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Valoración de la democracia en tiempos de cambio constitucional Opinión

Valoración de la democracia en tiempos de cambio constitucional

Georgiana Braga-Orillard
Por : Georgiana Braga-Orillard Representante Residente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Chile (PNUD)
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Los resultados son interesantes: observamos que sigue existiendo una mayoritaria adhesión normativa a la democracia, ya que el 61% señala que ella es preferible a cualquier otra forma de gobierno, así como también se valora el rol de los partidos políticos como actores indispensables para este tipo de régimen, donde el porcentaje de personas encuestadas que afirman estar de acuerdo o muy de acuerdo con dicha afirmación se ha mantenido relativamente estable en alrededor del 40% entre 2010 y 2018, alcanzando un 49% en 2023.


Los procesos de cambio constitucional representan oportunidades únicas para consensuar una visión compartida de futuro y definir las reglas e instituciones que permiten la convivencia social, con impactos profundos para la democracia y el desarrollo sostenible. En los últimos tres años, Chile ha venido atravesando procesos de cambio constitucional como una vía democrática e institucional para abordar las principales demandas de la ciudadanía. A través de sus distintos diseños, las chilenas y los chilenos han optado por procesos representativos y con participación directa de la ciudadanía para definir la hoja de ruta del país para las próximas décadas.

Luego de la pandemia por COVID-19, que ha tenido repercusiones sociales y económicas a nivel global y en Chile, es importante relevar que los procesos de cambio constitucional, si bien nos proveen una mirada de futuro, no son ajenos a los contextos específicos en que se desarrollan. Entre ellos destacan la percepción ciudadana sobre la democracia en términos ideales, así como también sobre su funcionamiento práctico en general y el de sus instituciones y actores clave en particular, lo que es además particularmente relevante en el actual momento en que se conmemoran 50 años del quiebre de la democracia en el país. 

En continuidad con la línea de trabajo histórica desarrollada por el PNUD de levantar diagnósticos sobre la calidad de la democracia, a través, por ejemplo, de las encuestas “Auditoría a la Democracia”, hemos lanzado recientemente la iniciativa “Escuchas Constitucionales”. Desarrollada en colaboración con el Instituto Milenio Fundamentos de los Datos (IMFD) y a través de una encuesta representativa a nivel nacional, esta iniciativa indaga sobre las opiniones y actitudes de las personas hacia la democracia, sus instituciones y el proceso constituyente en curso. 

Los resultados son interesantes: observamos que sigue existiendo una mayoritaria adhesión normativa a la democracia, ya que el 61% señala que ella es preferible a cualquier otra forma de gobierno, así como también se valora el rol de los partidos políticos como actores indispensables para este tipo de régimen, donde el porcentaje de personas encuestadas que afirman estar de acuerdo o muy de acuerdo con dicha afirmación se ha mantenido relativamente estable en alrededor del 40% entre 2010 y 2018, alcanzando un 49% en 2023. 

Sin embargo, al analizar la satisfacción práctica tanto con la democracia como con los partidos políticos es donde encontramos las percepciones más críticas: por un lado, el porcentaje de las personas que creen que la democracia en el país funciona bien o muy bien alcanza un 14% en 2023 y, por otro lado, el 76% de las personas encuestadas está muy en desacuerdo o en desacuerdo con la frase “en Chile los partidos políticos funcionan bien”. 

Una situación similar se observa también en relación con las percepciones del proceso constituyente. En primer lugar, se observa que la ciudadanía manifiesta una disposición y expectativa de manifestar sus opiniones sobre el proceso de cambio constitucional, así como también a ser escuchada por este. Los datos muestran que un 62% de las personas encuestadas declara estar de acuerdo o muy de acuerdo con la frase “siento que las personas como yo tienen algo que decir sobre el proceso constituyente”, y esperan que el proceso sea principalmente transparente (37%) y que se escuche a la ciudadanía (35%).

Cuando esto se contrapone con la evaluación práctica del proceso, se observa que un 64% se manifiesta “en desacuerdo” o “muy en desacuerdo” con sentirse satisfecho/a con su desarrollo. A ello se suman bajos niveles de información sobre el proceso: un 82% de las personas encuestadas manifiesta encontrarse solo “algo” o “nada” informada sobre el proceso constituyente.

Esta brecha entre una valoración abstracta positiva y una evaluación práctica negativa de la democracia, sus instituciones y sus procesos es importante de tener en cuenta en este momento crucial de rediseño constitucional, para así avanzar en más y mejor democracia. Para ello, los procesos de cambio constitucional requieren que todos los sectores e instituciones relevantes de la sociedad participen de manera activa en sus distintas etapas, lo que contribuirá al desarrollo de instituciones sólidas y con legitimidad social que no dejen a nadie atrás.

 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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