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El anuncio de Michelle Opinión

El anuncio de Michelle

Uno de los publicistas, con evidente cara de preocupación, preguntó si la propaganda incluiría algo sobre política pública para enfrentar la desigualdad. Ignacio, con cara de sorprendido y ojos de incredulidad, le respondió: “Por supuesto que no ¡Para qué, si tenemos a Michelle!”.


“For personal reason…”. Osvaldo miraba el televisor con los ojos muy abiertos, sin pestañar. “I will go back to my country…” ¡Eso es, nos salvamos! —gritó eufórico mientras saltaba y levantaba los brazos— “¡Nos salvamos, nos salvamos!”

Ignacio, fiel a las antiguas creencias democratacristianas, se arrodilló y comenzó a rezar, con el rostro compungido y la camisa blanca empapada por el sudor de la tensión. “Gracias Señor, gracias Señor, estábamos tan mal Dios mío…”.

Un parlamentario socialista que los acompañaba reaccionaba histérico: “Les va a dar colitis, a la derecha le va a dar colitis…”.

Una vez recuperado de la emoción, Osvaldo recordó la propuesta de programa de gobierno de la Concertación para el período 2014-2018. Olvídate de las propuestas —le dijo Ignacio con tono de júbilo—, ya no las necesitamos, no hay que perder el tiempo en tonteras, estamos listos.

[cita]“Llamen de inmediato a los publicistas de la campaña —insistía Osvaldo—, que borren toda la tontera del programa de gobierno. El díptico tiene que ser así: en la portada una foto de Michelle con la bandera chilena; en el reverso, una foto de Michelle cuando era Presidenta; en la segunda hoja, una foto de Michelle en la ONU; en el reverso de la segunda página una foto de Michelle bajando del avión, y… eso no más”.[/cita]

Comuníquenme urgente con la Michelle —ordenó Ignacio—, rápido. ¿Cómo que no contesta?

Por su parte, al enterarse de la noticia, los periodistas abordaban al precandidato presidencial DC, quien con aire confiado señalaba:

-Estoy muy contento, porque por fin podremos contrastar las diferencias doctrinarias y las distintas visiones de país entre la DC y la izquierda. Estoy seguro que el gran pueblo democratacristiano sabrá tomar la decisión correcta.

En tanto, un mensaje de texto entraba a su celular: “Deja de hablar tonteras. Pega pa’ todos. Ignacio”.

En otro sector de Santiago, el candidato —ex ministro de Hacienda—, levantaba sus manos en V, “¡Voy aunque Vuelva! Chuuuta y volvió”. Mirando a Consuelo con cara de resignación le preguntó, ¿hasta cuándo habías pedido permiso en el canal?

Mientras, en la sede del Partido Radical, el presidente de la agrupación de profesionales jóvenes del partido, miraba con orgullo al senador-candidato. “Michelle es parte del pasado —señalaba seguro el senador radical—, nosotros los radicales somos la única alternativa nueva y de futuro para la Concertación…”. Un sonoro aplauso se sintió en la sala de reuniones del partido y el presidente de los profesionales jóvenes sentía cómo su marcapasos funcionaba a toda máquina producto de la emoción.

En el mismo instante, en una sala de reuniones de rojas paredes, Camila insistía con fuerza que este anuncio no significaba dar por superadas las diferencias ideológicas con la Concertación, lo que producía una enorme carcajada en la reunión del Comité Central.

“Llamen de inmediato a los publicistas de la campaña —insistía Osvaldo—, que borren toda la tontera del programa de gobierno. El díptico tiene que ser así: en la portada una foto de Michelle con la bandera chilena; en el reverso, una foto de Michelle cuando era Presidenta; en la segunda hoja, una foto de Michelle en la ONU; en el reverso de la segunda página una foto de Michelle bajando del avión,  y… eso no más”.

Uno de los publicistas, con evidente cara de preocupación, preguntó si la propaganda incluiría algo sobre política pública para enfrentar la desigualdad. Ignacio, con cara de sorprendido y ojos de incredulidad, le respondió: “Por supuesto que no ¡Para qué, si tenemos a Michelle!”.

– ¿Y las propuestas sobre energía y crecimiento que habíamos preparado?, señalaba un joven profesional DC.

– ¿Pero, para qué? Si tenemos a Michelle —respondió rápidamente Osvaldo.

– ¿Y el tema de la pobreza?, que ha sido siempre…

Lo interrumpieron. Los periodistas ya habían llegado y tenían que salir a la anunciada conferencia de prensa.

En una sala congestionada de prensa, los presidentes de los partidos de la Concertación se sentaban ordenadamente a la mesa llena de micrófonos y grabadoras.

– ¿Cuál será su propuesta al país?, preguntó un avezado periodista de televisión.

“Michelle”, dijo Osvaldo. Todos los periodistas rieron de buena gana por la ocurrencia.

– ¿Cuál va ser la postura sobre la desigualdad?

“Michelle”, dijo Ignacio, mientras las risas iban disminuyendo.

– ¿Cuál será la fórmula para elevar la participación laboral femenina en el país?

– Yo contesto eso, señaló Jaime del PPD: “Michelle”

– ¿Cuál va a ser su propuesta de descentralización?

– “Michelle», dijo otro dirigente sentado a la mesa.

“Pero, ¿cuál va a ser la fórmula para mantener el crecimiento económico?”, dijo un distinguido reportero radial.

Los presidentes de la Concertación miraron al único que no había hablado. Guillermo del PC se sintió así obligado a responder. Con voz indecisa y mirando de reojo a sus nuevos aliados, señaló con voz de interrogación: “¿Michelle?”, y un fuerte aplauso retumbó entre los presidentes de la Concertación, mientras movían la cabeza en señal de aprobación.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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