Opinión
Las universidades debemos proponer y promover las condiciones para un mejor futuro, en la búsqueda de una mejor calidad de vida para todas y todos.
La conmemoración de medio siglo desde el Golpe Cívico-Militar en Chile nos dejó una importante tarea hacia adelante: pensar el futuro que queremos construir para nuestro país por los próximos 50 años.
A poco más de un mes desde este significativo hito y ad portas del término de un nuevo proceso constitucional, parece aún más urgente preguntarnos cuál es ese país en el que queremos vivir, nosotros y las generaciones que están por venir.
El poeta y dramaturgo alemán, Bertolt Brecht, sostiene que “la crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer”. En base a esta cita, la crisis nos diría que un mundo viejo está muriendo y que uno nuevo quiere nacer.
En el mundo viejo, los seres humanos hemos destruido la naturaleza y utilizado la violencia para quebrar instituciones con el fin de obtener el poder.
¿Cómo es el nuevo mundo que quiere nacer? Para responder a esta pregunta y proponer un proyecto para el futuro del país, lo primero que debemos hacer es convocar a actorías relevantes en ámbitos como las ciencias, la política, la cultura y el arte, entre muchos otros.
No obstante, resulta igualmente importante escuchar a las niñas y los niños, adolescentes y a la juventud en general, porque son ellas y ellos las personas llamadas a ser protagonistas del Chile de los próximos cincuenta años.
Futuro Usach es una de las iniciativas que hemos impulsado en nuestra Casa de Estudios para hacernos cargo de esta necesidad. Se trata de un evento que busca promover una exploración interdisciplinaria del futuro desde la ciencia, la tecnología, el arte y las humanidades.
La instancia recoge definiciones y percepciones asociadas al concepto de futuro por parte de nuestro estudiantado, funcionariado, cuerpo académico y egresadas y egresados. Lo anterior, complementado con las voces de nuestra comunidad universitaria que construyen e idean el mañana en los temas que nos urge abordar.
Astrofísica, ciberseguridad, sostenibilidad, democracia del futuro y tecnologías disruptivas, además de intervenciones artísticas e inmersivas, son parte de este gran evento donde convergerán áreas del conocimiento, roles y experiencias.
Aunar una idea de futuro no es sencillo, pero es, sin duda, necesario. Por eso, pese a todas las dificultades que supone, debemos anticiparnos a los cambios y proponer una ruta al servicio de las necesidades del país.
Las universidades debemos proponer y promover las condiciones para un mejor futuro, en la búsqueda de una mejor calidad de vida para todas y todos. Debemos consolidar las capacidades que permitan atender los desafíos públicos de hoy y prepararnos para los que surjan en el mañana. Ese es nuestro gran desafío.
