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Educación: ¿aprobar o aprender? Opinión

Educación: ¿aprobar o aprender?

Alexandro Bravo Bonino
Por : Alexandro Bravo Bonino Ingeniero y consultor. Mentor para Pymes en profesionalización, gestión y crecimiento. Partner de emprendedoras en Latinoamérica. Facilitador de equipos de trabajo.
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No importa si quieren estudiar alguna carrera de administración, humanidades, medicina, derecho o si quiere ser bailarín, músico o pintor. Si ellos lo hacen por pasión y convicción, no me cabe duda que llegarán lejos. Más bien los padres debemos preocuparnos en acompañar este proceso, literal, caminar de la mano junto a ellos inculcando principios y valores, que por lo demás estos últimos, ni en el colegio ni en la universidad los enseñan. Los principios y valores son irrenunciables, son los que gobiernan nuestras vidas y con ellos tomamos decisiones, decisiones que cuando las tomamos, nos jugamos la vida.


Hace algunos años tuve la oportunidad de compartir con estudiantes de colegios y universidades acerca del futuro y sus sueños, pero también con padres y profesores acerca de lo que puede ser “mejor” para ellos y como prepararlos para el futuro.

En colegios y universidad: ¿Los jóvenes les interesa aprender o aprobar?. Tengo la impresión que existe una falta de motivación (no de todos) y de propósito en la vida. Muchas veces los padres cometemos el error de hacerlos estudiar lo que nosotros queremos, en vez de descubrir lo que les apasiona y dejarlos que decidan lo que quieren estudiar. ¿Acaso la pasión no es un motor que nos motiva a movilizarnos? ¡Claro que sí!

Entonces, ayudémosle a nuestros hijos a tener claridad en la vida y que ellos decidan que estudiar, porque si ellos estudian lo que les gusta, no solo encontraran pasión en lo que hacen, sino también, serán los mejores.

No importa si quieren estudiar alguna carrera de administración, humanidades, medicina, derecho o si quiere ser bailarín, músico o pintor. Si ellos lo hacen por pasión y convicción, no me cabe duda que llegarán lejos. Más bien los padres debemos preocuparnos en acompañar este proceso, literal, caminar de la mano junto a ellos inculcando principios y valores, que por lo demás estos últimos, ni en el colegio ni en la universidad los enseñan. Los principios y valores son irrenunciables, son los que gobiernan nuestras vidas y con ellos tomamos decisiones, decisiones que cuando las tomamos, nos jugamos la vida.

Enseñémosle a nuestros hijos a ser felices, a reír y a jugar más. No se preocupe tanto de las notas o de las “evaluaciones”, sino de que tengan distinciones sobre lo bueno, lo malo y comprendan cómo funciona la vida y esta sociedad.

Enseñémosle cómo la meditación nos ayuda para reforzar nuestra concentración y cómo desde ahí pueden encontrar su espiritualidad y paz interior. Inscríbalo a un curso de programación para que aprenda a desarrollar la parte lógica; un curso de lectura veloz para que pueda leer, leer, descubrir y aprender, porque cuando a mí me enseñaron que leer un libro es abrir un espacio de conversación con el autor en tiempo desfasado, empecé a encontrarle un gusto especial a la lectura.

Inscríbalo en un curso de yoga para que aprenda a respirar y descubrir la armonía; un curso de ventas para que sepa cómo debe venderse como persona y como en la vida le va tocar articular alguna oferta con clientes y descubrir que oferta soy yo es más que fundamental.

Hablémosle del fascinante mundo del emprendimiento para que descubra esa pasión que muchos sentimos por emprender y no depender de un trabajo, que por lo demás no es malo, pero hoy el mundo necesita emprendedores y existe una generación deseosa por emprender.

Cómprele un libro sobre neurociencias para que entiende cómo funciona la mente, mejor si lo inscribe a un curso de Programación Neurolingüística. Ayúdelo a desarrollar la inteligencia emocional para que no viva en el temor, ni en la dependencia afectiva, aumente a 1.000 su autoestima y sea una persona resiliente.

Inscríbalo a teatro, no para que sea “teatrero”, sino para que aprenda a ser protagonista de su vida y no un simple espectador. Cómprele Legos para que su creatividad explote y si quiere que su sensibilidad aflore, que haga arte.

¿Que haga deporte? sí, mucho deporte para que mantengan el cuerpo sano y la mente abierta, pero por sobre todo, para que sepa lo que es la disciplina, la persistencia, ser un buen compañero y sepa trabajar en equipos multidisciplinarios, para que aprenda a lidiar con la decepción y los fracasos (aprendizaje), que sepa que los propósitos y objetivos en la vida tienen fecha y hora por que no son eternos, pero además para que este mas conectado con el mundo y menos conectado con los televisores, porque WhatsApp no le ayudará a enfrentar la vida, ni Facebook le dará un sueldo para vivir.

Por qué este mundo no es para quienes quieran sobrevivir, sino para aquellos que quieran ser protagonistas de su vida y vivirla con esperanza, solidaridad, gratitud, ambición y compromiso, y no con desesperanza, odio, vergüenza ni frustración.

Te invito a este desafío por el futuro de nuestros hijos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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