Señor Director:
Me llama poderosamente la atención el ensordecedor silencio de las empresas forestales y de las compañías de seguros en toda esta dramática tragedia de los incendios forestales, salvo algunos artículos defendiendo el DL 701 y el modelo de explotación forestal, con claro tinte político y afán de defensa de sus intereses.
El negocio forestal, legítimo a mi juicio, tiene costos y beneficios como cualquier otro negocio.
Dentro de los costos está por supuesto el riesgo de incendio, para lo cual las empresas forestales contratan seguros. Las compañías de seguros evalúan los riesgos y calculan pólizas. Me llama la atención la casi inexistencia de cortafuegos en las plantaciones forestales, que reducirían los riesgos y el valor de las pólizas asociadas.
Si ocurre el siniestro y hay seguros comprometidos, las compañías de seguros pagan de acuerdo a la póliza contratada y las características del siniestro.
Como es obvio, ante el aumento del riesgo de incendio, las compañías de seguros reevaluarán las pólizas. Por ahora, seguramente tendrán que pagar de acuerdo a las condiciones contratadas.
El tema es que las forestales parecen hacer muy poco en la prevención y nada en el combate de los incendios. Todo el combate lo hace el Estado ( CONAF, Carabineros y FFAA ), bomberos, ciudadanos de a pie y un gran esfuerzo privado. Peor aún, todo el mundo le pide cuentas al gobierno, como si fuera el único responsable. Además, las forestales ( que yo sepa ) no pagan un peso de indemnización a terceros afectados por los incendios forestales que se inician en sus predios.
Sin embargo, las forestales si se benefician de todo este esfuerzo en el combate y aún en la reparación de daños. Por poner un solo ejemplo, la localidad de Santa Olga, habitada por trabajadores forestales, está siendo reconstruida con aportes del estado y particulares, sin ( que yo sepa ) ningún aporte de las forestales, que obviamente se beneficiarán de todo esto.
Lo de siempre, socialización de las pérdidas y privatización de las ganancias.
Atentamente,
Fernando Ugalde Abaroa
