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Cancillería: la puerta que abre la encuesta Adimark

Francisco Devia
Por : Francisco Devia Presidente Asociación de Diplomáticos de Carrera ADICA
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La encuesta Adimark reveló que el Canciller Alfredo Moreno es el ministro mejor evaluado del gabinete, con un 79 % de aprobación, cifra de respaldo notable. Aunque la encuesta no lo precisa, lógico es concluir que tal apoyo se relaciona directamente con la intensa actividad que ha desplegado durante los últimos meses. Tanto su destacada intervención en la asamblea de la OEA en Cochabamba y su manejo de la agenda con Perú, como sus esfuerzos por profundizar la participación de Chile en la economía mundial, particularmente en la cuenca del Pacífico, todos eventos con alta exposición mediática, no pueden sino ser vistos como positivos por gran parte de la ciudadanía. No podemos dejar de mencionar que el propio ministro ha destacado la importancia del trabajo de los funcionarios de la Cancillería en estos logros.

Sin embargo, logros concretos en ámbitos específicos de nuestra agenda exterior en los últimos meses y el correspondiente respaldo de la opinión pública evidenciado en las encuestas, por merecidos que sean, no nos garantiza el futuro.Como en el mundo académico, donde las ideas no se cuentan sino que se pesan, una buena gestión no debe distorsionar nuestro análisis llevándolo al corto plazo, olvidando nuestras debilidades estructurales subyacentes que, de no ser abordadas oportunamente, nos pasarán la factura con posterioridad. Así, hoy el desafío debe ser generar condiciones para que una gestión que es buena, sea mantenida e idealmente, mejorada.

[cita]El importante grado de respaldo que tiene hoy el ministro Alfredo Moreno y el posicionamiento que ha logrado el trabajo de la Cancillería en el último tiempo ante la opinión pública, no deben desaprovecharse. Esto, por cuanto ambas situaciones sumadas al hecho que la opinión pública disocia la política interna de nuestra política exterior, evidenciado por la misma encuesta Adimark, así como al hecho de que existe un interés político transversal por el buen curso de nuestras relaciones exteriores, generan un escenario inédito para que el actual gobierno, de una vez por todas, dé inicio a la discusión de un texto concreto de modernización del Ministerio de Relaciones Exteriores.[/cita]

No sólo se deben adoptar medidas que faciliten las necesarias labores de promoción comercial, planificación estratégica y atención consular, sino también se deben realizar modificaciones en materia de personal. Entre estas, resulta inevitable una reforma que actualice el anacrónico marco legal de la Cancillería que data de 1979, la que debe incluir medidas que establezcan una edad de jubilación —hasta hoy inexistente— y permitan dar por concluida la práctica de los embajadores vitalicios. Hasta ahora, estas últimas situaciones impiden los ascensos y la asignación de mayores responsabilidades a las nuevas generaciones de diplomáticos, haciendo que la carrera diplomática propiamente tal, sea una quimera.

El importante grado de respaldo que tiene hoy el ministro Alfredo Moreno y el posicionamiento que ha logrado el trabajo de la Cancillería en el último tiempo ante la opinión pública, no deben desaprovecharse. Esto, por cuanto ambas situaciones sumadas al hecho que la opinión pública disocia la política interna de nuestra política exterior, evidenciado por la misma encuesta Adimark, así como al hecho de que existe un interés político transversal por el buen curso de nuestras relaciones exteriores, generan un escenario inédito para que el actual gobierno, de una vez por todas, de inicio a la discusión de un texto concreto de modernización del Ministerio de Relaciones Exteriores.

La política exterior es una política de Estado, cuyos principios y objetivos generales deben ser permanentes y estar por sobre la coyuntura, el programa del gobierno de turno o la presión de los partidos políticos, representando los intereses de toda la ciudadanía.

Desestimar esta oportunidad para intentar dar cumplimiento a un compromiso presidencial, sería eludir nuevamente el problema, postergando en forma indefinida su solución y condenando a la Cancillería a seguir trabajando desde el pasado. En consecuencia, urge una reforma del ente ejecutor de la política exterior, esto es, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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