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La estrategia de Larraechea para molestar a Lavín

Aunque oficialmente nadie quiere reconocer que estos permanentes "ataques" al alcalde preocupan a su entorno, es así. Tanto, que no faltan quienes especulan que la concejala se ha embarcado en una estrategia para complicar, desde dentro de la municipalidad, al candidato de la derecha para ocupar el sillón presidencial el próximo período.


La nueva sala que el alcalde de Santiago, Joaquín Lavín, pretende construir para ampliar y dar mayor capacidad al Teatro Municipal, ha generado otro punto de conflicto entre el edil y quien ha llegado a convertirse en su ‘archienemiga’ política y fiscalizadora permanente, la concejala Marta Larraechea.



La ex primera dama no le da tregua al presidenciable opositor, tanto así que cercanos al jefe comunal le atribuyen haber diseñado una estrategia desestabilizadora de la gestión de Lavín. De ella forma parte el ataque denodado de Martita a la venta de los derechos de gratuidad del agua de la comuna, maniobra en la que Lavín hizo su voluntad a pesar de todo el movimiento ciudadano que se generó en contra, sin mencionar la comisión investigadora de la Cámara de Diputados que estuvo de por medio.



Lavín ha debido soportar que la concejala critique permanentemente que como alcalde no ha emprendido grandes obras con los 6.500 millones de pesos obtenidos de la polémica transacción.



Aunque el jefe comunal ha optado por dejar hacer y no trenzarse en polémicas inconducentes con la concejala DC, con la secreta esperanza de que dejarla peleando sola hasta que se agote, no contó con el espíritu indomable de Martita.



No faltó más que Lavín planteara el tema de la sala para el Teatro Municipal a los concejales para que en la reunión en que se debía votar el proyecto, Martita se opusiera a él y, junto al concejales PPD y PS, solicitara aplazar el análisis y votación para obtener mayores antecedentes.



La concejala Larraechea convocó a una reunión a diez especialistas en la materia tras la que concluyó que el monto que planteó Lavín para la concreción del proyecto -2.000 millones de pesos- no era acorde a la envergadura del mismo. Con cálculos en la mano rebatió al alcalde, de nuevo.



En una carta, con copia a los demás concejales de la comuna y al seremi de Vivienda y Urbanismo, Luis Brescianni, Marta Larraechea puntualiza que no se opone al proyecto, sino que desea que para concretarlo se tomen los resguardos técnicos necesarios.



"No me opongo a la idea de realizar un proyecto, siempre que se den los pasos técnicos mínimos necesarios, (…), y que además se trabaje con una lógica de colaboración entre los actores involucrados (concejales, arquitectos, urbanistas, constructores, ambientalistas, artistas y otros especialistas). Como queda demostrado, esta sala no es una intervención menor al centro de Santiago, por lo tanto requiere ser pensada de un modo mas complejo e integral.", dice la concejala en su misiva a Lavín.



Añade que "estamos de acuerdo en colaborar, con datos y cifras concretas, con las asesorías necesarias, basadas en un proyecto de largo plazo, bien hecho, como merece la comuna de Santiago.



Con esta posición no parece tan claro que en la sesión del concejo de esta tarde la concejala se oponga a pedir la autorización del Minsterio de Hacienda para que el municipio pueda endeudarse en 2.800 millones de pesos. Recién aprobado que se pueda pedir este préstamo se llamará a licitación pública y sólo después se votará el proyecto. A partir de ese largo recorrido, la iniciativa no podrá estar en marcha en menos de cinco meses.



Mientras tanto, Marta Larraechea esperaba "descansando en la playa" la reunión de esta tarde, negándose a tener contactos con la prensa, por lo que su decisión final sólo se conocerá durante el concejo.



Terminar hoy con la incipiente polémica, logrando que la concejala se sume a sus colegas de la Concertación en el respaldo al proyecto de Lavín, sería un logro para el alcalde, ya que con ello evitaría darle otra oportunidad a Larraechea para que lo haga pasar aunque sea un momentáneo mal rato en materia de popularidad.



Aunque oficialmente nadie quiere reconocer que estos permanentes "ataques" al alcalde preocupen a su entorno, es así. Tanto, que no falta quienes especulan que la concejala se ha embarcado en una estrategia para complicar, desde dentro de la municipalidad, al candidato de la derecha para ocupar el sillón presidencial el próximo período.



Estrategia para desestabilizar a Lavín



Por nadie es desconocido que el municipio de Santiago siempre fue visto por Lavín como la plataforma desde la cual saltaría a La Moneda. Tampoco han pasado inadvertidos sus intentos de generar una especie de cogobierno, pretendiendo querer abordar temas comunales directamente con el Presidente de la República. De haber aceptado esta interlocución, se le habría reconocido -opinan cercanos al edil- un cierto nivel de estadista acorde a los intereses de la derecha.



Reforzar su calidad de próximo presidente no es lo más apropiado para quien surja como candidato presidencial concertacionista, y uno de estos posibles es el esposo de Marta Larraechea y desde este punto de vista, su nada silenciosa labor no es gratuita.



El tema -dicen en los círculos de Lavín- no es que la concejala gane sus batallas, sino cuántas "olitas" puede hacerle a los proyectos del edil. No es un dato menor que durante la polémica del agua Lavín haya bajado en las encuestas. No en forma drástica, pero sí lenta y sostenidamente. Para tranquilidad del entorno de Joaquín Lavín, pasado el mal trance recuperó su ascenso, pero nada asegura que en estas permanentes polémicas la ex primera dama no vuelva a darle otro mal rato. Martita siempre concita prensa a su alrededor.



En tanto el concejal PPD Ricardo Zúñiga discrepa y descarta los temores del círculo cercano a Lavín, en cuanto a que la concejala sea parte de una estrategia para desestabilizar la imagen del presidenciable opositor. A juicio de Zúñiga, Marta Larraechea no hace otra cosa que cumplir con su labor de concejala, aunque eso a veces perjudique al edil.



El problema es -dice- que el alcalde de Santiago no está acostumbrado a que lo fiscalicen, ya que cuando cumplió las mismas funciones en Las Condes no tenía oposición a sus iniciativas. "Marta (Larraechea) esta haciendo el trabajo que le corresponde hacer", concluye.



Asesores de Lavín esperan que Larraechea se sume a sus colegas



A pesar de los cuestionamientos de la concejala al proyecto, en el círculo de Lavín están optimistas en cuanto a que esta tarde sea aprobado.



En este sentido, el PPD Ricardo Zúñiga reiteró que él y el PS Juan Recabarren están dispuestos a votar a favor siempre que Lavín asuma públicamente en el concejo de hoy los compromisos que acordó con ellos. Que no se arriesgue el presupuesto municipal hacia el futuro y que el plan de gestión -del proyecto mismo- se discuta entre los actores relacionados, considerando particularmente a los sindicatos.



A lo que Lavín, de palabra al menos, se habría mostrado dispuesto, confirmando además que el proyecto se financiará a través de un sistema de licitación con pago diferido, dejando de lado el temido least back. Es decir, el municipio le pagará a la empresa que gane la licitación en ocho años, a partir de que la nueva sala esté construida. No obstante, dejará de subvencionar al Teatro Municipal. Con lo que -dicen quienes apoyan este sistema- no habrá un endeudamiento superior al actual.



Que Marta Larraechea se sume a sus aliados es probable puesto que no tiene objeciones de fondo al proyecto sino de forma, las que pueden quedar superadas durante el concejo.



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