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La complicada estación del alcalde Hasbún

La desordenada gestión en el municipio de Estación Central, que incluye despidos arbitrarios, déficit presupuestario y licitaciones sospechosas, se ha traducido en una andanada de críticas sobre Gustavo Hasbún, aunque el edil cuenta con el apoyo de comunistas, y hasta un concejal PPD se convirtió a la UDI.


Bajo las riendas del alcalde Gustavo Hasbún, la municipalidad de Estación Central ha atravesado una serie de problemas derivados del déficit presupuestario -que asciende a casi dos mil millones de pesos- y a una serie de"desórdenes" bajo su administración.



Actualmente, la municipalidad atraviesa un crítico estado financiero, que ha provocado, por ejemplo, la suspensión de las clases en el preuniversitario comunal al cual concurría una cincuentena de estudiantes de bajos recursos que no cuentan con otro apoyo para enfrentar la Prueba de Selección Universitaria.



Claudio Aguayo, estudiante de la Universidad de Santiago, quien enseñaba matemáticas en el preuniversitario, asegura que se le adeudan los sueldos de tres meses. "Hemos hablado con representes de la Dirección de Desarrollo Comunitario, pero no hay respuestas. Y hasta nos han amenazado con que nadie nos va a creer que trabajamos en esos cursos", dijo.



Pero los problemas, según los concejales van más allá. Denunciaron que las últimas licitaciones para la recolección de basura y de terminales de buses se hicieron de "forma apresurada" y sin pensar en los alcances que tendrán. El problema radica, según el concejal DC, Néstor Santander, en la importación del estilo Lavín en la toma de decisiones edilicias. Un ejemplo, según Santander, se dio en la licitación del terminal de buses por 12 años y mil millones de pesos, amarrando a las administraciones futuras que no podrán aumentar las ganacias por este ítem. Lo que si se podría haber hecho si se hubiera llamado a licitación el 2004, año en que terminaba el actual contrato.



Además, según los detractores de Hasbún, el 2001 se adjudicó la recolección de basura a 10 años, a la empresa Gestión y Ambiente por 89 millones de pesos mensuales, pese a que habían ofertas más convenientes de dos empresas por 68 y 79 millones de pesos, respectivamente. También, se le critica al alcalde el que haya firmado el nuevo contrato sin sanear deudas de arrastre e, incluso, que ya se deban varios meses a la nueva empresa.



Según Santander, los recursos para pagar los contratos «salen del bolsillo» de todos los habitantes de la comuna en virtud de una licitación hecha "de un día para otro y sin dar tiempo suficiente para estudiar los antecedentes de las empresas".



Otro frente que critica al edil lo constituyen los locatarios que ocupan el sector adyacente al Persa Estación que se oponen a la reubicación de la mitad de comerciantes, de los 100 existentes, por "generar problemas de convivencia y no utilizar los locales", según contó el alcalde Gustavo Hasbún a El Mostrador.



Razón que no convence al concejal Santander, para quien la medida edilicia tiene una causa más simple: «los locatarios son opositores del alcalde y por eso los quiere sacar".



Apoyos particulares



La elección de Hasbún, en el 2002, fue calificada por la Concertación como un "voto de castigo" hacia la gestión del ex alcalde DC Cristián Pareto, quien paulatinamente se fue "alejando de la gente" en una comuna con una alta cesantía.



La llegada de Hasbún al municipio -que hasta antes de las elecciones militaba en RN- fue tildada de "caótica" por algunos funcionarios de la época. Lo vieron como un "foráneo" que promovía cambios y que nunca había vivido en la comuna ni se había acercado a los electores hasta la campaña.



Uno de los episodios que marcó el inicio de la administración del edil fue que el concejal Santander lo acusó de la contratación de su hermano para algunos trabajos en el municipio, lo que le valió una querella. Además, algunos funcionarios de confianza del alcalde tuvieron que devolver dineros por orden de la Contraloría por recibir sueldos municipales pese a que trabajaban, la mayor parte del día, en otros lugares.



A pesar de los problemas que enfrentó Hasbún, reconocidamente un pinochetista, hoy posee un particular apoyo a los proyectos que impulsa: el concejal comunista, Miguel Lizama ha votado a favor en prácticamente todas sus propuestas. Hecho que el resto del concejo mira con suspicacia. Además, el concejal Germán Gómez, quien se presentó a las elecciones por el PPD, hoy se declara independiente pro UDI y apoya al edil.



En tanto, el concejal Patricio González afirmó que con Hasbún se perdió "la identidad" de la comuna lo que se palparía, según él, en el cambio de nombre de la histórica calle Bernal del Mercado por el nombre Obispo Umaña. "Por hacerle un guiño a la Iglesia Evangélica", explicó.



Otro de los líos que se generó con el arribo de la nueva administración es que se despidió a un 95 por ciento del personal a contrata que venía de administraciones anteriores y se reemplazó por empleados de confianza del edil.



"Hasta hoy no hay respuestas de por qué hubo cambios. No hubo mala evaluación de los profesionales por lo que fueron arbitrarios", dijo. Pese a la llegada de personal de su confianza aseguró que el alcalde "no tiene buenas asesorías" en parte pues "no hay recursos para tener profesionales de elite", agregó el concejal.



«En este municipio se administra pobreza, por eso la gestión del alcalde Hasbún ha sido nula", concluyó González.



Problemas normales



El alcalde Hasbún aseguró a El Mostrador.cl que los problemas del municipio se están solucionando. "Recibimos una comuna con 1.700 millones de pesos en deuda de la administración de Pareto por lo que estamos resolviendo en los problemas a medida que lleguen recursos", dijo.



También defendió la licitación del terminal de buses, la cual "se hizo por un monto considerablemente mayor que en la gestión anterior y es una práctica habitual en todos los municipios. Todas las licitaciones son hechas por acuerdo del consejo por lo que no es una decisión arbitraria", según Hasbún.



Una de los hechos que destaca el edil es que posee el apoyo político a sus proyectos "de todos los colores políticos, hasta del partido comunista".



En cuanto al "congelamiento" de las clases en el preuniversitario, señaló que "se van a tomar cartas en el asunto para solucionar el problema. Ese preuniversitario lo creamos el año 2001 en beneficio de la población por lo que debe seguir funcionando", dijo.

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