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Modernización de Carabineros: una conducta ambigua Opinión

Modernización de Carabineros: una conducta ambigua

Jorge Barahona
Por : Jorge Barahona Coronel (R) de carabineros
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De las declaraciones del Gobierno se desprende que considera que cambiando al alto mando se inicia la modernización de la Institución, pero al parecer se ha saltado el paso fundamental para lograr dicho cometido, que es la definición del problema.

Recientemente se me mostró el manual de doctrina y el código de ética que el alto mando envió a toda la organización a raíz de los acontecimientos ya conocidos.

De acuerdo a lo expresado por numerosos expertos ninguno de ellos reúne esas condiciones.

Citaré lo expresado por Kenneth R. Andrew sobre doctrina: “Es la expresión sobre qué es lo que quiere hacer la organización, qué es lo que espera alcanzar y las acciones que intenta emplear.

La gente se motiva para actuar mediante la expresión de ideas y símbolos. La expresión de la doctrina en forma clara, consistente, segura y repetida con frecuencia, puede formar un consenso sobre los objetivos comunes entre los miembros.

En consecuencia, la elaboración, expresión y manejo de la doctrina es una responsabilidad importante en aquellos que tienen en sus manos el liderazgo. Es una fase en la que debe invertirse tiempo, pensamiento y esfuerzo y que, sin embargo, se descuida. El descuido en el establecimiento de la doctrina dará por resultado la carencia de un grupo común de propósitos, una imagen ambigua y una conducta oportunista debido a que su sentido de propósito es oscuro”.

A la vez citaré lo expresado por Paul R. Niven en su obra “El cuadro de mando integral paso a paso”.

“Toda organización debe declarar en forma clara y persistente su misión, es decir, para que existe. Sus valores, es decir, la forma en que la organización espera que todos sus integrantes se comporten diariamente. La visión es una declaración de lo que la organización quiere ser finalmente y puede estar a 5, 10 o 15 años en el futuro. Por último, la estrategia, es el plan a largo plazo que comprenderá todos los procesos que se desarrollarán para su cumplimiento.

[cita tipo=»destaque»]El proceso de formación y calificación de los recursos humanos en las escuelas y grupos de instrucción es por donde se debe iniciar el análisis, en ellos impera la costumbre de que todos sus integrantes sean profesores, sin evaluar si están calificados para su ejercicio, y además muchos que están en retiro postulan como forma de reliquidar sus pensiones y tampoco se comprueba si son competentes. Lo que realmente se evalúa es la instrucción a pie y los desfiles. Al respecto, citaré lo que me comentó un general que fue agregado en EE.UU. “allá la policía no desfila, no tiene puntos fijos, hablan de riesgos, a mayor riesgo es más frecuente la vigilancia y cuando son llamados no se retiran hasta estar convencidos que el que lo hizo quedó conforme con su actuación”.[/cita]

Carabineros nunca ha declarado su misión en los términos que los expertos señalan y eso genera, tal como lo expresa Andrew, una conducta ambigua y oportunista entre todos sus integrantes, y es una de las causas de lo que ha estado ocurriendo.

Kenichi Ohmae en su obra “La mente del estratega”, afirma que los líderes no calificados viven encerrados en su torre de marfil preocupados de los pequeños detallitos que aún pueden controlar. Es lo que ocurre en la institución.

A la vez afirma que el punto de partida es el análisis, precisamente el proceso que permitirá identificar el problema. En carabineros nunca se ha hecho y es la causa de lo que acontece y que se termine en acciones como lo relativo al código de ética y el manual de doctrina, que no reúnen ninguna de las características que señalan los autores citados.

En carabineros no se habla de misión, valores, visión y menos de estrategia, por consiguiente, ocurre lo señalado por Andrew y Niven, lo que da por resultado la carencia de un grupo común de propósitos, una imagen ambigua y una conducta oportunista debido a que su sentido de propósito es oscuro. Esta es la razón de la gran obsecuencia de la mayoría con el jefe del momento y es lo que facilita escalar posiciones e impide la innovación y el cambio.

La misión de carabineros debería declararse como: “Prevenir los riesgos que alteren la seguridad, el orden público e incumplan las leyes que debe controlar”.

Su análisis permitiría deducir que cada instalación debería reunir la información sobre los delitos que alteran la seguridad en su sector y de acuerdo a ello planificar sus acciones para prevenirlos, lo que no ocurre, facilitando la conducta ambigua y oportunista entre sus integrantes y a la vez impide que quien ejerce el liderazgo pueda fijar metas y ejercer la debida supervisión.

Este mismo procedimiento debería realizarse en lo relativo al orden público y a las leyes que se debe controlar.

Los sucesos en carabineros, que tanta preocupación generan en las autoridades y comunidad, con el cambio del alto mando, no se terminaran, porque la gran falla está en la mala calificación de todos sus integrantes, y es lo que impide que realicen las acciones señaladas por los autores citados.

El proceso de formación y calificación de los recursos humanos en las escuelas y grupos de instrucción es por donde se debe iniciar el análisis, en ellos impera la costumbre de que todos sus integrantes sean profesores, sin evaluar si están calificados para su ejercicio, y además muchos que están en retiro postulan como forma de reliquidar sus pensiones y tampoco se comprueba si son competentes. Lo que realmente se evalúa es la instrucción a pie y los desfiles. Al respecto, citaré lo que me comentó un general que fue agregado en EE.UU. “allá la policía no desfila, no tiene puntos fijos, hablan de riesgos, a mayor riesgo es más frecuente la vigilancia y cuando son llamados no se retiran hasta estar convencidos que el que lo hizo quedó conforme con su actuación”.

El proceso de formación  y calificación de los recursos humanos debe iniciarse a partir del rol que cada nivel en la escala jerárquica desempeñará en el cumplimiento de su misión, lo que no se ha hecho, siendo la causa de la ausencia de metas y en especial, la inexistencia de una efectiva supervisión.

Si el Estado desea modernizar a la institución, deberá identificar claramente el problema y con la intervención de expertos externos iniciar el largo proceso de su modernización.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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