provienen o no de personas que se relacionan entre sí en Twitter. Existen buenas razones estadísticas para confiar más en la veracidad de un dato si éste se obtiene repetidamente de fuentes independientes a que si se obtiene el mismo número de veces desde fuentes interrelacionadas. Si aplicamos esta lógica a los mismos datos anteriores y reconstruimos las redes de seguimiento (followers y friends) entre las cuentas que manifestaron apoyo a cada candidato, las predicciones parecen ser otras (ver tabla 2).

En término de tamaño, volvemos a ver la misma tendencia que en las menciones, en el sentido que las redes de Bellolio y Errázuriz son bastante más grandes que las de Insulza (ver figura). Esta segunda forma de mirar los mismos datos muestra que la red más densa —y por tanto más cerrada— es la de Insulza, quién no sólo concentra a poca gente, sino que no se registraron manifestaciones de apoyo a su candidatura desde fuera de ese grupo. Si lo extrapolamos a datos electorales, podríamos decir que Insulza no logró llegar más allá de su grupo cercano o de origen, lo que tuvo cierto correlato en el número de votos. Bellolio, por otro lado, también mostró un grado importante de densidad y de clusterización (es decir, que los miembros de su red se parecen entre ellos de alguna manera), mientras que sólo aparecen unos pocos usuarios fuera de ese grupo.

Si bien Bellolio logró llegar a más gente, los datos nos muestran que ese grupo no fue tan diverso como el dato de menciones podría haber sugerido. En el caso de Errázuriz, ella sí muestra mayor diversidad relativa; varios usuarios que la apoyaron estaban fuera del grupo principal. Es decir, a diferencia de las menciones, pareciera que esta información si tiene más correlación con lo que ocurrió el domingo pasado. Errázuriz recibió apoyos de cuentas relacionadas con la suya en Twitter y de otras cuentas diversas independientes entre sí ¿es esta forma de leer los datos más apropiada que el análisis de menciones? No lo sabemos.

Y es que lo más difícil a la hora de hacer un análisis riguroso sobre estos datos es tratar de encontrar una fórmula clara, replicable y que funcione a todo evento. En realidad, aún no sabemos bien qué es lo que tenemos que observar para detectar tempranamente cómo será un resultado electoral. Como hemos visto en el caso de Providencia, los datos de algunos días antes no son concluyentes, y los obtenidos el mismo día de la votación podrían ser más una explicación posterior de lo ocurrido que una predicción de lo que va a ocurrir. A nivel internacional, la duda es la misma: no hay, hasta ahora, información suficiente para determinar qué nos dice Twitter sobre elecciones. Pero lo que sí está claro es que algo nos dice Twitter y, por lo tanto, descartar de plano su relevancia como sensor de preferencias política es incorrecto.

La importancia de las redes sociales, tanto dentro como fuera de internet, tiene que ver con el capital social que somos capaces de generar. Esto quiere decir que los vínculos que generamos con otros, basados en la confianza y la reciprocidad, nos permiten movilizar recursos e información. Estos recursos son tan diversos como conseguir trabajo, mejorar los niveles de eficiencia de un gobierno o, en este caso, movilizar gente a las urnas. Tradicionalmente, quienes han estudiado los vínculos que generamos a través de internet tienden a asumir que estas conexiones tienen las mismas características y potencialidades que aquellos vínculos que generamos cara a cara. Así, hay estudios que simplemente extrapolan los mismos indicadores que usaríamos para medir las redes que hay en un lugar de trabajo o en una junta de vecinos al estudio de los medios sociales.

Lo mismo sucede con algunas expresiones que se han realizado en columnas de opinión sobre esta elección. Sobre los dos candidatos principales se ha argumentado que Josefa Errázuriz tiene un alto nivel de capital social a nivel “de calle” (basado sólo en su trayectoria como dirigenta vecinal) y que el fuerte de Bellolio es el capital social que logró generar a través de internet (principalmente usando Twitter). Un dato no menor que parece apoyar esa lectura es el hecho que Bellolio ganó en todas las mesas nuevas y de personas que cambiaron su circunscripción (un aspecto donde su comando fue muy activo en las redes durante los meses anteriores). Pero ¿cuál de los dos tipos de capital social es más relevante para ganar una elección? ¿Cómo se relacionan, potencian o sustituyen? Sea lo que sea, nos enfrentamos al mismo dilema del principio: aún no sabemos bien qué es lo que tenemos que mirar.

En suma, descartar de plano la influencia de Twitter —o de cualquier otra nueva tecnología social— a partir de un evento, por emblemático que sea, es un ejercicio simplista. Durante años se ha generado evidencia del potencial de estas nuevas tecnologías para reducir las barreras de acceso a la información, permitir mayores niveles de coordinación y generar más conexión entre medios, autoridades y ciudadanía. El que no haya sido posible aún encontrar una fórmula para predecir el resultado de una elección usando datos obtenidos en Twitter no quiere decir que necesariamente Twitter no importe en una elección. Más razonable parece ser el reconocer que aún estamos a ciegas en la comprensión de los efectos de estas nuevas plataformas sobre la participación política y que aún no comprendemos su verdadero potencial.

Tabla 1: Proporciones de menciones en apoyo a cada candidato manifestadas en Twitter el día de las elecciones entre 9am y 5pm

Bellolio Errazuriz Insulza N
Menciones de apoyo a los candidatos 60.87 31.69 7.43 915
Distribución de cuentas de twitter apoyando candidato/a 64.09 29.1 6.81 646
Distribución de cuentas de twitter apoyando candidato/a excluyendo retweets 66.39 26.47 7.14 476

Tabla 2: Las redes en torno a los candidatos

Bellolio

Errazuriz

Insulza

densidad

0.022

0.027

0.114

clusterización

0.152

0.142

0.102

diámetro

6

7

4

componentes

7

13

1

cuentas de twitter

570

220

60

* Figura: Redes de followers entre cuentas que manifestaron apoyo a alguno de los candidatos durante el período que se desarrolló la votación (en amarillo aparece la cuenta del candidato respectivo).

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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