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Opinión: Leyes que dan voz

Opinión: Leyes que dan voz

Carlos Arias
Por : Carlos Arias Estudiante de periodismo
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«El cultivo de semillas de marihuana para consumo propio, algo que en muchos países europeos, incluida España, se considera un derecho adquirido, también se mueve en un ámbito nebuloso que muchos consideran ilegal. La realidad es que Mujica considera que “nuestro punto de vista es ensayar una regulación de ese mercado, ya que existe, no una legalización”.


¿Regular o legalizar? Esa es la pregunta que se están haciendo estos días los miembros del parlamento de Uruguay. Hace tiempo oímos hablar de esta iniciativa legislativa que luego pareció quedarse en nada y que incluso no parecía contar con el suficiente apoyo ciudadano.

Pese a todo, la ley debe ser votada y el mundo entero (o al menos la parte del mundo que considera de interés la lucha contra el narcotráfico) está pendiente de esta decisión que podría ser un ejemplo para muchos países.

El cultivo de semillas de marihuana para consumo propio, algo que en muchos países europeos, incluida España, se considera un  derecho adquirido, también se mueve en un ámbito nebuloso que muchos consideran ilegal. La realidad es que Mujica considera que “nuestro punto de vista es ensayar una regulación de ese mercado, ya que existe, no una legalización”.

[cita]El cultivo de semillas de marihuana para consumo propio, algo que en muchos países europeos, incluida España, se considera un  derecho adquirido, también se mueve en un ámbito nebuloso que muchos consideran ilegal. La realidad es que Mujica considera que “nuestro punto de vista es ensayar una regulación de ese mercado, ya que existe, no una legalización”.[/cita]

Como dijo anteriormente el presidente, el motor de esta medida es acabar con el narcotráfico, contra el que “se ganan batallas pero no la guerra”.

Lo que pretende esta medida es acabar con el mercado ilegal y los abusos que se desprenden del mismo, “rescatar” a los consumidores de los márgenes de la ley e incluso identificar a los adictos para poder ayudarles al integrarles en el sistema, y rescatarles de una posible adicción a sustancias más fuertes.

Esta misma disyuntiva (legalización o regulación) puede aplicarse a otras realidades como el matrimonio igualitario o las leyes más restrictivas sobre el aborto.

Legalizar no es animar al consumo u obligar, es poner luz donde no había. Tendemos a identificar el consumo con su uso recreativo o lúdico, pero olvidamos que una gran parte de los consumidores buscan su valor medicinal: un ciudadano enfermo de glaucoma, por ejemplo, puede estar cultivando semillas para autoconsumo y no debería verse abocado al mercado clandestino en un estado de vulnerabilidad tan evidente.

Quizás Uruguay sea el experimento que estamos esperando y un ejemplo a seguir en la lucha contra la droga.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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