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Exclusivo: jefe de Sectra-Mideplan usa irregularmente auto de consultora

Henry Malbrán, fue sorprendido por El Mostrador.cl utilizando, a diario y con fines personales, un Station Wagon de propiedad de la consultora Latinoamericana. Su chofer también es pagado por esta empresa. El secretario ejecutivo del organismo reconoció la situación y acusó que sólo continuó con una práctica instaurada por su antecesor y actual coordinador de Transantiago, Aldo Signorelli.


Relaciones a lo menos extrañas son las mantenidas por el actual secretario ejecutivo de la Secretaría Interministerial de Planificación de Transportes (Sectra), Henry Malbrán, y la antigua cabeza del organismo, Aldo Signorelli, con la consultora Latinoamericana de Ingeniería Limitada.

El ejemplo gráfico de esas relaciones es el Station Wagon con chofer que el actual secretario ejecutivo de Sectra utiliza a diario, con fines personales, y que se encuentra registrado a nombre de la consultora Latinoamericana, empresa que viene realizando estudios para Sectra desde el tiempo en que el actual coordinador de Transantiago, Aldo Signorelli, la dirigía.

El vehículo, que concurre a buscar y a dejar todos los días a Henry Malbrán a su casa en Arturo Ureta -en la comuna de Vitacura- no es el único ejemplo de esta relación, ya que su chofer, Rodrigo Macías, es pagado por la misma consultora. A esto se suma que el conductor también desempeña labores de junior en las oficinas de Sectra, organismo dependiente administrativa y presupuestariamente del Mideplan, lo que sería una práctica heredada de la administración anterior encabezada por Signorelli.

El Kia Sportage, patente RS-6517, también es utilizado -cuando el secretario ejecutivo no la necesita- en trámites cotidianos de Sectra, llegando incluso a ser empleado para aproximar a sus hogares a muchos de los funcionarios de la Secretaría.

La utilización de un vehículo bajo estas condiciones contraviene las instrucciones de la Contraloría General de la República sobre la relación entre las reparticiones públicas y sus consultores y desoye las directrices sobre probidad de los funcionarios públicos dictadas por el propio Presidente Ricardo Lagos, tras los casos Coimas, Mop-Gate y Mop-Ciade.

A esto se suma que hace ya nueve meses Malbrán había sido advertido por los propios funcionarios del organismo de la inconveniencia del uso del vehículo, especialmente, si se toma en cuenta el mecanismo irregular por el que éste pasó a manos de Sectra.

Los descargos de Malbrán

Tras insistentes llamados, Malbrán reconoció que usa el vehículo de lunes a viernes para ir y volver a su hogar, pero afirmó que esto no es un uso personal «ya que no se lo lleva a su casa los fines de semana».

Respecto de su responsabilidad en el hecho se defendió diciendo que ésta era una situación heredada. Afirmó que «el secretario ejecutivo anterior hacía lo mismo» y acusó a Signorelli de iniciar esta práctica.

Tras una conversación con este medio, anunció que a finales de este mes se devolverá el vehículo a la consultora y que se solicitará a Mideplan un cupo para obtener uno propio, o bien, se efectuará una petición al Ministerio de Hacienda. Respecto del chofer, afirmó que si Mideplan o Hacienda autoriza un automóvil para la Secretaría, éste pasará a ser funcionario del Estado.

Sobre la inconveniencia del uso del vehículo, dijo no ver «ninguna irregularidad».

El actual coordinador de Transantiago, en tanto, no respondió a los llamados de este medio para referirse a los dichos de Malbrán.

Irregularidades en Mideplan-Sectra

¿Cómo llegó el vehículo de una consultora a convertirse en el transporte personal de Henry Malbrán? Esto se remonta a principios de 1998, cuando Mideplan dio el visto bueno (RS) a un estudio ideado por Sectra. En ésta, como en cientos de otras ocasiones, se pidió al Ministerio de Hacienda que autorizara la asignación (en este caso, la número 315365) necesaria para esta labor.

En apariencia, el estudio «Análisis y asistencia técnica programa BIRF 3028-CH, Sectra, VIII Etapa, Mideplan» no difería en nada de otros informes técnicos realizados por la Secretaría. En sus bases se establecía que sería un estudio por Orden de Trabajo. Vale decir, que se estructuraría un listado de tareas a cumplir por la consultora que se adjudicara el proyecto, durante los años siguientes.

La compañía que se adjudicó el estudio fue Latinoamericana de Ingeniería Limitada, tal como lo consigna el Decreto Supremo 340/98. La Contraloría tomó razón de ello en febrero de 1999.

Que un proyecto fuera por órdenes de trabajo, en la práctica, significaba que la consultora debía cumplir con una tarea asignada, esperar su aprobación por parte de Sectra, tras lo cual recibía un visto bueno, con el que podía cobrar el valor asignado a esa labor. Este procedimiento considerado en el contrato, y que debía realizarse en cada una de las tareas consideradas en el estudio, no se respetó para este caso.

