Publicidad

Agresiones en la cárcel hacia los autores del crimen a funcionaria de la U. de Chile

Por: Javier Valdivieso


Señor Director:

En redes sociales ha circulado un video en que los autores implicados en el crimen de Margarita Ancacoy, funcionaria de la Universidad de Chile que fue asesinada por dichos sujetos hace tan sólo un par de días atrás, son agredidos por otros reos dentro de la cárcel donde están cumpliendo su prisión preventiva, siendo torturados con electricidad. Claramente estamos hablando de un crimen terrible y que como sociedad debemos condenar fuertemente, pero no por eso debemos pagar al culpable con la misma moneda –el clásico ojo por ojo-. Es por eso lamentable la reacción de celebración que se ve en redes sociales, prácticamente disfrutando como si dichas personas sean un juguete o una mera entretención en internet.

Este video demuestra, por un lado, el nulo control que está existiendo dentro las cárceles, donde los condenados por diversos crímenes siguen teniendo acceso a bienes como teléfonos y acceso al internet, además de claramente portar armas o tener las facilidades de crear armas para dañar a otros reos dentro de la cárcel. Demuestra, entonces, que el sistema carcelario no está siendo efectivo al rehabilitar a los reos, sino que dentro de las cárceles están realizando actos incluso peores que los cometidos fuera de estos. Por esa razón muchos reinciden, ya que no se rehabilitan.

Por otra parte, demuestra el estado cavernario en que vivimos como sociedad. Celebramos que dos personas –independiente de lo cometido- estén siendo atacados de forma cruel, torturados y despojándolos de todo grado de dignidad. ¿Estamos viendo como sociedad nuestro comportamiento? ¿somos nosotros quienes tenemos la capacidad de juzgar al resto? Si fuera así no sería necesario el sistema judicial, y viviríamos en un estado de guerra constante porque cada individuo desearía condenar al otro por cada crimen, tal y como se ha vivido en las sociedades menos civilizadas. Por más cruel que sea el acto, eso no permite que la persona sufra del mismo modo, ya que el fin tanto del Estado como del sistema judicial es condenar de forma efectiva al acusado privándolos de libertad, y también ofrecer un sistema de rehabilitación para que este no vuelva a cometer un crimen.

La clave entonces es siempre mejorar el sistema judicial, no caer en la violencia extrema. Ninguna sociedad desarrollada funciona bajo el mecanismo del “ojo por ojo” ya que sólo provoca más violencia. Por eso, como sociedad también debemos ser críticos y pensar en nuestro actuar, que está muy lejos de ser el adecuado.

Javier Valdivieso

Estudiante de College en Ciencias Sociales, Pontificia Universidad Católica de Chile

Publicidad

Tendencias