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Salmones: el problema noruego Opinión Crédito: Agencia UNO

Salmones: el problema noruego

Jorge Cash Sáez
Por : Jorge Cash Sáez Abogado. Ex asesor legislativo en las Comisiones de Constitución y Medio Ambiente del Senado. Ex jefe de la División Jurídica del Ministerio del Medio Ambiente.
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Se debe tener en consideración que Chile es el único país del mundo que tiene los recursos naturales, aguas frías y fiordos para competirle a Noruega en la producción de salmón, incluso se estima que, si Chile usara todo su potencial, lo superaría largamente. 


Hace pocos días, nos enteramos de un nuevo y grave incumplimiento ambiental por parte de la salmonera noruega Nova Austral S.A. Esta vez, se trató, de acuerdo a lo informado por el Director Regional de Sernapesca en Magallanes, Patricio Díaz, de “un escape de un orden de magnitud de entre 268.000 a 387.000 peces de la especie salmón del Atlántico, con un peso promedio de 235 gramos, en Ensenada Ponsomby, sector sur este del Seno Skyring, en la Región de Magallanes”. Este hecho, ocurrido en noviembre de 2021, y que dio lugar a una nueva denuncia ante la Superintendencia del Medio Ambiente por parte de Sernapesca, debe llamar la atención del nuevo Gobierno, no solo por el desfavorable récord de multas que ostenta Nova Austral S.A., sino también porque se trata de una empresa que, atendida su forma de operar y su prontuario ambiental, compromete seriamente los intereses superiores de nuestro país como potencia mundial de la industria del salmón. Misma situación se repite con Mowi, de capitales noruegos, la mayor salmonera a nivel mundial. Dicha empresa registra la multa individual histórica más alta en Chile por incumplimientos ambientales aplicada por la Superintendencia del Medio Ambiente (8.809 UTA, o cerca de 6.6 millones de dólares).

En este orden de ideas, no puede ser anecdótico para nuestro país, que, en el marco del proceso de descarbonización de la matriz energética de Noruega, que considera una disminución de las proyecciones de extracción de petróleo y gas, se haya anunciado un nuevo plan de desarrollo económico que considera quintuplicar su producción de salmones al 2050, razón por la cual ha decidido no expandir sus áreas de conservación marina, al mismo tiempo que ha mostrado un inusitado interés en promover la conservación de áreas marítimas protegidas de Chile, su principal competidor en la industria de salmones. Estas acciones son financiadas por el Gobierno de Noruega en conjunto con empresas de ese país que mantienen intereses económicos en nuestras costas.

[cita tipo=»destaque»]Noruega registró un 47,4% de la producción mundial, mientras la industria chilena se quedó con el 31,1%.[/cita]

En este sentido, según datos del Instituto de Conservación Marina, principal autoridad mundial en conservación del mar, Chile es el 5° país con más áreas de conservación marinas en el mundo, las cuales corresponden a un 12% del total área marina del país y un 60% del área marina de las regiones donde se produce salmón.

Así, se debe tener en consideración que Chile es el único país del mundo que tiene los recursos naturales, aguas frías y fiordos para competirle a Noruega en la producción de salmón, incluso se estima que, si Chile usara todo su potencial, lo superaría largamente.

El año 2006, Chile producía un 38,9% del total mundial de salmón y, por su parte, Noruega un 40,5%. Sin embargo, la introducción del virus ISA a Chile por empresas noruegas implicó que al año 2020 la correlación de fuerzas variara. Noruega registró un 47,4% de la producción mundial, mientras la industria chilena se quedó con el 31,1%.

Así las cosas, y a pocas semanas de instalarse un nuevo Gobierno, cabe relevar que el problema noruego contrasta con el esfuerzo que diversas salmoneras nacionales están realizando por adaptar sus estándares socioambientales, algunas incluso desarrollando programas de compliance ambiental y reputacional preventivo de cara a la autoridad, razón por la cual resulta lamentable y altamente preocupante que empresas e intereses foráneos remen en contrario y tiñan de dudas y malas prácticas nuestra industria acuícola, fuente de recursos estratégicos de primer orden para el país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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