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Garay y la sociedad del espectáculo

Por: Diego Aguilar Vildoso, Abogado


Señor Director:

En algunas disciplinas suele ser una práctica muy provechosa la de utilizar ejemplos críticos para intentar situarnos en contextos que permitan desnudar las verdaderas posiciones de la audiencia.

Si bien es cierto, todos fuimos embaucados por la habilidad de persuasión de Rafael Garay, hay un gremio que parece no asumir culpas, ni realizar autocríticas: el de los periodistas. Fueron ellos, los que, desde un primer momento y sin aspavientos, dieron tribuna al hoy prófugo Garay, faltando al deber de profesionalidad que a cualquier otra profesión se le exige en el desarrollo de su oficio.

El matinal de Canal 13, por ejemplo, llegó a tal extremo que entremezcló imágenes de exámenes médicos con la emocional nota a Garay, en la cual éste expone la teoría de la radicación como causa de su supuesto cáncer, cumpliendo su propósito: consiguió la compasión de su audiencia, y por supuesto, rating.

En momentos de crisis de confianza, sería útil que el periodismo deje de rasgar vestiduras ajenas, y a propósito de este exótico caso, realice la autocrítica que todos esperamos.

Diego Aguilar Vildoso, Abogado

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