Opinión
Crédito: INDH
Cada país enfrenta una realidad distinta en relación a los temas de género y ha adoptado acciones en mayor o menor medida para reducir estas brechas.
Ya es sabido que las comunidades rurales no podrían funcionar sin el trabajo de las mujeres rurales. Sin embargo, muchas de éstas tienen una mayor predisposición a estar en situaciones de precariedad, carecer de acceso a bienes, educación, sanidad y otros servicios esenciales, a padecer más directamente los efectos del cambio climático y en muchos casos, a tener dificultades para el acceso a la tierra (ONU Mujeres, 2018).
Estas mujeres, cumplen actualmente un rol fundamental en la vida de sus comunidades, donde tradicionalmente persisten fuertes estereotipos de género, violencia machista y discriminación. Aun cuando, los marcos normativos internacionales reconocen la capacidad de ambos géneros de trabajar en igualdad de oportunidades para el logro de sociedades inclusivas y equitativas. Las mujeres rurales son claves para la persistencia del patrimonio cultural de sus comunidades, la reproducción de sus saberes y costumbres a través de las generaciones y para la seguridad alimentaria tanto de sus comunidades como de la sociedad en su conjunto.
Cada país enfrenta una realidad distinta en relación a los temas de género y ha adoptado acciones en mayor o menor medida para reducir estas brechas. Sin embargo, las mujeres rurales enfrentan dificultades que requieren de especial atención. En el caso de Chile, existe una institucionalidad pública a través del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género creado en 2016, además, el Estado de Chile ha ratificado específicamente compromisos internacionales en la línea de la promoción de los derechos de la mujer y equidad de género, tales como la Convención sobre la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) y la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, cuyo quinto Objetivo para la Igualdad de Género. Incluyendo, el desarrollo de políticas y programas enfocados en abordar la realidad rural, como la Política Nacional de Desarrollo Rural y programas específicos de fomento productivo.
Chile en gran medida es rural, el 83% del territorio nacional está caracterizado como rural y desde el quehacer del Ministerio de Bienes Nacionales hemos enfatizado las tramitaciones y la entrega de títulos de dominio a mujeres y mujeres en zonas rurales, lo que repercute en la autonomía económica efectiva de éstas. Por ejemplo, de 13.052 solicitudes tramitadas por Bienes Nacionales durante este año 2023, el 52,5% corresponde a gestiones orientadas a mujeres. De estas, 4.838 han sido en zonas rurales a nivel nacional, dentro de las regiones que más casos destacan son: Araucanía con 1.260 casos; seguido por Maule y O’Higgins con 709 y 616 casos respectivamente. En cuanto a la entrega de títulos de dominio, se han entregado 5.832 solicitudes y de éstas, 3.167 corresponden a mujeres, es decir, más del 50% de títulos han sido solicitados por mujeres. Respecto a este trámite en zonas rurales, las regiones que más destacan son Coquimbo con 424 casos, Biobío con 363 y Araucanía con 306 casos.
En el marco de Chile Para Todas -plan de gobierno que involucra una serie de iniciativas ministeriales para mejorar la calidad de vida de las mujeres de Chile-; el Ministerio de Bienes Nacionales durante marzo de 2023, recibió un Fondo de Transversalización de Género, para ampliar la cobertura de regulación de pequeña propiedad raíz a 500 mujeres en la región del Biobío para que pudieran adquirir títulos de dominio gratuitamente. Este acto de regularización, que en su mayoría es solicitado por mujeres (alrededor del 52%, especialmente en regiones y zonas rurales), permite que estas se transformen en propietarias legales de sus terrenos y puedan acceder a los distintos beneficios del Estado, tales como subsidios de vivienda y mejoramiento de habitaciones, entre otros beneficios.
En este sentido, las acciones de nuestro ministerio se han enfocado en la importancia que tiene la tenencia de la tierra, especialmente para las mujeres rurales. Ya que mediante este trámite los terrenos o bienes raíces no son incorporados a la sociedad conyugal y son las mujeres quienes quedan como propietarias exclusivamente. Esto sin duda es importante puesto que son las más susceptibles de verse afectadas por emergencias climáticas y son muchos los desafíos que aún enfrentan para eliminar la discriminación y estereotipos de género, especialmente en zonas profundamente tradicionales como el campo chileno. Y con ello, reducir brechas en educación, conectividad, participación y de acceso a bienes y servicios básicos.
En ese sentido como ministerio nos sumamos a las acciones que Estado chileno está llevando a cabo para cumplir compromisos adquiridos en el V Encuentro Latinoamericano y del Caribe de la Red de Mujeres Rurales de Latinoamérica y El Caribe (REDLAC), realizado en la región de Aysén en abril de este año que contó con la presencia de más de 160 mujeres rurales del continente y donde se trabajó en torno a seis ejes prioritarios: El Agua, nacimiento, vida y muerte; Violencia contra las mujeres y derechos; Tierra, producción y trabajo; Participación política de las mujeres en la ruralidad; Comunicación Comunitaria y Cambio climático.
Seguiremos aportando desde nuestro quehacer ministerial en las líneas de trabajo que apunten a reducir las brechas en la tenencia de la tierra de las mujeres rurales, sobre todo haciéndonos eco de la Declaración Oficial del Decenio Interamericano por los derechos de todas las mujeres, adolescentes y niñas en entornos rurales de las Américas 2024-2034.
