Aún cuando el tribunal de alzada reconoce que los dichos vertidos en el programa El Termómetro fueron desmedidos y vulgares, llegó a la conclusión que ello se enmarcaba en un contexto donde la transmisión se salió de control y que en ello no estuvo presente el ánimo de injuriar.
En un fallo que acarrearrá más de alguna reacción en el segundo piso del Palacio de Tribunales, donde sesiona la Corte Suprema, la Sexta Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago absolvió al panelista del programa El Termómetro, Eduardo Yáñez, de la acusación por desacato que le valió el haber calificado a la justicia chilena como «inmoral, cobarde y corrupta».
El tribunal de alzada capitalino, integrado por los ministros Dobra Lusic y Daniel Calvo, y el abogado integrante Angel Cruchaga, revocó de esta forma el fallo dictado por el ministro de fuero Juan Manuel Muñoz Pardo, que condenaba a Yañez a una pena de 61 días de cárcel más el pago de 11 Unidades Tributarias Mensuales (UTM).
Los ministros de la Corte de Apelaciones tuvieron presente en la resolución el hecho de que no hubo por parte de Yáñez el ánimo de injuriar, aún cuando pusieron el acento en que efectivamente los dichos del panelista fueron desmedidos, groseros, vulgares e ignorantes.
La reflexión que realizó la sala fue que las opiniones vertidas por el panelista corresponden a un discurso improvisado, pero que se enmarcaba en el contexto del programa, que fue subiendo de tono debido a los llamados del público y se salió de control.
También se constata que Yáñez hizo referencia a un tema de interés público y en una circunstancia con características especiales (un programa en vivo con múltiples llamadas del público).
Según la Corte, la autoridad moral y el prestigio de las instituciones no estuvieron en juego a raíz de las palabras de Yáñez, un ciudadano que fue calificado por el tribunal de alzada como vociferante.
Yáñez: «Importante avance en libertad de expresión»
Tras conocer la resolución, Eduardo Yáñez, junto con manifestar su sorpresa, aseguró que se trata de un paso importante para que en Chile se garantice la libertad de expresión, aunque advirtió que aún quedan muchas etapas pendientes.
Yáñez admitió a El Mostrador.cl que pensó que se trataba de un juicio que nunca podría ganar y que la única opción sería recurrir a tribunales internacionales. "Veo que los fundamentos que han entregado los jueces, recogen básicamente los mismos argumentos entregados por mis abogados y por la Corte Interamericana de Derechos Humanos", sostuvo.
A juicio del panelista, el fallo de la Sexta Sala del tribunal de alzada "siente un precedente" en el sentido de avanzar en el término de una "figura anacrónica como el desacato".
"Se ganó un juicio, no sólo a los ministros, sino que a toda la Corte Suprema, lo que académicamente será estudiado. Sin embargo, esto demuestra que todo individuo tiene derecho a dar su opinión y que en muchos casos, en los que las críticas aparecen como duras e injustas y no encarceladas", añadió.
Consultado si de alguna manera la resolución del tribunal modificaba su apreciación respecto a que la Justicia no reconocía sus errores, Yáñez fue enfático en señalar que si bien se trata de un paso importante, "hay varios errores judiciales en los que la Justicia aún no pide disculpas y no repara patrimonialmente. Esa crítica sigue viva (…) No hay que olvidar que la Justicia es el peor servicio evaluado en Chile, por tanto, hay una crítica que tiene fundamento y razón de ser".
Aseguró que al Congreso y el Gobierno son las entidades que deben dar el próximo paso, impulsando la derogación de la figura del desacato de la legislación chilena. "Este paso no significará nada, en la medida en que el Congreso no apruebe la derogación de estas leyes", acotó.
Yáñez sostuvo que, en momentos en que el país ha sido golpeado por hechos de corrupción, la mejor forma de establecer transparencia y probidad en el aparato estatal es contando con libertad de expresión, que permita a los ciudadanos a expresar su opinión sin miedo a ser procesados por sus opiniones o denuncias.
