Señor Director:
La reciente polémica por los “guetos verticales” son solo una parte de lo que en el fondo debería ser la discusión: el derecho a la ciudad, a su equipamiento y a cómo vivimos en ella. En el corazón de Las Condes, en los terrenos más caros de nuestra capital, hay otro ejemplo. Ahí se está llevando a cabo una fuerte disputa por el territorio. Específicamente en el centro de negocios Nueva Las Condes, donde la inmobiliaria Lote 18 interpuso hace algún tiempo una demanda que busca demoler los últimos edificios residenciales de la Villa San Luis, ex Villa Carlos Cortés, para construir 6 torres de oficinas de alto lujo. San Luis fue un proyecto residencial impulsado por el Presidente Frei y ejecutado durante la UP por la CORMU y el destacado arquitecto Miguel Lawner. De corte modernista, buscaba construir un modelo de ciudad integrada e inclusiva: fueron 1.038 departamentos entre 50 m2 y 70 m2 entregados en 1972 -a partir del pago de dividendos- a familias que ya vivían y trabajaban en el sector.
La historia ya es conocida. La mayoría de estos habitantes fueron erradicados y desalojados violentamente por lo militares después del golpe; obligados a desplazarse a la periferia dejando de lado no solo sus hogares, también a familiares, amigos, redes de apoyo. Su memoria. Las autoridades redestinaron los departamentos entre sus funcionarios. Fue durante los años 90 –época en que los propietarios originales deberían haber terminado de pagar sus deudas-, cuando lo militares comenzaron a orquestar una de sus mayores operaciones inmobiliarias: la venta de los paños de la Villa San Luis y, en concomitancia con el entonces alcalde de la comuna, Joaquín Lavín, el cambio del plan regulador para dar cabida al nuevo negocio.
Hoy en día la inmobiliaria busca desesperadamente demoler los últimos vestigios de este modelo, de una forma de hacer ciudad y de un patrimonio, sin embargo se ha enfrentado a una comunidad activa que necesita mantener viva su memoria, sus recuerdos y conmemorar mediante la construcción de un parque los ideales de toda una época. Es en el marco de estas disputas, de un año de contienda presidencial y de discusión constitucional, que un grupo de ciudadanos hemos organizado la Campaña por el Derecho a la Ciudad y el Territorio. Buscamos recordar que el desarrollo de nuestras urbes debe estar guiado por principios, obligaciones y potestades que aseguren el bien común y la igualdad de derechos para todas las personas; que los derechos humanos que Chile consagra tienen un efecto en nuestras ciudades y en el territorio, que estos nos otorgan a todos la prerrogativa de vivir dignamente.
Queremos recordar a todas las víctimas de las políticas de erradicación de la Villa San Luis, que no solo sufrieron la violación de sus derechos más esenciales, sino que además fueron despojadas de su derecho a vivir en su ciudad y en su territorio. Nuestra campaña busca crear conciencia para que esto no vuelva a suceder, creemos firmemente que la Constitución debe asegurar que toda actividad de desarrollo urbano y territorial tiene que respetar y promover el pleno ejercicio de los derechos humanos, y uno de ellos es el de una vivienda digna, que no solo implica un techo, también el tener acceso a una comunidad que garantice vivir en paz y seguridad.
Isabel Serra B.
Académica Laboratorio Ciudad y Territorio UDP
