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Más que al debe con la inclusión

Por: María Jesús García-Huidobro


Señor director: 

La conmemoración de los derechos de las personas LGBTIQ+ no ocurre solo en junio. Un estudio reciente que realizamos en Argentina, Perú, Ecuador y Chile para medir la violencia en los espacios de trabajo en dicha población, reveló datos alarmantes y decepcionantes. Cerca de un 55% de las personas trans y no binarias de estos países, manifestó sufrir o haber sufrido una situación de violencia o acoso en su lugar de trabajo, las cuales variaron entre acoso u hostigamiento psicológico, insultos, agresiones verbales, daño a su reputación, aislamiento, humillaciones y descalificaciones. Esta tendencia se repitió en el colectivo de personas  pansexuales, gays, lesbianas, bisexuales y asexuales.

Todos tenemos derecho a vivir una vida libre de violencia, pero es innegable que ciertos grupos han sufrido históricamente una discriminación marcada por el simple hecho de su identidad u orientación. Las personas deben poder desenvolverse con seguridad y libertad en su entorno y siendo el trabajo uno de los lugares donde las personas suelen pasar mayor parte de su vida, es de suma importancia que éstos se vuelvan espacios seguros para la comunidad.

No basta con contratar personas diversas y contar con un protocolo en la organización si es que nadie lo conoce, lo entiende y lo aplica. Debemos avanzar en la educación transversal de todos los colaboradores y empleadores, porque solo así podemos comprender la importancia y urgente necesidad del respeto y empatía con el otro, esa es la verdadera inclusión, como la palabra lo dice, todos y todas se sientan parte de o incluidos. Este trato debe venir especialmente desde las jefaturas, brindando una actitud ejemplar, pues si la cabeza del equipo no se atiene a las normas y da el ejemplo, es difícil que el resto lo haga. Lo mismo sucede con las sanciones, si estos actos de violencia quedan impunes, no hay seguridad de que no se repitan en el tiempo, lo que no solo causará un daño permanente al afectado, sino que lo más probable es que este hecho termine en la renuncia de la víctima. La participación de todas las personas en el mundo laboral estará asegurada solo en la medida que los espacios sean un lugar donde las personas puedan transitar sin problemas, barreras, ni miradas peyorativas. Hemos avanzado en muchas materias con respecto a la comunidad LGBTIQ+ en el mundo, no dejemos que el mundo laboral se convierta en un espacio de violencia y riesgo para ellos, ni nadie.

Por María Jesús García-Huidobro, gerente de marketing de Laborum.com

 

 

 

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