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La política y los partidos: ¿a qué nos enfrentamos con la reinscripción de los militantes?

Daniela Campos y Carlos Palacios
Por : Daniela Campos y Carlos Palacios Daniela Campos, periodista, UDP, Carlos Palacios, licenciado en Ciencias políticas y gubernamentales, Caip.
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Las recomendaciones hechas a la Presidenta de la República por el Consejo Asesor Presidencial Contra Conflictos de Interés, Tráfico de Influencias y Corrupción supuso la medicina para una enfermedad que se hizo evidente hace aproximadamente seis meses, pero cuyos sus síntomas ya eran molestos hace décadas en la sociedad chilena: la credibilidad y legitimidad de los partidos políticos y, más, de la política, de la que Aristóteles nos diría que es una actividad natural y sin la cual los hombres no podríamos vivir. Ahora, bien vale la pena precisar –para ser justos– que este es un fenómeno global que afecta más o menos a la mayoría de las democracias modernas.

Particularmente, la medida recomendada por el Consejo Asesor que señala la urgente necesidad de reinscribir a los militantes de los partidos políticos –-para transparentar los padrones y acceder al financiamiento público– con el fin de recuperar, en cierta medida, la credibilidad y confianza de la ciudadanía, ha destapado un problema aún más crítico: las fundaciones de todo sistema político democrático, es decir, los partidos políticos, penden de un hilo. La existencia de varios podría, incluso, ponerse en riesgo.

Es ya sabida la marcha atrás que se le ha dado a la medida de reinscribir a los militantes, situación que era de esperar. Los partidos políticos chilenos tradicionales no desean renovar sus padrones de militantes por la baja que esto puede suscitarles. Cuestión que desde una perspectiva racional pudo haber sido advertida y hoy se puede explicar.

[cita] ¿Cuánto se puede esperar de los esfuerzos para recuperar la confianza, credibilidad y participación en la actividad política? ¿El descrédito es de la política y de sus instituciones inherentes o es de los actores que se desempeñan en ellas? Por último, ¿a qué se enfrentarían los partidos políticos con la reinscripción de sus militantes? [/cita]

Es altamente posible que, bajo una eventual reinscripción de los militantes, los partidos políticos queden al desnudo. Además de su escasa credibilidad, se evidenciaría lo inminente y a la vez una consecuencia natural de dicho problema: el insuficiente número de militantes para que un partido político sea reconocido como tal.

Entonces, ¿qué nos queda? Posiblemente un sistema político invertebrado, acéfalo e impotente.

La negativa de los partidos políticos es comprensible, ya que la pérdida de poder sería brutal, y la medicina recetada por los doctores encabezados por Eduardo Engel podría terminar siendo todo lo contrario: partidos políticos al desnudo, sin militantes. Una realidad que condena a la política a dejar de ser. Un “sistema político” que pasaría de la frase “una persona, un voto” a “un peso, un voto”. Al menos hoy aún podemos jugar con las expectativas.

Luego de este escenario, las preguntas emanan: ¿en las actuales sociedades de masas, complejas, será que la política no es más que una pequeña esfera relegada a un pequeño grupo de individuos dispuestos a asumir sus costos y beneficios? ¿Cuánto se puede esperar de los esfuerzos para recuperar la confianza, credibilidad y participación en la actividad política? ¿El descrédito es de la política y de sus instituciones inherentes o es de los actores que se desempeñan en ellas? Por último, ¿a qué se enfrentarían los partidos políticos con la reinscripción de sus militantes?

Para responder y reflexionar respecto de la importancia de la política y sus instituciones, vale la pena, quizás, ir más allá y volver a reflexionar sobre filosofía política y el ser humano. Volver a reflexionar y pensar la política. Qué es y para qué la queremos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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