Publicidad

Medio ambiente 2002 : La crisis afloró de los basurales

Los problemas ambientales de este año vinieron de un área que se mantenía lejos del olfato público: la basura. Sólo después de los derrames de líquidos contaminados, las protestas de vecinos y el lobby en esta área, las autoridades anunciaron medidas para reordenar este millonario negocio.


«Sólo cuando anden ratones en las casas habrá emergencia sanitaria". La predicción hecha en febrero pasado por el intendente de la Región Metropolitana, Marcelo Trivelli, resultó un tanto errada, pues tres meses después un episodio de derrame de líquidos percolados o jugos de la basura marcó uno de los capítulos más controvertidos en el área ambiental en la región.



El hecho originó una verdadera crisis en la capital, pues el temor de la contaminación del agua subterránea y esteros hizo que la facultad de ordenar el tema la tomara el Servicio de Salud Metropolitana del Ambiente (Sesma).



El problema no surgió de los vertederos clandestinos, sino que de recintos más grandes, modernos y con autorización ambiental.



Los problemas no se detectaron sólo en Santiago, sino también en la Octava Región donde hubo enconadas protestas entre los ediles de Concepción, Talcahuano y otras cuatro comunas por el cierre del principal vertedero de la zona.



Datos para entender



Para comprender el origen del problema hay que recapitular. En abril de este año se clausuró el vertedero Lepanto, ubicado en San Bernardo, con lo que supuestamente se cerraba uno de los episodios más sucios en la capital provocados por la creciente acumulación de desechos: escapes de gas, derrames de líquidos y ácidas protestas de los vecinos.



Luego de una polémica licitación, entró en operaciones en ese mes su reemplazante: el relleno sanitario Santa Marta, en Talagante, y más tarde, Santiago Poniente, fueron los escogidos como destino de miles de toneladas de basura.



A poco andar, Santa Marta presentó problemas de escurrimiento de líquidos percolados hacia cursos de agua, en medio de uno de los peores temporales desencadenados en la zona central y pese a que cumplía con requisitos ambientales para operar.



Esto obligó al Sesma a dictar un decreto de emergencia sanitaria que aún rige para redestinar los desechos de la capital.



Lo que logró aliviar la carga al cuestionado Santa Marta, fue el funcionamiento el
relleno Santiago Poniente, en Maipú, pese a la fuerte oposición los vecinos que pretendían detener sus operaciones.



Acusación y lobby



En junio, y luego de los problemas emanados por el vertedero talagantino, los ojos se volcaron al intendente de la Región Metropolitana, a quien se culpó de «apurar» el cierre de Lepanto y abrir un depósito sin condiciones para funcionar. Dando fe de su perfil mediático, la autoridad regional amenazó con renunciar si no lograba cerrar el acopio del sur de la capital durante su mandato.



Luego de la crisis, diputados de oposición y gobierno presentaron una acusación constitucional por la supuesta vulneración del Artículo 8 de la Carta Fundamental, que otorga a los ciudadanos a vivir en un ambiente libre de contaminación. El proceso no logró demostrar los cargos que se imputaban al jefe regional.



Otro de los debates que se abrió en torno a esta área fue el lobby ejercido en favor de distintos proyectos.
La crisis abrió un debate acerca de los roles que cumple cada organismo en el tema de la basura. Las dudas surgen por los vínculos de algunos personajes del ámbito político con el negocio, como el caso revelado por este medio sobre el abogado Marcelo Castillo, que pertenece al PPD y es cercano asesor del diputado Guido Girardi, y a la vez se desempeña como representa a la empresa KDM, administradora del relleno Loma Los Colorados, en Tiltil.



De la basura también surgieron desafíos de parte del Sesma, organismo fiscalizador de los manejos en esta área, directora propone que el destino final de la disposición de la basura pasen del nivel municipal al regional para "transparentar" el negocio.



Otra iniciativa de la ejecutiva reside en que los rellenos sanitarios paguen un impuesto específico para mitigar el impacto sobre la comunidad que tiene el emplazamiento de un vertedero.



Ello va en directa relación con el protagonismo que han cobrado los habitantes de los lugares donde están emplazados los acopios, como Talagante, que formó el comité de Defensa del Valle del Maipo para dar a conocer lo que consideran "enorme daño" a su entorno.



SIGUE…



Gianni López: «Se acabó el lomo de toro ambiental»



___________

Temas ambientales de 2002:



Ralco: El año que se desarmó la resistencia



Vea lo último sobre el lío de la basura en el país

Publicidad

Tendencias