Opinión
Durante las últimas dos décadas Chile ha avanzado bastante en iniciativas de fortalecimiento del trabajo directivo a nivel escolar, tales como programas de formación, definición de marcos de actuación, concursabilidad de cargos y la creación de Centros de Liderazgo Escolar, entre otras.
Sin embargo, si bien en los últimos años se ha discutido la importancia de contar con un sistema de desarrollo profesional para directivos escolares y a fines del año 2017 el Ministerio de Educación generó un reporte de política con reflexiones y orientaciones para su diseño, a la fecha aún no se ha concretado ninguna iniciativa para crear e implementar una carrera directiva.
[cita tipo=»destaque»]La necesidad de una carrera directiva es una propuesta ampliamente apoyada por los directores escolares. Así lo demuestran los resultados de la sexta versión de la Encuesta Nacional La Voz de los Directores 2018, del Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo (CEDLE), según la cual el 88% de los directores del país está de acuerdo con que exista una carrera directiva, obligatoria para todos los establecimientos que reciben subvención del Estado, e incluso, poco más de la mitad cree que debiera incluir también a los directores de establecimientos particulares pagados.[/cita]
Es sabido, los directivos son un factor clave para mejorar la calidad de la educación. Es por esto que ahora es el momento de crear una carrera profesional para directivos escolares, de modo de fortalecer su liderazgo y hacer de su rol un cargo atractivo para profesionales con altas capacidades.
La necesidad de una carrera directiva es una propuesta ampliamente apoyada por los directores escolares. Así lo demuestran los resultados de la sexta versión de la Encuesta Nacional La Voz de los Directores 2018, del Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo (CEDLE), según la cual el 88% de los directores del país está de acuerdo con que exista una carrera directiva, obligatoria para todos los establecimientos que reciben subvención del Estado, e incluso, poco más de la mitad cree que debiera incluir también a los directores de establecimientos particulares pagados.
La nueva carrera directiva, según la opinión de los propios directores, debiera incluir a otros cargos directivos con un 81% de acuerdo, incluyendo a los jefes técnico pedagógicos y a los inspectores generales, así como también a la figura del subdirector en caso de existir, contando así con una política que reconoce la importancia del trabajo en equipo y la necesaria especialización de funciones que implica liderar el proceso educativo de niños y jóvenes.
A su vez, señalan que la carrera debiera establecer distinciones en la trayectoria de los directores, en distintos tramos, donde el paso de una etapa a la siguiente debe estar regulado; y manifiestan una alta disposición a evaluarse, con un 93% de ellos que considera que la evaluación debe ser obligatoria para todos los cargos. Así también los directores observan la necesidad de graduar el ingreso a la carrera, donde un 80% considera que un requisito debería ser tener el nivel avanzado de la carrera docente, un 88% contar con experiencia previa en aula y un 82% que debe considerar procesos de inducción.
La Voz de los Directores 2018 nos habla de una alta expectativa de los directores sobre una potencial carrera profesional, mostrándose interesados en contar con un sistema de desarrollo exigente y transparente, que evalúe y priorice las capacidades, que atraiga a los mejores y permita mejorar su contexto de trabajo para responder de la mejor manera a la importante responsabilidad de ser los líderes escolares del país. Desde el 2016 Chile cuenta con una carrera docente que avanza en consolidar la profesión y mejorar las condiciones sobre las cuales los docentes realizan la importante labor de educar a los niños y jóvenes del país. Para contar con los mejores directivos escolares, necesitamos con urgencia tener una carrera atractiva, exigente y que entregue oportunidad de desarrollo profesional. Ya es hora de que sea el turno de los directores.