Según informaron a El Mostrador fuentes que conocieron del hecho, Sectra dio por recibidas dos tareas que la consultora Latina nunca realizó. Pese a ello, las pagó como si éstas hubieran sido llevadas a cabo y, a cambio, solicitó a la empresa que cambiara el vehículo que utilizaban a diario en la oficina.

Según consta en el certificado de inscripción y anotaciones vigentes en el Registro Nacional de Vehículos Motorizados, el primero de septiembre de 2000 Latinoamericana de Ingeniería Limitada adquirió un Kia Motors modelo Sportage Grand DLX automático patente RS-6517. La fecha de compra de la máquina, según las fuentes consultadas por este medio, coincide con el período en que Sectra pagó las tareas no realizadas por la consultora y coincide también con el período en que Aldo Signorelli dirigía la repartición.

Henry Malbrán, pese a reconocer que utiliza el vehículo propiedad de la consultora, rechazó que éste provenga de una tarea no cumplida. Afirmó que ésta era una de las obligaciones de Latina contempladas dentro del contrato y que hoy en la tarde entregaría los antecedentes que así lo comprueban.

Respecto del futuro del automóvil, Malbrán insistió en que éste sería devuelto durante el curso de enero a la empresa y que, además, sería cancelado el contrato con la consultora, debido a otros cuestionamientos que no especificó.

Acerca de su responsabilidad en los hechos, la actual cabeza de Sectra reiteró que «el secretario ejecutivo anterior hacía lo mismo», por lo que él sólo estaría corrigiendo (durante este mes) una situación que Aldo Signorelli no detuvo durante todo su mandato.

A estas irregularidades se suman, al menos, tres más. La primera es que el vehículo que tenían en Sectra antes del Kia también habría sido obtenido mediante el pago de tareas no cumplidas. La segunda es que, de acuerdo a lo establecido en la Ley de Presupuestos, Sectra no tiene derecho a poseer automóviles, salvo que se solicite una autorización expresa del Ministerio de Hacienda o bien un cupo especial a Mideplan.

El tercer hecho relevante es que el chofer de Malbrán, Rodrigo Macías, pese a aparecer en el listado de funcionarios de Sectra publicado en Internet, es pagado por la consultora Latina.

Esto se contrapone a una circular interna de Sectra de abril de 2003, basada en la consideración de la Contraloría, que sostiene que «sólo es factible para el mandante (en este caso Mideplan Sectra) requerir un servicio de transporte con chofer para el desarrollo de un estudio específico, que pagará mensualmente el mandante a fin de cumplir labores de fiscalización y control de tareas u otras que se deben especificar en las bases» de licitación respectiva. Lo que no se está cumpliendo en este caso en particular. Frente a esta suma de antecedentes, Malbrán aseguró a este medio que se corregirá a la brevedad la situación.

Reuniones extraordinarias

El 31 de marzo de 2003, el entonces secretario ejecutivo de Sectra, Aldo Signorelli (PRSD), renunció a su cargo para convertirse en el nuevo coordinador de Transantiago. En su reemplazo asumió un hombre de su confianza: Henry Malbrán.

Durante la segunda quincena de abril del año pasado, el nuevo secretario ejecutivo interino de Sectra llamó a la plana ejecutiva de la secretaría a una reunión extraordinaria. El objetivo de la cita era discutir la inversión de presupuesto a raíz de las nuevas directrices sobre probidad dictadas por el Presidente Ricardo Lagos, tras los casos Gate y Ciade.

Si bien el objetivo explícito del encuentro era resolver de manera eficiente y transparente la asignación de recursos durante ese período, el objetivo implícito era claro: revisar las metodologías utilizadas para asignar fondos desde el 2000, y entre ellas el pago a las consultoras por tareas no realizadas. En otras palabras, comenzar a limpiar la casa.

Malbrán no era un desconocido para los presentes, venía desde la coordinación técnica de Sectra y conocía, al menos en su área, la forma de operar de la Secretaría. Esta confianza quedó de manifiesto cuando, después de algunas vacilaciones de los presentes, el ambiente de complicidad generado en la reunión dio lugar a las primeras confesiones sobre irregularidades.

Según relatan cercanos al caso, estas reuniones se repitieron por varias semanas y en cada una de ellas hubo nuevas confesiones, ante las que Malbrán se mostraba cada vez más sorprendido. «No pueden haber hecho eso», decía cada vez que alguno de los ejecutivos revelaba una nueva irregularidad. Entonces uno de los coordinadores técnicos de la entidad le preguntó si acaso no sabía cómo se había conseguido el Kia estacionado abajo, durante la administración anterior. «Es que no pueden haberlo hecho», dijo Malbrán con espanto.

Era abril de 2003 y todos creían que Henry Malbrán había llegado para cambiar las cosas.

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