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Diputado Mellado dice que no siente vergüenza, pero nosotros sí

Diputado Mellado dice que no siente vergüenza, pero nosotros sí

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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Miguel Mellado no mostró arrepentimiento tras grabar clandestinamente al Presidente, pese a que este había pedido que no lo hicieran. Por el contrario, asumió una actitud desafiante, señalando que se autodenunciaría a la Comisión de Ética de la Cámara –¿usted cree que puede pasar algo en esa instancia?–, pero que no sentía vergüenza por su cuestionable conducta. Incluso, llegó a decir que, a lo más, podrían existir cuestionamientos éticos, pero que no había violado ninguna ley. Al parecer, la ética no es el fuerte de Mellado, quien ya hace algunos años huyó a Argentina para evadir la justicia –tenía 15 querellas en su contra– y volvió cuando las demandas prescribieron, cinco años después.


El diputado Miguel Mellado (RN) es un hombre que nos tiene acostumbrados a las controversias y la polémica. De pensamiento hablado y deslenguado. Como muchos de nuestros políticos.

Después de un día entero en que mantuvo un silencio sepulcral, como el que sostiene alguien que arranca de la escena de un accidente cuando conduce en estado de ebriedad, el locuaz diputado decidió confesar que había grabado una intervención del Presidente Boric. El hecho no solo es gravísimo, desde la perspectiva de la ética, el sentido común e incluso el criterio básico para ser un funcionario del Estado, sino que tiene además el agravante de que se trataba de un tema ultradelicado la seguridad en La Araucanía, en que la propia oposición ha exigido un mayor despliegue de la inteligencia de Carabineros y las Fuerzas Armadas, a lo que hay que agregar la falta de cortesía, educación y deferencia, luego que el propio Mandatario pidiera a los 18 parlamentarios presentes que no grabaran la reunión.

Durante esas horas de silencio, el diputado no solo ocultó la verdad, sino que tuvo la desfachatez de hablar con los medios de comunicación una de sus debilidadespara condenar la situación y argumentar que esto quebraba “las confianzas”. No sé si calificar al diputado de mitómano o simplemente, en buen chileno, de cara de palo, aunque todo parece apuntar a lo segundo, considerando que hizo lo mismo hace unos años, cuando un medio denunció que tenía 23 cheques protestados. El personaje, en esa ocasión, también negó el hecho, para, unos días después, salir a reconocer que era verdad. Pero lo que sí es una certeza es que, si hay alguien que ha provocado un gran daño y aumentado la tremenda desconfianza que la ciudadanía siente con el mundo político, es el propio Miguel Mellado.

Y pese a que habían sido los propios parlamentarios de oposición los que salieron al principio a condenar el hecho, una vez que Mellado confesó la grave falta, intentaron relativizar los hechos. De verdad cuesta entender esta doble moral que tienen algunos políticos chilenos. No solo optaron algunos para “solidarizar” (como que la víctima fuera él…) con el diputado incluidos el presidente de su partido y la senadora Paulina Niñez sino que trataron además de “compensar” la falta de Mellado, calificándolo como un luchador, diciendo que había sido amenazado y arguyendo otras justificaciones para bajarle el perfil a un hecho que se asemeja bastante al vergonzoso episodio de la Kioto de Claro en los años noventa, en que se vieron involucrados varios dirigentes del mismo partido de Mellado, partiendo por Sebastián Piñera. Por lo visto, las grabaciones ilegales no son vistas como una falta de ética y decencia en ese partido.

Pese a confesar el ilícito, Mellado no mostró gestos de arrepentimiento. Por el contrario, asumió una actitud desafiante, señalando que se autodenunciaría a la Comisión de Ética de la Cámara ¿usted cree que puede pasar algo en esa instancia?, pero que no sentía vergüenza por su cuestionable conducta. Incluso, llegó a decir que, a lo más, podrían existir cuestionamientos éticos, pero que no había violado ninguna ley. Al parecer, la ética no es el fuerte de Mellado, quien ya hace algunos años huyó a Argentina para evadir la justicia tenía 15 querellas en su contra y volvió cuando las demandas prescribieron, cinco años después.

Dios nos libre de estos políticos.

En todo caso, Mellado puede estar tranquilo y seguir con su verborrea y pensamiento hablado habituales, generando polémicas cada cierto rato. Total, será investigado por el Tribunal Supremo de su partido, Renovación Nacional. Y, claro, la probabilidad de recibir alguna sanción es mínima, considerando que el presidente de la colectividad, Francisco Chahuán, ya le bajó el perfil a la conducta y la calificó solo como un “error”. Es decir, ya fue juez y parte. Es el mismo tono que, en los días siguientes a la confesión, utilizó gente como el diputado Alessandri, para quien el hecho no pasó de un pequeño desliz. Y en la Comisión de Ética de la Cámara, a lo más, recibirá una carta y una sanción máxima del 5% de su salario, que alcanza a casi 10 millones de pesos.

Pero usted y yo sabemos que el diputado, al final, recibirá una pequeña multa, más bien simbólica estilo “clases de ética”, que él sí necesita y que nuestros políticos intentarán dar vuelta la página. Y aunque Miguel Mellado haya confesado que su reprochable conducta no le “causa vergüenza”, que sepa el parlamentario que a mucha gente sí nos causa una tremenda vergüenza que se haya escapado a otro país para no pagar sus deudas y que grabe al Presidente, para luego divulgarlo por redes sociales, y que primero niegue su responsabilidad, para después tener que confesar la falta. A mí, al menos, este tipo de políticos me dan mucha vergüenza.

Y estoy seguro que este señor se presentará a la reelección o explorará ser senador por La Araucanía, representando a RN. Y, claro, lo más probable es que algunos vuelvan a votar por él, porque habrán borrado de su memoria el vergonzoso episodio de la grabación, así como quienes votaron por Piñera no recordaban el caso de la Kioto, en que espiaban a gente de su propio partido. Ojalá, eso sí, que a Mellado no se le ocurra integrar la Comisión de Defensa de la Cámara, porque Dios nos libre si llega a conocer secretos que afecten la seguridad del país, para luego divulgarlos por Twitter. Aunque todo puede pasar en el país amnésico, incluso que la indecencia ya no se considere indecencia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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