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La doctrina de la seguridad nacional sigue viva

Por: Mladen Yopo H.


Señor Director:

Las palabras emitidas por el ex Comandante en Jefe de la Armada, Miguel Ángel Vergara, frente al actual Comandante en Jefe, Juan Andrés de la Maza, y miembros del alto mando de la Armada, en el marco de las conmemoraciones del 21 de mayo que hace la Liga Marítima de Chile, no pueden ser tomadas a la ligera por las graves consecuencias que tienen para la democracia y para la propia legitimidad de las FF.AA.

En este acto, entre otros, el almirante ® expresó que:“Los tiempos que vivimos, donde pareciera que todos nuestros valores y principios están siendo trastocados, claman por hombres y mujeres consecuentes con sus convicciones». Añadió luego que: «La patria no sólo puede estar amenazada por fuerzas externas, sino también, y quizás más graves, desde su interior y de manera solapada. Por eso, los marinos de corazón bien puesto, si fuese necesario, deberemos estar preparados para saltar al abordaje, dejando atrás nuestro espacio de confort, al igual como lo hicieron otros que nos precedieron» en una inequívoca evocación del golpe de Estado de 1973, el mismo que causo una violación sistemática de los DD.HH. y un aislamiento internacional sin precedente, entre otros inmensos daños causados.

Más allá de que el Comandante en Jefe de la Armada se haya distanciado de los polémicos concepto de Vergara (no conocía el discurso, la institución trabaja en pos de todos nuestros compatriotas, no comparte la evocación de un enemigo interno), las palabras del almirante ® preocupan porque, a parte de colindar con el delito de subversión, se fundamenta en la doctrina de seguridad nacional enseñada en la Escuela de Las Américas en los 60’ y 70’ e implementadas por las dictaduras cívico-militares que institucionalizaron el asesinato, la desaparición y la tortura en contra de un supuesto enemigo interno.

No olvidemos que por esta Escuela han pasado miles de militares chilenos que hoy son formadores de las actuales generaciones, ya sea en militares ejercicio o como personal a contrata (PAC).  Y si bien esta doctrina de las mallas curriculares ha desaparecido, esta continua en el disco duro de muchos instructores y/o se ha camuflado con nuevos títulos como el de seguridad ampliada, guerras híbridas y polivalencia, entre otras, que securitizan los procesos políticos y sociales reviviendo con ello el enemigo interno en una forma reñida con una democracia efectiva: fractura el país entre buenos y malos de la Guerra Fría, y no el país diverso que Chile quiere y que la Armada también ha ayudado a recrear con su presencia en los debates constitucionales en lo atingente a su ámbito profesional.

Por lo expresado, parece muy pertinente revisar la educación-socialización que están recibiendo nuestros militares de modo de fortalecer una visión profesional-democrática empalmada a la actual realidad país.

Atentamente,

Mladen Yopo H. Phd. en Ciencia Política.

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