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Cuenta Pública: tiempo de valorar grandes reformas

Daniel Ibáñez
Por : Daniel Ibáñez Presidente de la Fundación Participa.
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Quedaron cosas pendientes, por supuesto. Hubiéramos esperado anuncios más audaces en materia de previsión social, pues lo dicho no cumple con las expectativas de la ciudadanía, y creemos que la Presidenta tiene la oportunidad de seguir avanzando más allá en esta materia.


La última Cuenta Pública de un Presidente de la República por regla general es una despedida o cierre de gestión, donde se resume lo que ha sido el trabajo de un Gobierno durante cuatro años. Pero en esta oportunidad la Mandataria Bachelet va más allá. Resume su liderazgo defendiendo con fuerza a su administración, retoma la agenda pública al impulsar proyectos como el matrimonio igualitario y abre el debate valórico, lo que sin duda complica al precandidato Sebastián Piñera. Además, logra retomar su rol como la líder indiscutida de la Nueva Mayoría, haciendo un llamado a ésta a un trabajo en unidad.

Bachelet ha tenido un Gobierno complejo en el que muchas veces tiene todo en su contra, desde la aprobación ciudadana hasta la permanente deslealtad hacia ella, hacia el Gobierno y su programa, por parte de parlamentarios de la Nueva Mayoría, principalmente de sectores conservadores que abiertamente han bloqueado las iniciativas presidenciales.

Por ello, en su última Cuenta Pública a la Nación parece prudente valorar el esfuerzo y coraje de la Jefa de Estado para lograr llevar a cabo una serie de reformas estructurales, como la de Educación, que rompe con el paradigma del mercado, instalando la gratuidad y la educación como un derecho social, creando después de 70 años dos universidades estatales. Asimismo, los avances en materia de gratuidad, términos del copago y fin de la selección, que constituyen un avance social de gran envergadura, y que seguramente hoy no se logra dimensionar, pero que con los años y con el tiempo será valorado en su justa medida.

Realizar una evaluación del Gobierno de la Presidenta Bachelet hoy puede significar caer en la trampa de esa inmediatez tan propia de nuestro tiempo, que busca resultados tangibles y concretos en el corto plazo. De ahí –creemos- se dan los bajos resultados de aprobación en las encuestas, pese a los importantes cambios que se están generando en el país. Por eso nosotros queremos valorar profundamente la gestión de la Mandataria y los esfuerzos para realizar cambios estructurales.

Quedaron cosas pendientes, por supuesto. Hubiéramos esperado anuncios más audaces en materia de previsión social, pues lo dicho no cumple con las expectativas de la ciudadanía, y creemos que la Presidenta tiene la oportunidad de seguir avanzando más allá en esta materia.

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