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Becas Chile o el poder del conocimiento experto

Pablo Bravo
Por : Pablo Bravo Becario Becas Chile, Candidato a doctor en Derecho, Universidad de Maastricht, Holanda.
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Existe un interés político tras las críticas recientes contra Becas Chile. Se trata de críticas que provienen, principalmente, de polos de derecha y apuntan contra la gratuidad del programa. La crítica consistiría, en resumen, que la gratuidad de Becas Chile sería un subsidio regresivo porque lo recibirían las clases altas y que, en cambio, sería mejor reemplazar esa gratuidad por endeudamiento. A nivel político, lo que sucede es que la derecha chilena se ha dado cuenta que Becas Chile no les conviene. La gratuidad del programa es contrario a sus intereses porque le entrega a sus adversarios políticos (la izquierda) acceso a una forma particular de poder que hasta ahora estaba reservado a la derecha: el conocimiento experto.

El conocimiento siempre ha sido una forma de poder. Los actores políticos dependen de los expertos para predecir las consecuencias de sus decisiones. Por lo tanto, quien tenga ese conocimiento experto tendrá influencia sobre las decisiones políticas. Cuando los expertos ganan (demasiada) influencia, lo llamamos peyorativamente «tecnocracia». De ahí que la formación de los futuros expertos —quienes podrán acceder a un master o doctorado en el extranjero, por ejemplo— se vuelve algo políticamente sensible, porque afectará la distribución de ese poder tecnocrático entre los distintos actores.

[cita tipo=»destaque»]Más y más becarios están retornando a Chile. Los puestos de trabajo en las universidades se están agotando. El siguiente paso de los becarios será empezar a ocupar cargos técnicos en organizaciones gubernamentales —e.g., ministerios, superintendencias, comisiones parlamentarias, etc. Todos esos cargos gubernamentales implican una cuota importante de poder tecnocrático. Las decisiones que ahí dentro se toman dependen, en buena medida, de quienes sean los expertos mejor calificados a cargo. Con la gratuidad de Becas Chile, esas cuotas de poder serán paulatinamente colonizadas por expertos de clase media o baja, más proclives a posiciones políticas de izquierda.[/cita]

La derecha representa los intereses de la clase alta que concentra la riqueza – principalmente propiedad y dinero. Por lo tanto, su interés es que sólo puedan formarse como expertos personas que provengan de esas clases altas o personas subordinadas a ella. El endeudamiento es una forma de crear esa subordinación. Una persona altamente endeudada está en una urgencia por conseguir mucho dinero y, tarde o temprano, necesitará pedirlo a los que concentran ese dinero. Como resultado, un experto endeudado termina poniendo su conocimiento al servicio de la clase alta con tal de pagar su deuda. Así, el endeudamiento hace que el poder del conocimiento experto sea dócil a los intereses de la derecha. De ahí que quieran eliminar la gratuidad de Becas Chile y transformarla en endeudamiento.

Con la gratuidad de Becas Chile se rompe ese círculo de deuda y subordinación de los expertos. Es cierto que con la gratuidad una parte de los subsidios los recibirán personas de clase alta. Ese no es el punto. El punto es que con la gratuidad se formarán como expertos “no sólo” personas de clase alta. Con la gratuidad accederán al poder del conocimiento experto también personas de clase media y baja, personas que estarán menos subordinadas a las clases altas porque no están tan endeudadas. La gratuidad de Becas Chile, a la inversa del endeudamiento, permite que el poder del conocimiento experto pueda rebelarse contra los intereses de la derecha. Ese es su temor.

Más y más becarios están retornando a Chile. Los puestos de trabajo en las universidades se están agotando. El siguiente paso de los becarios será empezar a ocupar cargos técnicos en organizaciones gubernamentales —e.g., ministerios, superintendencias, comisiones parlamentarias, etc. Todos esos cargos gubernamentales implican una cuota importante de poder tecnocrático. Las decisiones que ahí dentro se toman dependen, en buena medida, de quienes sean los expertos mejor calificados a cargo. Con la gratuidad de Becas Chile, esas cuotas de poder serán paulatinamente colonizadas por expertos de clase media o baja, más proclives a posiciones políticas de izquierda.

Imaginemos, por ejemplo, una mesa técnica conjunta entre el Ministerio de Salud y de Educación en que se definirá una política pública en materia de alimentación en los colegios. Antes, los expertos nombrados por la derecha — usualmente abogados o ingenieros de clase alta con un master general en administración de empresas (MBA) — lograban imponer su visión economicista porque no tenían grandes contendores en frente con estudios tan especializados capaces de hacer contrapeso. En ese escenario, la derecha se muestra a favor del gobierno de los expertos, como en la presidencia anterior de Piñera, porque sabe que los expertos mejor calificados están de su lado.

Con la gratuidad de Becas Chile, en cambio, ese mismo economista de derecha ahora se enfrentará a un (joven) experto de clase media que no tiene un MBA general sino que, mejor aún, un doctorado especializado en nutrición infantil. A ese doctorado en nutrición le resultará fácil desarmar el argumento economicista del experto de derecha, y dejar al desnudo lo que siempre fue: una excusa para favorecer intereses empresariales. Cuando ese nuevo escenario se consolide, la derecha se volverá contraria al gobierno de los expertos —tachándolos de “tecnócratas” o “iluminados”— porque ahora los expertos mejor calificados estarán del lado de sus rivales.

Por ahora, la estrategia de la derecha será evitar que ese escenario se consolide. De haber un segundo gobierno de Piñera, de seguro habrán recortes a Becas Chile y se promoverá el endeudamiento para, como se señaló, generar expertos dóciles. La estrategia de un gobierno de izquierda — ya sea la Nueva Mayoría, el Frente Amplio, o una combinación— debería ser, en cambio, mantener la gratuidad de Becas Chile y resolver el problema de inserción de los becarios abriendo a ellos los cargos técnicos en los distintos organismos gubernamentales (cuestión que despertará la resistencia de los actuales funcionarios públicos menos calificados que ocupan tales cargos). Los gobiernos de izquierda en Chile deben entender que los nuevos expertos de clase media o baja que se están educando gratuitamente con Becas Chile en el extranjero serán sus potenciales aliados cuando regresen.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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