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Proyectando el día después del plebiscito: cuatro escenarios posibles Opinión

Proyectando el día después del plebiscito: cuatro escenarios posibles

Rodrigo Espinoza Troncoso
Por : Rodrigo Espinoza Troncoso Doctor en Ciencia Política PUC. Director Escuela de Administración Pública Universidad Diego Portales.
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El próximo 4 de septiembre las chilenas y chilenos afrontaremos uno de los hitos más importantes de nuestra historia: decidir si aprobamos o rechazamos lo que podría ser nuestra primera Constitución diseñada en democracia. Tras el cierre de las encuestas de opinión pública, los sondeos apuntan a una ventaja del Rechazo. Sin embargo, la incertidumbre no desaparece y la última palabra todavía no está dicha.

Más allá de las proyecciones en materia de participación electoral y los potenciales resultados y sus causas, un aspecto importante por analizar guarda relación con lo que sucederá con el destino político del país el día posterior, vale decir, el lunes 5 de septiembre. La presente columna tiene como propósito ofrecer cuatro escenarios, los cuales dependerán del resultado y del margen de victoria, pudiendo ser un margen amplio (igual o más de un 5% de diferencia) o estrecho (inferior a un 5%).

Escenario 1

En caso de ganar el Apruebo por un amplio margen, se fortalecería el Gobierno y la coalición promotora en favor de la opción Apruebo. Un triunfo con una amplia diferencia dará fuerza para el inicio del programa de reformas constitucionales, las que serían bastante acotadas y no necesariamente bajo los términos impuestos por una derecha enormemente debilitada, pese a que se necesitará de su concurrencia para la aprobación de las futuras reformas constitucionales y leyes que acompañarán a la nueva Carta Magna.

Escenario 2

El segundo escenario sería un triunfo del Apruebo por un margen estrecho. Este escenario transformaría a la nueva Constitución en un conjunto de reglas polarizador. Por una parte, será bastante probable encontrarnos con denuncias de fraude electoral desde el mundo del Rechazo, sumado a potenciales dificultades para lograr el consenso necesario para alcanzar un piso mínimo en el programa de reformas. Bajo una diferencia estrecha, las reformas podrían ser sustantivas, principalmente porque sería bajo las condiciones establecidas por la derecha hasta alcanzar una versión de la nueva Constitución que deje satisfecha al menos a una parte de dicho sector.

Escenarios 3 y 4

El tercer y el cuarto escenario están vinculados a un triunfo por parte del Rechazo. Si el margen de victoria es amplio, probablemente veamos algunos intentos por debilitar al Gobierno mediante acciones tales como acusaciones constitucionales contra el gabinete o el mismo Presidente por eventual intervencionismo electoral. La mayor parte del tiempo y esfuerzo de la oposición estaría destinado a exigir la cabeza del Gobierno o de parte del gabinete. Este escenario aumentaría a niveles contundentes la incertidumbre del proceso constituyente, cuyo debate podría tardar años, aunque el resultado más probable sería un paquete de reformas a la Constitución de 1980.

Si el margen de victoria del Rechazo es estrecho, la polarización e incertidumbre serían altas, sobre todo porque la discusión y acuerdos alcanzados sobre el destino del proceso constituyente también podrían tomar meses o incluso años. No obstante, el resultado esperado en este contexto sería un nuevo proceso constituyente, pero de menor intensidad, es decir, sin garantías sobre el tipo de órgano encargado de la redacción, sin garantías en materias tales como paridad de género, representación de pueblos originarios y probablemente sin independientes.

Independientemente de la opción que triunfe, si la victoria es por un margen estrecho, el clima político será de creciente polarización. El triunfo de la opción Rechazo sin duda acrecentará la incertidumbre política e institucional, debido a que la discusión sobre el destino del proceso constituyente puede tardar años, concluyendo incluso con un paquete de reformas a la Constitución actual. Al día de hoy, el mundo del Rechazo no se ha comprometido con propuestas concretas ni con una fecha de inicio para el nuevo proceso constituyente en caso de imponerse el próximo 4 de septiembre. Así las cosas, si la ciudadanía lo que desea es una nueva Constitución, el próximo plebiscito será posiblemente un juego de todo o nada, un aspecto no menor para aquel 78% que votó por el Apruebo en el plebiscito de entrada.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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