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Las Pymes y una mala reforma tributaria

Ignacio Parot
Por : Ignacio Parot Subdirector de Horizontal
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No hay duda de que los dirigentes de las Pymes hicieron un gran trabajo mostrándonos algunos problemas de la reforma original, pero se debe entender que, existiendo el espacio para mejorar el proyecto, ellos legítimamente velarán sólo por sus intereses. Ponderar las distintas necesidades y objetivos es trabajo de los legisladores, varios de los cuales lamentablemente parecen no haber hecho un gran trabajo en este sentido al suscribir el mencionado acuerdo.


Cuando el Gobierno presentó su propuesta original de reforma tributaria, las críticas llovieron por muchos lados. El proyecto fue fuertemente cuestionado por diversos analistas, políticos, académicos y líderes gremiales, pero pocas de estas críticas se escucharon con fuerza hasta que irrumpieron las Pymes.

Las Pymes fueron capaces de visibilizar en simple una serie de problemas que existían en la reforma del Gobierno. Mostraron cómo el aumento del impuesto a las empresas y el término del FUT les hacía especial daño a ellas, principalmente producto de su necesidad de fondos internos para poder financiar su capital de trabajo y su crecimiento.

Pero el accionar de las Pymes fue más allá de eso y, como efectivo grupo de presión, solicitaron que el gobierno echara pie atrás en la limitación de la renta presunta y que ampliara ésta al sector minero. La renta presunta es un esquema que permite a ciertos sectores pagar menos impuestos y que antiguamente se justificaba por ciertos costos burocráticos, los que al no existir actualmente demuestran que la mantención del esquema no responde sino a presiones por conservar privilegios. ¿Por qué un agricultor, un minero o un transportista deben tener beneficios que otros pequeños empresarios, como los almaceneros o mecánicos, no tienen? Además de ser discriminatorio y un atentado a la equidad horizontal, se ha mostrado que la mayoría de quienes se acogen a la renta presunta no son pequeños emprendedores de bajos ingresos, sino que son principalmente personas de altos ingresos, muchas de las cuales cuentan con múltiples firmas de menor tamaño justamente con el objetivo de poder usar este instrumento.

[cita]No hay duda de que los dirigentes de las Pymes hicieron un gran trabajo mostrándonos algunos problemas de la reforma original, pero se debe entender que, existiendo el espacio para mejorar el proyecto, ellos legítimamente velarán sólo por sus intereses. Ponderar las distintas necesidades y objetivos es trabajo de los legisladores, varios de los cuales lamentablemente parecen no haber hecho un gran trabajo en este sentido al suscribir el mencionado acuerdo.[/cita]

Las Pymes pidieron también algunos beneficios tributarios adicionales, principalmente a través del mayor fortalecimiento del artículo 14 ter. Conocemos lo importante de que exista más emprendimiento, más innovación y más competencia, por lo que apoyar e incentivar a emprendedores y a pequeñas empresas que tienen ciertas desventajas debido a su tamaño parece en principio razonable. Sin embargo, lamentablemente, la forma en que el instrumento está propuesto genera en las Pymes un desincentivo a crecer con tal de mantener el beneficio, algo que va directamente en contra de sus objetivos. A lo que debemos aspirar es a que las Pymes crezcan y dejen de ser Pymes.

Además, al igual que en el caso de la renta presunta, se debe tener cuidado de que estos instrumentos no sean susceptibles de ser mal utilizados, siendo nuevamente el caso más obvio el de las empresas que se crean con el solo objetivo de diluir ventas y obtener beneficios que no les corresponden. Este cuidado lamentablemente no fue atendido, generando un acuerdo que va en contra de la equidad del sistema tributario y que está fuertemente expuesto a prácticas de elusión.

Lo anterior llama a poner un objetivo de corto plazo y una advertencia de largo plazo. El objetivo es el de redactar las indicaciones al proyecto de tal forma de atenuar los graves problemas de elusión recién descritos y, además, hacer una disminución gradual de los beneficios de tal forma de evitar los desincentivos a crecer, propios del diseño actual. Debemos estar conscientes de que en la tramitación de esta reforma queda aún paño que cortar, existiendo espacios para mejorar el proyecto, al menos en el margen.

La advertencia está asociada al cuidado que se debe tener con los grupos de presión dentro de la tramitación de reformas tan complejas como esta y otras que tenemos en el horizonte. No hay duda de que los dirigentes de las Pymes hicieron un gran trabajo mostrándonos algunos problemas de la reforma original, pero se debe entender que, existiendo el espacio para mejorar el proyecto, ellos legítimamente velarán sólo por sus intereses. Ponderar las distintas necesidades y objetivos es trabajo de los legisladores, varios de los cuales lamentablemente parecen no haber hecho un gran trabajo en este sentido al suscribir el mencionado acuerdo. Así, al final, se llegó a una reforma que efectivamente es muy positiva para las Pymes en el corto plazo, pero que parece seguir siendo mala para nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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