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U. de Chile y USACh: los dioses de la probidad Opinión

U. de Chile y USACh: los dioses de la probidad

¿Qué cargos específicos informó la Contraloría sobre sus procesos de investigación a dichas universidades estatales? Busque un café, prepare un sillón cómodo y tome asiento.


Algunos rectores de universidades estatales han sido verdaderos profetas o guías de la luz en favor de la transparencia, la probidad y el fin al lucro en la Educación Superior en nuestro país. Parados en la cima del monte Olimpo, los rectores del CRUCh han marcado con el rayo de Zeus a los culpables de lucro, enriquecimiento ilícito, canibalismo, coprofagia y cuantos otros pecados abominables contra la humanidad. Los dioses de la probidad han sido implacables.

Sin embargo, en pleno proceso de investigación de la Comisión Especial sobre Lucro de la Cámara de Diputados, el 19 de junio recién pasado, fue invitada a exponer la Contraloría General de la República para que aportara datos sobre la fiscalización a las Universidades Estatales.

Grande fue la sorpresa para algunos parlamentarios al enterarse que las universidades estatales tienen más de 70 entidades relacionadas (especies de “sociedades espejo” en la jerga de las universidades privadas).

Ante tal sorpresa, la comisión investigadora escuchó, el día de ayer, a los rectores de la Universidad de Chile y la USACh para que ofrecieran sus descargos. Los rectores, cual dioses del Olimpo, bajaron al mundo terrenal y en tono doctoral han dicho, en definitiva, que prácticamente todo lo expuesto por la Contraloría no es real (no dijeron «mentira» pero se acercaron bastante).

[cita]Cuentas por cobrar y pagar entre las universidades y entidades relacionadas que no tienen respaldo en contrato o documento alguno, como lo es el caso de la propia USACh, cuya “Sociedad de Desarrollo Tecnológico” (SDT) mantiene un saldo de $ 1.147.448.200 con la USACh, referidos a gastos propios de ésta última. Entre ellos, pago de eventos de la “semana cachorra”, pago de pasajes y viáticos para académicos y otros tantos. [/cita]

Después, al responder en detalle los cargos de la Contraloría, el desplante a lo Zeus dio paso a un discurso de pobreza y austeridad propio de un abad de Monasterio Cartujo, con largos quejidos: que no tienen recursos, que no tienen flexibilidad, que no pueden competir de igual a igual, que deben autofinanciarse, pero que, a pesar de todo eso, nunca habrían utilizado sus entidades relacionadas para solucionar ninguno de esos problemas. Aunque nos permiten actuar en forma “un poco más justa”, según señaló uno de los rectores retomando los aires de dios del Olimpo, mientras el otro Zeus agregaba que han tomado medidas de buenas prácticas y que la semana pasada habrían elaborado un documento al respecto (las fundaciones datan de los años 90’) y la semana pasada…

¿Qué cargos específicos informó la Contraloría sobre sus procesos de investigación a dichas universidades estatales? Busque un café, prepare un sillón cómodo y tome asiento.

Cuentas por cobrar y pagar entre las universidades y entidades relacionadas que no tienen respaldo en contrato o documento alguno, como lo es el caso de la propia USACh, cuya “Sociedad de Desarrollo Tecnológico” (SDT) mantiene un saldo de $ 1.147.448.200 con la USACh, referidos a gastos propios de ésta última. Entre ellos, pago de eventos de la “semana cachorra”, pago de pasajes y viáticos para académicos y otros tantos.

¿Cómo se defendió el aludido rector? “En nada se refiere a un enriquecimiento ilícito de personas naturales o empresas relacionadas a la universidad”.

El Contralor, además, expuso sobre los gastos improcedentes costeados por esta misma SDT de la USACh, que pagó una comida en el Circulo Español (incluidas las propinas) como celebración de fin año, por un monto de $ 3.242.650, y el cobro de la misma USACh a la SDT de $ 182.000.000 por supuestos derechos de uso de marca, los cuales tampoco tiene ningún respaldo o legitimación.

¿Cómo se defendió el aludido rector? “En nada se refiera a un enriquecimiento ilícito de personas naturales o empresas relacionadas a la Universidad”.

Para qué hablar del caso de la Sociedad “Capacitación USACh Limitada”, que mantiene contratos con 285 funcionarios que, al mismo tiempo, son funcionarios de la propia USACh y en donde el 70 % del total de los contratos se les han dado a personas que tienen más de un contrato en distintos proyectos.

¿Cómo se defendió el aludido rector? “En nada se refiera a un enriquecimiento ilícito de personas naturales o empresas relacionadas a la Universidad”.

La misma USACh dio un préstamo de $ 1.270.000.000 a sus entidades relacionadas respaldados sólo por un memorándum del subdirector de Finanzas. Además, “Capacitación USACh” tiene más de 460 millones de pesos cuyos excedentes son utilizados discrecionalmente por las unidades académicas de la universidad.

¿Cómo se defendió el aludido rector? “En nada se refiera a un enriquecimiento ilícito de personas naturales o empresas relacionadas a la Universidad”.

El caso de la U. de Chile, fue distinto. No hubo respuesta al hecho de que en la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias de dicha casa de estudios, el 92 % de los pagos por asesorías externas mágicamente se los adjudica la fundación creada por esa misma facultad. Tampoco hubo respuesta frente a la situación de los pagos periódicos a la entidad relacionada “Fundación Valle Lo Aguirre”, que estaría encargada de administrar el Proyecto Parque Científico Tecnológico en la Ruta 68. Para concretar dicho proyecto, la U. de Chile pidió un préstamo al Banco de Chile por más de 11.000 millones de pesos, que se pagarían con los ingresos del proyecto, pero que —en realidad— está pagando la propia Universidad de Chile.

Menos aún hubo respuestas claras sobre los seis informes de la Contraloría General de la República sobre igual número de fundaciones de la Universidad de Chile, cuyos resultados todavía no conocemos.

Al terminar la sesión del día de ayer, y mientras termino estas líneas, me quedo con la sensación que a estos dioses Zeus ya no los iban a recibir de vuelta en el monte Olimpo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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