Opinión
Insólitas resultan las argumentaciones de algunos opinólogos, de las razones de la crisis de la educacional, responsabilizando al Colegio de Profesores.
Primero decir que el nivel de desconocimiento de estos opinólogos de la realidad educacional y de los procesos educativos es asombroso. Existe en ellos un profundo desconocimiento de las condiciones y del contexto psicosocial en que ocurren los procesos de aprendizajes, no saben, por ejemplo, que en muchas escuelas hay protocolos para cuando existan funerales narcos, que los profesores tienen que asumir roles permanentes de psicólogos, sociólogos, asistentes sociales e incluso en algunos casos de policías, para impedir riñas o agresiones entre apoderados y entre estudiantes, es por ello que ser profesor, hoy, es una profesión de alto riesgo.
En lo Pedagógico, la gran preocupación de ellos se centra en la recuperación de los aprendizajes perdidos durante la pandemia, alcanzar la mayor cobertura de ellos durante el año escolar y lograr buenos resultados en las pruebas estandarizadas, cuestión que también es preocupación y ocupación de los profesores de Chile, pero no de cualquier manera, entendiendo que nuestros estudiantes no son un número para las estadísticas, sino que son personas.
Para avanzar en esta dirección hemos propuesto metodologías alternativas a la del Mineduc de priorización de contenidos. Desde el Colegio de Profesores, hemos propuesto la nuclearización de contenidos, de forma de abordar integralmente estos aprendizajes, pero junto con ello explicamos que, antes de recuperar los contenidos, debíamos ocuparnos de recuperar emocionalmente a nuestros estudiantes, planteamos la necesidad de un retorno gradual después de dos años de pandemia, con un claro énfasis en lo relacional y emocional del estudiantado, que no se podía entrar “a mata caballo” a desarrollar la malla de contenidos, dijimos que este proceso debía ser lento y suave… pero, nuevamente, no se nos escuchó y todos conocemos las consecuencias de este retorno abrupto y violento.
Por otra parte, adjudicar a un gremio que busca el fortalecimiento de la Educación Pública, mejores condiciones laborales para las profesoras y los profesores, terminar con la segregación educacional y que busca más y mejor educación para niños y jóvenes del país, me parece un exceso y suena más a la búsqueda de un culpable de la crisis educacional producto de un modelo económico y social individualista, competitivo, vacío, que arroja a nuestros niños y jóvenes a una violencia sorda, sistémica, que ya nadie puede detener.
Van a culpar al Colegio de Profesores de esta realidad sicosocial, de una sociedad enferma que han construido y cuya única posibilidad de salir de esta desgracia será gracias a la Educación y a sus profesores y profesoras, como ocurrió durante la pandemia; los profesores y profesoras fuimos quienes pusimos en marcha la educación remota, el Estado fue el gran ausente en esta tarea, fue con nuestros propios recursos, con nuestros celulares y computadores, con nuestros recursos económicos, con nuestros tiempos de descanso e involucrando a nuestras familias, que pudimos dar respuesta a esta emergencia, fue gracias a esta disposición ética que se pudo hacer.
Con la misma disposición ética con que respondimos a la pandemia del COVID-19, responderemos a la pandemia de la Violencia en las Escuelas.
