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Colaboración virtuosa para promover la ciencia y tecnología en Chile Opinión

Colaboración virtuosa para promover la ciencia y tecnología en Chile

Karen Rauch
Por : Karen Rauch Directora de Fundación Camiseteados.
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Irónicamente, la ciencia aún sigue siendo vista como lejana y desconectada de la sociedad, algo que pasa también en Chile.


Hace pocos días se dieron a conocer mundialmente los ganadores de los Premios Nobel 2023 en diferentes categorías. Entre ellos, la bioquímica húngara Katalin Karikó, de 68 años, obtuvo la distinción máxima en Medicina gracias al trabajo que realizó junto a su compañero Drew Weissman, de Estados Unidos, en la investigación del ARN mensajero, factor clave para el desarrollo de las vacunas contra la pandemia del Covid-19 lanzadas por los laboratorios Pfizer/BioNTech y Moderna.

La historia de Karikó es bastante llamativa, porque pasó gran parte de su carrera buscando el apoyo de la comunidad científica para sus investigaciones, muchas veces sin éxito. Como mujer en un mundo mayoritariamente masculino, tuvo que romper prejuicios y esforzarse el doble. A cambio recibió indiferencia, debió irse de su país e incluso fue jubilada antes de tiempo. Pero persistió, y hoy es dueña del reconocimiento que antes no tuvo.

Pero, además, este caso es importante porque nos demuestra lo vital que es la ciencia para resolver problemas que afectan a la humanidad de manera concreta. Quizás antes de 2020 esta frase hubiese sonado abstracta, pero si pensamos en cómo el virus afectó nuestras vidas, si recordamos los largos meses de confinamiento y paralización de actividades y, luego, cómo pudimos retomar nuestras vidas solo gracias a las vacunas, los efectos de la investigación científica se vuelven mucho más reales.

Irónicamente, la ciencia aún sigue siendo vista como lejana y desconectada de la sociedad, algo que pasa también en Chile. Por eso, urgen iniciativas y propuestas que ayuden a visibilizarla y darle el lugar que merece. En este sentido, distintas empresas del sector privado han ido comprendiendo progresivamente su rol dentro de las comunidades y el efecto que pueden tener las colaboraciones conjuntas para el logro de iniciativas de impacto social relacionadas con ciencia y tecnología. Se trata de ejemplos donde, mediante distintas mejoras, se van tendiendo puentes que logran transformar realidades.

Uniendo lo ocurrido con la científica Katalin Karikó y nuestra realidad local, la convocatoria que estamos realizando por segundo año consecutivo junto a NTT DATA apunta justamente a eso, a identificar, destacar y apreciar a mujeres, jóvenes y adolescentes que están impulsando un impacto positivo mediante la tecnología, ya sea a través de la creación de soluciones, la difusión de conocimientos, el empoderamiento o la inspiración a otros.

Lo hacemos porque sabemos que, para reducir la brecha de género científico-tecnológica, no basta con las buenas intenciones. Tenemos que ir más allá y encontrar a esas Camiseteadas que hoy están llevando a cabo acciones positivas de manera anónima o con un alcance muy pequeño, pero si logramos reconocerlas y resaltar lo que están haciendo, esa repercusión podría ser muchísimo mayor y generar consecuencias positivas para muchas más personas.

Así ocurrió el año pasado con Jeannette Campos y su proyecto Ranco Lab en la Región de Los Ríos, donde pudimos dar a conocer su historia y el trabajo que realiza para promover el aprendizaje de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas en la zona sur del país.

Para contar con más mujeres en esta área, apoyarlas e impulsar buenas ideas que cambian e inspiran a otros, creo que la colaboración entre empresas y comunidad es fundamental. Cuando trabajamos unidos se construyen relaciones virtuosas donde la inversión del sector privado es un tremendo aporte para visibilizar el trabajo de tantos chilenos anónimos y crear un valor compartido que ojalá permanezca en el largo plazo y –por qué no– nos permita imaginar que algún día también nuestro país puede entregar una Katalin Karikó al mundo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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