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La CEP prende las alarmas por riesgos de doblaje en la derecha Opinión

La CEP prende las alarmas por riesgos de doblaje en la derecha

Carlos Correa B.
Por : Carlos Correa B. Ingeniero civil, analista político y ex Secom.
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La debilidad de la candidata, levantada mediante complejas operaciones políticas por la Alianza, puede resultar en indiferencia desde sus propios votantes, con aumento del riesgo de doblaje a niveles ni siquiera imaginados. Sólo la existencia de duplas competitivas, como ocurre en las dos circunscripciones de Santiago, podrá alejar ese riesgo, donde el voto cruzado será una variable importante y a la cual los candidatos al Parlamento, los únicos sobrevivientes de la hecatombe que se avecina, tendrán que apostar.


El duro cuestionamiento de Lavín a la CEP, mucho antes que se supiera la encuesta, mostraba claramente que sabía cómo venían las cartas: el galgo corría mal en la carrera presidencial.

Todas las justificaciones posteriores que se han leído agravan el hecho fundamental. La candidata Matthei se derrumba. Su porcentaje no es comparable a resultado alguno conocido en la historia de la derecha en democracia.

El propio gobierno no tiene tampoco mucho que celebrar. La serie de mediciones con aumentos de popularidad, crearon la ilusión de que al final del túnel estaba la luz ansiada del 40 %. Más aún, el propio gobierno estaba celebrando un guarismo que había rozado en una de las mediciones de Adimark pero que no pudo sostener. Conocida es la adicción del Presidente por las encuestas, por lo que la detención del crecimiento en la CEP fue como la aparición de Freddy Kruger en su sueño de volver a la Moneda el 2017.

Pero un panorama peor derivado de la CEP amenaza ahora a la derecha: la real amenaza de doblajes. Una de las tesis que, sin duda, circuló en el conservadurismo chileno es que no importa la presidencial, pues Michelle Bachelet es un fenómeno distinto a lo que ocurre en el país, y en la votación parlamentaria los equilibrios se mantendrán, sistema binominal mediante, y todo quedará igual vía control legislativo.

[cita]Pero si se necesita un tercio, distrito a distrito, circunscripción a circunscripción, para mantener la foto sin movimiento, ¿qué candidato de la Alianza querrá poner, junto a su foto, la de la candidata que marca un 12 % de popularidad?[/cita]

Pero si se necesita un tercio, distrito a distrito, circunscripción a circunscripción, para mantener la foto sin movimiento, ¿qué candidato de la Alianza querrá poner, junto a su foto, la de la candidata que marca un 12 % de popularidad? Por mucho que Lavín y similares ocupen estadística ficción como las que conocimos en la Casen o el Censo, este número sigue siendo menor al requerido para que juegue a favor de las minorías el binominal.

Peor aún, en la evaluación de los personajes públicos, Evelyn Matthei sale como la que posee la más alta tasa de rechazo con un 39 por ciento. ¿Quién entonces querrá salir con ella, una de las figuras públicas menos queridas?

Es demasiado riesgoso hacerlo, pues Bachelet triplica a Matthei y si esos porcentajes se mantienen puede haber una oleada de doblajes a lo largo del país. Y esa amenaza es mucho más seria a que la candidata llegue en un alejado segundo lugar o —por qué no se puede descartar— en un tercero.

Para que sea más oscura la noche, un 75 % de los encuestados piensa que Bachelet es la más probable ganadora de la elección presidencial. Esto aumentó sustancialmente en relación a diciembre de 2012, cuando dicha estimación era de un 53 %. ¿No habrá entonces muchos eventuales votantes de derecha que se quedarán en su casa?

La ministra Pérez, en otro de sus sofismas que desafían la lógica que la están haciendo famosa, ocupó como argumentos para ningunear la CEP la existencia del voto voluntario y lo que llamó “chilenos cada vez más alejados de la clase política”, los que podrían hacer que la elección tuviera resultados muy diferentes a los que plantea la encuesta. La verdad es que de ocurrir aquello que presupone, la principal perjudicada será la propia candidata Matthei, que es la que posee más lejanía, más rechazo y un sector político que, de por sí, le cuesta más ir a votar, por su propia condición y convicción individualista.

La debilidad de la candidata, levantada mediante complejas operaciones políticas por la Alianza, puede resultar en indiferencia desde sus propios votantes, con aumento del riesgo de doblaje a niveles ni siquiera imaginados. Sólo la existencia de duplas competitivas, como ocurre en las dos circunscripciones de Santiago, podrá alejar ese riesgo, donde el voto cruzado será una variable importante y a la cual los candidatos al Parlamento, los únicos sobrevivientes de la hecatombe que se avecina, tendrán que apostar. No es casual que Pablo Zalaquett, conocido por su olfato para percibir hacia dónde se mueven los electores, apareció hace pocos días con Franco Parisi, el más peligroso para la derecha de los candidatos independientes.

Muy bien intuyeron quienes diseñaron la campaña presidencial al asimilar a Matthei a un galgo que corre solo, sin saber por qué o a dónde, en una carrera que desde el inicio está perdida. Como la antigua paradoja griega de Zenón de Elea sobre Ulises y la tortuga, por muy rápido que corra éste, no logra alcanzar a su competidor.

Según los análisis que se han filtrado desde la propia Alianza, hay cerca de 10 distritos donde la Nueva Mayoría podría doblar y 3 o 4 circunscripciones electorales. Peligrosamente cerca de los 3/5 que les permitiría hacer reformas constitucionales y cambiar el sistema electoral, enviando a la derecha, en especial a la UDI, camino a la desaparición política. La propia voluntad de Michelle Bachelet y de buena parte de los llamados “candidatos chicos”, y el 52 % de los encuestados en la CEP que opinan que hay que cambiar el binominal harán, además, que se convierta en un tema pop de campaña con mayor riesgo aún para quienes lo han defendido a lo largo del tiempo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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